Medio Ambiente España , Salamanca, Martes, 31 de mayo de 2022 a las 17:22

Blanca Ausín: “Todo está conectado con el cambio climático”

Comienzan las charlas del ciclo 'Common Ground Talks', organizadas por la Unidad de Excelencia de Producción Agrícola y Medio Ambiente AGRIENVIRONMENT

DICYT Blanca Ausín González, investigadora del Grupo de Geociencias Oceánicas de la Universidad de Salamanca, ha inaugurado hoy en el Instituto de Investigación en Agrobiotecnología (CIALE) el ciclo 'Common Ground Talks', una serie de seminarios informales organizados por la Unidad de Excelencia de Producción Agrícola y Medio Ambiente AGRIENVIRONMENT, que cuenta con el apoyo de la Junta de Castilla y León y del Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER). Los ponentes serán científicos de primer nivel que han logrado financiación a través de una convocatoria del European Research Council (ERC), el programa de la Comisión Europea para apoyar investigaciones de alto impacto. El objetivo de estas charlas es establecer las bases para conocer, reconocer, atraer o retener talento investigador que fortalezca al CIALE.

 

En este caso, Blanca Ausín González acaba de obtener 1,5 millones de euros de financiación para los próximos cinco años a través de la convocatoria ERC Starting Grants para la ejecución de su proyecto “Procedencia y vías de transporte de partículas marinas indicadoras de cambios climáticos (PASSAGE)”. Para ello, contará con la colaboración de la Institución Oceanográfica de Woods Hole (Estados Unidos), ETH Zürich (Suiza), el Instituto Portugués del Mar y la Atmósfera (Portugal) y las universidades de Bremen (Alemania) y de Barcelona. En el evento celebrado hoy en el CIALE y en una entrevista concedida a DiCYT ha explicado que la meta de este proyecto es obtener nuevas señales de los cambios abruptos del pasado para entender mejor el clima del futuro.

 

Dentro del Grupo de Geociencias Oceánicas, donde llevó a cabo su tesis doctoral con los prestigiosos investigadores José Abel Flores y Francisco Javier Sierro antes de iniciar un periplo para completar su formación en varios países, se centró en el estudio de los sedimentos marinos como indicador del clima del pasado. Sin embargo, la gran aportación de esta investigadora ha sido demostrar que esta información puede contener sesgos y, por lo tanto, distorsionar los resultados. "El objetivo final es corregir ese problema, que tiene una gran magnitud, como hemos demostrado en los últimos años”, afirma. “Resolverlo es complicado porque tenemos que analizar de dónde vienen las partículas y cómo se transportan. El nuevo proyecto pretende hacer esas correcciones para realizar reconstrucciones del clima mucho más fiables que luego nos sirvan para hacer proyecciones de cambio climático en el futuro mucho más robustas”, explica.


Aunque se puede reconstruir el clima del pasado a partir de fuentes terrestres, como las estalagmitas de las cuevas, el océano tiene características muy particulares. En los fondos marinos “las partículas se van sedimentando de manera constante, lo que nos proporciona un registro climático continuo, a muy alta resolución y que se puede extender en el tiempo millones de años, algo que jamás encontraríamos en el continente”. Por eso, analizar ese “archivo” es la mejor manera de entender el cambio climático actual y sus efectos. “Sabemos que habrá un incremento de la temperatura durante este siglo, pero no conocemos igual de bien las consecuencias. Para eso, necesitamos refinar los modelos con datos de variables climáticas de eventos del pasado que ya hemos estudiado”, destaca Ausín.

 

Los sedimentos marinos aportan esa información clave sobre el clima porque están formados por diferentes tipos de partículas, restos de fitoplancton, zooplancton o materias orgánicas que proceden del continente y que se pueden correlacionar con épocas específicas. “Cuando observamos una muestra de sedimento oceánico, asumimos que todos esos componentes tienen la misma edad, pero si los separamos por grupos, los purificamos y los datamos vemos que su antigüedad puede ser muy diferente”, comenta. Normalmente, “la materia que es más vieja ha sido transportada a lo largo del océano en asociación con microfósiles que son densos, se hunden rápidamente y nos dan una edad bastante fiable de lo que debería ser todo lo demás en esa misma muestra”.


Innovar para mejorar las dataciones

 

Su propuesta es mejorar los datos empleando la técnica del radiocarbono o carbono-14, muy conocida por su utilización para otras dataciones, por ejemplo, en el campo de la arqueología. Sin embargo, “en geociencias también la usamos muchísimo”, afirma la experta. Su aplicación “se extiende hasta los últimos 55.000 años y, dentro de ese periodo, permite datar restos de plantas o microfósiles”. Ahora el proyecto PASSAGE aprovechará las últimas innovaciones para analizar muestras extremadamente pequeñas, de hasta 10 microgramos. De hecho, Ausín pretende desarrollar una herramienta que identifique distorsiones en los registros paleoclimáticos y una metodología para corregirlas.

Gracias a la convocatoria ERC Starting Grants, podrá contratar a dos personas para que lleven a cabo tesis doctorales y a otro investigador o investigadora posdoctoral, además de personal técnico de laboratorio y de gestión de proyectos. En definitiva, “la idea es construir un equipo que me permita alcanzar los objetivos de este proyecto y, a partir de ahí, utilizarlo para expandir las líneas de investigación. Ahora estamos centrados en el océano, pero estaría bien empezar a trabajar en el continente con biomarcadores orgánicos y el ciclo del carbono”.

 

Precisamente, su charla, la primera del ciclo 'Common Ground Talks' ha tenido lugar en un centro de investigación enfocado a las ciencias agrarias y medioambientales, ámbitos que también están relacionados con su trabajo. “Al final todo está conectado con el cambio climático. Aquí estudian plantas y ecosistemas que dependen de muchos factores y variables. Saber a lo que nos enfrentamos y cómo tenemos que gestionar nuestros recursos son cuestiones muy interesantes”, asegura.