Ciencias Sociales España , Valladolid, Martes, 10 de marzo de 2009 a las 16:00

Un viaje por la biodiversidad marina de Canarias

El escritor y fotógrafo vallisoletano Ángel Vallecillo elabora un documental sobre las 20.000 especies marinas de las islas bajo el título ‘Mar de Nadie’

Cristina González Pedraz/DICYT El entorno de las Islas Canarias es uno de los lugares preferidos por los especialistas para rodar imágenes sobre los fondos marinos. Las más de 20.000 especies que habitan en estas aguas son un reclamo para muchos, incluidos los que se encuentran tierra adentro, en la península, como Ángel Vallecillo. En colaboración con el Museo de la Ciencia de Valladolid y la Fundación Mapfre Guantarme, este escritor y fotógrafo vallisoletano ha elaborado un documental que hace un recorrido por la biodiversidad marina de Canarias, bajo el título Mar de Nadie.

 

“Intentar encerrar el mar en una pantalla es imposible”, ha resaltado el autor en declaraciones recogidas por DiCYT, por lo que ha intentado ofrecer sus facetas a través de “diversas visiones”. Estructurada en siete capítulos, la cinta fusiona música, literatura y una colección de imágenes de naturaleza marina con más de 200 especies de ballenas, tortugas, delfines y peces. El objetivo es mostrar una visión diversa y artística del mar mediante siete argumentos distintos: historia natural, belleza marina, destrucción medioambiental, un cuento infantil, las Islas Canarias, el miedo y una visión metafórica del mundo.

 

El primero de los capítulos, Infinito Cero, resume en cinco minutos 15.000 millones de años de vida en el universo: desde el Big Bang hasta la aparición del hombre en la Tierra. Así, repasa la aparición de las primeras especies “blandas” que surgieron hace unos 4.000 millones de años en el fondo del mar y llega hasta la aparición de los mamíferos más complejos y evolucionados, como el hombre o los cetáceos.

 

Por otro lado, el segundo de los capítulos, Azul y Lejos, muestra la belleza del mar y, en él, una imagen “nunca filmada bajo el agua”, como una escena de caza en la que unos delfines acosan a una bola de carnada. Se trata de una perspectiva “optimista” de esta agua que contrasta con la ofrecida en el capítulo Autodestrucción, que muestra con toda crudeza las consecuencias de la civilización industrial en la calidad de vida marina: acumulación de residuos, sobreexplotación, vertidos tóxicos, mareas negras o animales atrapados y mutilados.

 

Reflexión ante las especies en peligro de extinción

Asimismo, el cuarto capítulo narra el cuento del reino de Akúside y su relación con el mar, mientras que el quinto ofrece una visión más geográfica y recorre los 240.000 kilómetros cuadrados del Mar de Canarias a través de gráficos a escala en tres dimensiones. Finalmente, el capítulo sexto versa sobre el mar como ser vivo, temible y poderoso y el séptimo, bajo el nombre de Resurrección, retoma la aparición del hombre en la Tierra.

 

La proyección finaliza con El sueño de Champollion, una historia ficticia del último lobo marino que pobló las Islas Canarias hasta 1937, fecha en la que se avistaron los últimos ejemplares del archipiélago. Se plantea como un capítulo para “el sosiego y la reflexión”, con el sueño profundo de uno de los animales más amenazados del mundo. Esta imagen es la única no tomada en Canarias, para rodarla el equipo tuvo que desplazarse a la costa de Mauritania.

 

Todos aquellos que quieran visionar la obra podrán hacerlo de forma gratuita los sábados 14 y 28 de marzo y los días 4 y 8 de abril, de 12.30 a 13.30 horas en el Auditorio del Museo de la Ciencia.

 
 

Equipos utilizados
Para la realización de Mar de Nadie, producida por la compañía canaria Aquawork, han sido necesarios tres años de trabajo, más de 400 horas de inmersión y la colaboración de actores, músicos, bailarines, científicos e instituciones relacionadas con el mar y el espacio.
En relación con la filmación submarina, ha sido la primera película rodada en España gracias al sistema de respiración por circuito cerrado, el cual permite no emitir burbujas y captar imágenes a 80 metros de profundidad. Respecto a la superficie terrestre, se han filmado imágenes de hasta 4.000 metros de altura con un helicóptero.