Alimentación España , Valladolid, Viernes, 21 de julio de 2006 a las 14:50

Castilla y León alberga ocho de las 39 especies de aves en peligro de extinción de toda España

El Libro Rojo de la Sociedad Española de Ornitología señala como prioritaria la conservación en la comunidad del urogallo, el cernícalo primilla y la avutarda

Ana Victoria Pérez/DICYT Castilla y León alberga ocho de las 39 especies de aves catalogadas en peligro por la Sociedad Española de Ornitología (SEO/Birdlife) en el último Libro Rojo de las Aves. Entre los tesoros ornitológicos de la región se encuentra el urogallo, localizado principalmente en la Sierra de Gredos, y cuya desaparición podría producirse en los próximos 20 años si no se ponen los medios para frenar el descenso poblacional de la especie. En la categoría de vulnerables destacan la avutarda común, propia de la meseta leonesa, y el cernícalo primilla, que aún es posible avistar en varias provincias.

Según han explicado a DICYT Alberto Madroño y Juan Carlos Atienza, responsables de la edición del Libro Rojo, "al analizar los resultados de los diferentes estudios que se han puesto en marcha para elaborar esta guía, resulta llamativo que una de cada cuatro especies de aves españolas esté englobada dentro la categoría de en peligro crítico, en peligro o vulnerable. Si a este 25% se le suman las 32 especies que se consideran "casi amenazadas", se deduce que un 34% de las aves españolas presentan problemas de conservación".

Tanto la avutarda común como el cernícalo primilla se encuadran dentro del catálogo de especies cuya probabilidad de extinción ronda el 10% en los próximos 100 años si las administraciones y los ciudadanos no habilitan medidas de conservación adecuadas; y aunque los parajes castellanoleoneses no albergan aún ninguna de las especies cuya situación se ha catalogado como crítica (Andalucía con seis y Valencia con cuatro están a la cabeza de dicha clasificación), sí están experimentando un incremento muy importante de las principales amenazas para las aves. Entre las más acuciantes se encuentran los cambios en el uso del suelo y la construcción de nuevas infraestructuras, así como un paulatino abandono de las prácticas agrícolas, lo que está ocasionando una pérdida del hábitat que afecta especialmente a las especies esteparias o cerealistas, como la ganga ortega y la perdiz roja.

"Desde los años 50, las superficies de regadío han pasado de 1’5 millones de hectáreas a 3’4 en detrimento de los cultivos herbáceos y de secano, que han pasado de ocupar 14 millones de hectáreas en 1965 a 11 en el año 2000. La consecuencia inmediata para las aves de los medios agrícolas ha sido una reducción de sus hábitats y, en consecuencia, de los recursos naturales necesarios para su subsistencia, presentando sus poblaciones un descenso aproximado del 6%", explica Juan Carlos Atienza. "Pero dentro de este colectivo", añade "la situación parece especialmente grave para las aves esteparias, que con un descenso aproximado del 4% presentan un número de especies amenazadas muy superior al resto de especies agrícolas".

 

Estrategia nacional

Los criterios orientadores de los planes de recuperación de especies ornitológicas se establecen en una estrategia nacional que en la actualidad coordina el Ministerio de Medio Ambiente, aunque de las 39 especies de aves catalogadas en peligro sólo cinco cuentan en estos momentos con un plan propio aprobado. Entre ellas se encuentran el águila imperial ibérica, el quebrantahuesos, el urogallo cantábrico, la pardela balear y la malvasía cabeciblanca. En este sentido Castilla y León destaca por su eficacia, ya que la comunidad es la que mayor número de actuaciones y planes de recuperación ha aprobado en la última década, sólo superada por Castilla La Mancha.

 
Por el momento, y atendiendo a la difícil situación de conservación en la que se encuentran el águila azor perdicera, la focha moruna y la cerceta pardilla, serán estas las tres especies que se beneficien próximamente de un plan nacional de conservación.