Health Spain Salamanca, Salamanca, Thursday, July 19 of 2007, 18:21

Una investigadora de la Universidad de Salamanca desarrolla cultivos de plantas medicinales 'in vitro'

Purificación Corchete trabaja en la actualidad con cardo mariano, cuyos componentes podrían proteger al hígado y combatir el cáncer de próstata

JPA/DICYT Purificación Corchete, investigadora del Departamento de Fisiología Vegetal de la Universidad de Salamanca, estudia cultivos de plantas medicinales in vitro. En la actualidad, trabaja con cardo mariano, más conocido como cardo borriquero, una planta cuyas semillas producen un compuesto que se llama silimarina y que, entre otras propiedades, protege al hígado de daños tóxicos como los producidos por el alcohol y podría dar resultados positivos en el tratamiento de cáncer de próstata, según algunas investigaciones que ya se encuentran muy avanzadas.

 

Para estudiar mejor este compuesto, utiliza como modelo cultivos de células en suspensión, es decir, diluidas en un líquido que está siempre en movimiento, lo que permite analizar "los factores que concurren para optimizar la producción de este compuesto". La especialista ha explicado a DICYT que el 25% de los fármacos que se prescriben hoy en día tienen origen vegetal y constituyen la base para la industria cosmética, de perfumes, agroalimentaria, de insecticidas y otras. La alternativa a la producción natural es su cultivo in vitro, que se basa en una propiedad de las células vegetales denominada totipotencia, es decir, "que una célula en un momento adecuado y con condiciones adecuadas puede dar lugar a una planta completa sin necesidad de que haya germinación. Producir estos compuestos en el laboratorio "evita la influencia de factores como el clima o las plagas, asegurando un buen suministro al mercado sin necesidad de tener que explotar el medio natural", señala.

 

Menor producción

 

Sin embargo, la producción in vitro presenta un grave problema, ya que la planta produce menos que en estado natural. "Existen unas moléculas que se llaman metabolitos secundarios que son utilizadas por el vegetal para relacionarse con su entorno, es decir, para atraer agentes polinizadores y dispersantes de semillas, defenderse de depredadores potenciales como insectos o microorganismos, y también para relacionarse con otras especies", declara Corchete. "Cuando la planta se relaciona con el medio ambiente necesita sintetizar una serie de productos a modo de arsenal químico que la protege, pero si introducimos la planta en un laboratorio, no tiene necesidad de protegerse de agresiones ambientales y deja de producirlos", apunta.

 

Para evitar estas carencias en los cultivos in vitro, hay dos aproximaciones metodológicas, una es el estudio de los factores que hacen que la producción esté reducida, y otra es la ingeniería metabólica, que propone aislar los genes e introducirlos en la planta de interés para que su sobreexpresión aumente la producción, un campo con un "futuro prometedor" en opinión de la experta. 

 

Además de seguir en la línea de investigación con el cardo mariano, Corchete tiene previsto ponerse en contacto con la Universidad Complutense de Madrid, que tiene convenios de colaboración con instituciones de Ecuador y Colombia, países donde hay "una flora riquísima en compuestos medicinales que aún no se conocen en el mercado europeo" e iniciar así nuevos estudios.