Un proyecto tecnológico pretende mejorar la gestión hospitalaria
José Pichel Andrés/DICYT La empresa Nebusens, ubicada en el Parque Científico de la Universidad de Salamanca, desarrolla un proyecto de investigación que pretende ahorrar costes y agilizar las tareas que se llevan a cabo en un entorno hospitalario gracias a un sistema de localización de recursos materiales y humanos mediante una red inalámbrica de sensores. Esta tecnología permitirá controlar en todo momento los recursos disponibles y así optimizar su uso con el objetivo final de ofrecer una mejor atención al paciente con menos gastos.
El objetivo es poner en marcha un sistema, denominado CADUCEO, que sirva para que en los centros hospitalarios se optimicen los recursos tanto técnicos como humanos y así “saber en todo momento dónde está cada cosa, quién la ha cogido y dónde debería estar”, explica en declaraciones a DiCYT Dante Tapia, gerente de Nebusens. En definitiva, se podrá llevar un seguimiento informatizado de elementos como los carritos dispensadores de medicamentos.
La Universidad Politécnica de Madrid, la Universidad de Murcia, las empresas Logica España, Flowlab e Intermec Technologies y el Consorcio Sanitario de Tarrasa (Barcelona) son los socios de Nebusens en este proyecto financiado desde 2011 a través del Subprograma INNPACTO del Ministerio de Economía y Competitividad.
Desde el punto de vista tecnológico, la clave está en la unión de dos tipos de tecnologías, el protocolo de comunicaciones ZigBee y RFID (siglas de Radio Frequency IDentification, es decir, identificación por radiofrecuencia) en el mismo motor de localización. La empresa salmantina trabaja con las dos, pero especialmente con la primera, que es similar al conocido Bluetooth pero ofrece un bajo consumo y permite crear redes más grandes, con una forma más flexible de conectar dispositivos.
Sensores, chips y etiquetas
El funcionamiento de ZigBee requiere utilizar unos pequeños dispositivos o chips, con los que se podría localizar personal médico o pacientes en el ámbito hospitalario, mientras que RFID funciona simplemente con etiquetas, que se podrían emplear para “expedientes, carpetas de documentos o material quirúrgico”, comenta el responsable de la empresa. La unión de las dos tecnologías gracias a una serie de sensores desplegados por las instalaciones es lo que hace posible el funcionamiento del sistema.
El mismo concepto de localización se está aplicando en otros entornos, como residencias geriátricas, para el cuidado de personas, pero este sistema resulta más complejo al incorporar muchos más elementos y la fusión de las dos tecnologías. La metodología que se emplea en este caso se conoce como Living Lab y pretende involucrar al usuario final en el desarrollo de un proyecto de I+D+i, ya que esto permite detectar necesidades o problemas que pueda plantear, por ejemplo, el personal sanitario a la hora de desenvolverse en su día a día con esta nueva tecnología.