Ciencias Sociales España , Valladolid, Lunes, 14 de febrero de 2011 a las 18:44

“Siempre se ha dicho que el amor es química, y en efecto lo es”

El psicólogo, escritor y divulgador Jesús de la Gándara profundiza hoy, día de San Valentín, en la neurobiología del amor

Cristina G. Pedraz/DICYT El Amor y la Ciencia están más unidos de lo que parece. Según el psicólogo, escritor y divulgador Jesús de la Gándara, las personas se besan, pero casi nunca piensan por qué lo hacen y qué consecuencias tendrá. El experto ahondará en este planteamiento hoy, día de San Valentín, en una conferencia que tendrá lugar a partir de las 19 horas en el Museo de la Ciencia de Valladolid. De la Gándara ha explicado a DiCYT la estrecha relación existente entre ambos conceptos, Ciencia y Amor, lo que ha contrastado en diversos estudios científicos.

 

“Siempre se ha dicho que el amor es química, y en efecto lo es, una química cerebral muy especial que tiene que ver con los centros y los sistemas de la regulación emocional”, asegura. Durante su ponencia expondrá, en primer lugar, los conceptos básicos sobre la neurobiología de la afectividad, en concreto “la neuroquímica y la neuroimagen del amor, cómo son las estructuras y las funciones cerebrales químicas implicadas en el sentimiento amoroso. De este modo, tratará de mostrar “cómo la historia y la cultura han identificado poética o metafóricamente esas estructuras neurobiológicas, de tal manera que no existe discrepancia entre la literatura y la neurobiología”. Por un lado, apunta, hay bioquímica y, por otro, funcionamiento cerebral, “algo que se manifiesta en el comportamiento de los seres humanos”.

 

En este sentido, De la Gándara señala que la puerta de entrada a esa neurobiología “más próxima, más inmediata y más usada” por los seres humanos son los besos, un comportamiento humano complejo “muy extendido en todas las culturas y a lo largo de la historia que tiene que ver con muchas facetas del funcionamiento cerebral que son puramente emocionales y otras que son cognitivas o simbólicas”.

 

Por una parte, añade, están los besos “como elementos de transmisión de afectos, de cariño, de cordialidad, de amor o de erotismo” y, por otro lado, los besos “como comportamiento simbólico del ser humano, los que utilizamos para comunicarnos o para relacionarnos”. En esta línea, el experto ilustrará cómo la cultura y el arte ha argumentado esta teoría y la ha plasmado en visiones que no son biológicas, sino que son culturales.

 

Tal y como subraya, se trata de abordar el tema con seriedad y huir de libros de “bricolage del beso”. Para ello, el experto detallará su aportación a esta línea de investigación, diversas investigaciones y un libro “que demuestran que el comportamiento humano de besar es muy importante para los seres humanos, para las relaciones familiares, para el desarrollo del cerebro de los niños y para proteger contra las tensiones en las relaciones emocionales tan frecuentes en los seres humanos”. Como recuerda, hoy día la Ciencia permite estudiar de forma fiable y con mucha precisión la distinción entre los comportamientos emocionales y los comportamientos cognitivos.


“Hasta ahora simplemente estudiábamos los comportamientos cognitivos, el rendimiento del cerebro en la inteligencia o en la atención, pero ahora también estudiamos los aspectos del cerebro que son puramente emocionales, como el amor, la creatividad, la religiosidad o la percepción de la belleza. Esto que antes estaba muy alejado y quedaba al margen de la ciencia, para los poetas y la literatura, hoy día los científicos lo podemos estudiar gracias a técnicas sofisticadas de investigación del cerebro humano”, concluye.

 

Los besos crean adicción

 

De la Gándara ejerce actualmente como Jefe del Servicio de Psiquiatría del Complejo Asistencial de Burgos y como profesor Asociado de la Universidad de la ciudad. Es además miembro de numerosas sociedades científicas y artísticas y académico corresponsal de la Real Academia de Medicina y Cirugía de Valladolid. Las numerosas publicaciones científicas y libros sobre psiquiatría de los que es autor, así como sus colaboraciones en prensa escrita, radio y televisión demuestran su afán divulgador, que pondrá en práctica durante su ponencia.

 

En cuanto a su carrera científica, siempre ha trabajado con la patología emocional. A nivel de investigación ha profundizado en los comportamientos emocionales, especialmente en los simbólicos, como el juego, el control de los impulsos o las adicciones comportamentales. Como reconoce el experto, esa línea le llevo a estudiar el comportamiento del cerebro humano adicto al amor. “La neurobiología de la sexualidad, del amor y de los besos se parece mucho a la neurobiología de las adicciones. Más o menos están implicados los mismos mecanismos y centros cerebrales, y esa fue la línea que me llevo a tratar el tema. Los besos crean adicción, al igual que el chocolate, y hemos estudiado mecanismos biológicos y cerebrales que tienen que ver con esas adicciones”, insiste.