Salud Argentina , Argentina, Lunes, 21 de noviembre de 2022 a las 16:29

Un método permite estimar la edad de muerte de personas adultas a partir del análisis de la primera costilla

Especialistas del CONICET y de la UBA crearon una herramienta más económica y sencilla de usar que será útil en estudios de antropología forense, bioarqueología y otras disciplinas

CONICET/DICYT Especialistas del CONICET y de la UBA desarrollaron una nueva metodología que permite estimar la edad de muerte de personas adultas a partir del estudio de las articulaciones de la primera costilla. Esta herramienta, descrita recientemente en el Journal of Forensic Sciences, será de utilidad para quienes desde la antropología forense, la bioarqueología y otras disciplinas se centran en el estudio de poblaciones humanas del presente y del pasado.

 

“Además de ser más sencillo de aplicar y económico comparado con otras propuestas actuales, nuestro método propone una alternativa muy útil porque la primera costilla humana es un hueso fácilmente identificable por su morfología y también suele estar bien preservado, a diferencia de los coxales (huesos de la pelvis) que es la parte anatómica que habitualmente se analiza para estimar la edad de muerte de personas adultas”, afirma Leandro Luna, investigador del CONICET en el Instituto Multidisciplinario de Historia y Ciencias Humanas (IMHICIHU, CONICET) y docente de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA.

 

Para desarrollar el método, Leandro Luna y Claudia Aranda, vicedirectora de la Unidad de Investigación en Bioarqueología y Antropología Forense (UIBAF), de la Cátedra de Endodoncia de la Facultad de Odontología y del Instituto de Investigaciones en Salud Pública de la UBA, usaron como muestra las primeras costillas de 415 esqueletos en guarda en la Universidad de Coimbra, Portugal, que corresponden a 196 mujeres y 219 hombres que tenían entre 21 y 96 años al momento de morir entre 1910 y 1936.

 

El conjunto analizado se dividió en dos partes. Para generar el método, Aranda y Luna utilizaron como muestra de referencia las primeras costillas de 284 esqueletos; luego, para comprobar su eficacia y fiabilidad, analizaron las de los otros 131 esqueletos. “En esta segunda etapa, comparamos los resultados de las estimaciones que obtuvimos con las edades reales de muerte de cada persona, las cuales forman parte de la Colección Humana Documentada de Coimbra, y pudimos comprobar que nuestro desarrollo funciona muy bien”, indica Aranda, especialista en el rescate, conservación y estudio de restos humanos arqueológicos y contemporáneos.

 

El nuevo método, que se basa en el análisis de los cambios que se producen a lo largo de la vida en la textura y la topografía de las articulaciones de las primeras costillas, tiene un gran potencial para su aplicación en investigaciones bioarqueológicas y forenses ya que ofrece nuevas herramientas en aquellos casos en los cuales los restos óseos recuperados se encuentran fragmentados, quemados o pertenecen a varios individuos mezclados, afirma Aranda. Y agrega: “Esta nueva herramienta contribuirá a determinar con mayor confianza diferentes aspectos relacionados con la demografía, las enfermedades, la movilidad y el uso del cuerpo en actividades cotidianas de las sociedades que vivieron en el pasado en el actual territorio argentino”.

 

“Nuestro método también contribuirá a mejorar la calidad de la información requerida en los peritajes forenses para lograr una correcta identificación. El próximo paso de las investigaciones, que estamos iniciando en este momento, es la aplicación de esta propuesta en muestras de esqueletos documentados del país”, concluye Luna, doctor en Arqueología y especialista en paleodemografía y paleopatología de restos humanos prehispánicos y modernos.