Un astrónomo aficionado palentino describe una nueva estrella en la Constelación de Cáncer
Cristina G. Pedraz/DICYT Un aficionado de la Agrupación Astronómica Palentina, Alberto Illera, ha descrito una nueva estrella en la Constelación de Cáncer. El hallazgo se produjo el pasado 30 de octubre, cuando se encontraba estudiando unas placas fotográficas del cielo tomadas en el Observatorio Astronómico de Cantabria en primavera. Illera ha explicado a DiCYT que el astro descubierto tiene además algunas peculiaridades, ya que se trata de una estrella binaria (es decir, que en realidad son dos estrellas muy cercanas) de diferente tamaño y luminosidad.
El astrónomo aficionado, que es secretario de la Agrupación palentina, detalla que la observación se hizo “con un telescopio de 40 centímetros y enfocando a la Constelación de Orión”. Posteriormente, se guardaron las placas en un dispositivo informático y mediante programas de fotografía diferencial se procedió al estudio de la variabilidad de un astro ya conocido.
“Delante de la nueva placa estábamos estudiando una estrella que previamente se conocía, sabíamos todas sus características, su brillo y su magnitud, pero más tarde sometimos a aproximadamente a otras 50 al estudio de luz, cuando por casualidad hicimos el descubrimiento”, relata.
De este modo, el hallazgo se produjo “mediante un método y un trabajo que no se esperaba”. Después, cuando comprobaron que esta estrella no estaba en los distintos catálogos oficiales, lo remitieron a las distintas entidades internacionales para que comprobasen que el descubrimiento era realmente nuevo.
Características de la estrella
Las gráficas de la estrella descubierta, que se encuentra en la Constelación de Cáncer, han indicado que se trata realmente de dos estrellas en contacto que probablemente comparten la misma atmósfera. Asimismo, al estar tan próximas “la gravedad mutua las deforma, así que no son totalmente esféricas”. Otra característica que las gráficas han proporcionado es que la magnitud lumínica de cada una de ellas es diferente, de 14’47 y 15’25 respectivamente, “y es la variación de brillo a lo largo de un tiempo lo que les hace peculiar”. Del mismo modo, tampoco son del mismo tamaño, por lo que se trata de estrellas “que están intercambiando atmósfera y que su estructura está siendo alterada por la cercanía la una de la otra”.
Alberto Illera recuerda, en esta línea, la diferencia entre estrellas binarias y estrellas variables. “Una estrella binaria es aquella que al observarla con grandes aumentos en vez de ver una estrella nos encontramos con dos. Una estrella variable significa que a lo largo del tiempo varía la luminosidad, la intensidad de brillo. La estrella que hemos descubierto tiene como peculiaridad que aún siendo variable la configuran dos estrellas. La variabilidad de luminosidad la proporciona que, al girar la una en torno a la otra, unas veces una está por delante variando en cuanto a la luminosidad, al brillo que a nosotros nos llega a la Tierra. Y ese brillo es el único que por el momento nosotros podemos estudiar”, precisa.
Comprobación
Recientemente, la Asociación Americana de Observadores de Estrellas Variables (AAVSO, por sus siglas en inglés) ha dado su visto bueno al hallazgo realizado por el astrónomo aficionado palentino. La comprobación de este tipo de descubrimientos es un proceso lento. “Sacamos las placas de la Constelación de Cáncer en primavera, que es cuando es visible desde el hemisferio norte, pero evidentemente no sacamos una placa de esa constelación, sino que hicimos una serie de distintas constelaciones de estrellas que fuimos estudiando”. El hallazgo se comprobó así el 30 de octubre del pasado año y se envió la información a la AAVSO para que la constatase. La Asociación Americana determinó que la estrella descubierta por Alberto Illera no había sido descrita anteriormente y que sus comportamientos gravitatorios y luminosos no habían sido estudiados. Asimismo, la bautizó con el nombre científico VSXJ08 y sus coordenadas en el cielo 1442.4+1255.06.
Para obtener más datos sobre la estrella, como sus temperaturas concretas, la distancia a la que se encuentran o sus velocidades de rotación, se deberían realizar estudios avanzados “que se escapan del nivel amateur”, explica Alberto Illera. “Los aficionados podemos aportar al mundo científico profesional nuestros datos para que luego ellos puedan seguir avanzando en el estudio de la astrofísica y del comportamiento de las estrellas”, asegura, aunque reconoce que seguirá investigando con sus propios medios.
“Esperaré a la próxima primavera, enfocaré los telescopios en el Observatorio Astronómico de Cantabria, donde se hizo esta primera observación y, junto al compañero que estaba conmigo en aquel momento, Javier Ruiz, volveré a tomar mediciones de brillo y luminosidad de la estrella para observar si sus magnitudes luminosas varían e ir añadiendo información al estudio de este tipo de estrellas”, concluye.