La Universidad de Salamanca apostará por la energía solar térmica
JPA/DICYT La Universidad de Salamanca apostará a partir del próximo curso por ampliar las instalaciones de energía solar térmica para reducir las emisiones de CO2 y favorecer el ahorro energético, según ha adelantado hoy Miguel Lizana, coordinador del Plan de Gestión Ambiental y Sostenibilidad de la institución, en el marco de la reunión del grupo de trabajo de la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas (CRUE) para la calidad ambiental, el desarrollo sostenible y la prevención de riesgos. De hecho, la Universidad ya tiene listas sus dos primeras instalaciones solares en el Campus Unamuno, que evitarán la emisión de más de 7.000 kilogramos de CO2 al año.
Así, el Pabellón Polideportivo Miguel de Unamuno dispone ya de 15 captadores solares, que permitirán disminuir las emisiones de dióxido de carbono en 5.300 kilogramos, que equivalen a las que produce un vehículo medio que recorre 25.000 kilómetros y que permitirán un ahorro de 2.000 litros de gasoil anuales. Muy cerca de allí, el Edificio Departamental cuenta con siete captadores solares de módulos de silio cristalino que permitirán evitar la emisión de 1.800 kilogramos de CO2, con la ventaja adicional de que al tratarse de energía fotovoltaica se puede conectar a la red. Precisamente, el único paso que le falta a la instalación es una licencia para dicha conexión. Ambas instalaciones forman parte del Proyecto Usalsol, patrocinado por Caja Madrid.
A lo largo de los dos últimos días, la reunión de la CRUE ha analizado en qué líneas de trabajo pueden trabajar las universidades para conseguir un mayor ahorro y eficiencia energética, así como reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y concienciar a la socidad. "No son los edificios los que consumen energía, sino las personas que utilizan los edificios", ha señalado Lizana en declaraciones recogidas por DiCYT.
En este sentido, los centros universitarios piensan en la posibilidad de solicitar al Instituto para la Diversificación y el Ahorro de la Energía (IDAE) líneas de actuación específicas para universidades. "Queremos que hay subvenciones específicas porque las universidades son el ejemplo de la sociedad", apunta el responsable de la gestión medioambiental.
Planes avanzados
En este sentido, hay instituciones académicas que están marcando el camino al tener planes más ambiciosos y avanzados. Por ejemplo, la Universidad de Valencia ya tiene una gran potencia instalada de energía fotovoltaica que no sólo supone un ahorro energético, sino que en apenas un año le ha proporcionado unos ingresos que alcanzan los 230.000 euros, según Lizana. Por eso, propone que la Universidad de Salamanca, además de apostar por la térmica se decida también a conseguir subvenciones y lograr acuerdos con empresas que le permitan lanzarse al mercado de la fotovoltaica.
"Para el año que viene vamos a apostar por la energía solar térmica en los tejados de los edificios, sobre todo en residencias universitarias para ahorrar calefacción y agua caliente", indica, pero "la Universidad tiene que decidir también cuánta energía solar fotovoltaica quiere instalar".
La segunda y última jornada de la reunión de la CRUE se ha centrado en la prevención de riesgos laborales con la participación del secretario general de Universidades, Màrius Rubiralta.