Salud España , Burgos, Jueves, 23 de junio de 2011 a las 18:09

Un proyecto europeo pretende reducir los tiempos en la identificaci贸n forense de restos 贸seos

Un experto de la Universidad de Granada analiza en Burgos las marcas que deja la violencia en los huesos humanos

Antonio Martín/DICYT Un proyecto europeo, en el que está incluida la Universidad de Granada, trata de depurar las técnicas de identificación de personas a partir de restos óseos con el fin de ofrecer mayor inmediatez a los cuerpos y fuerzas de seguridad. Así lo explicó hoy el catedrático de Antropología Forense Miguel Botella, que acudió a Burgos a la sesión inaugural de un curso de Antropología forense que se celebra hasta el día 25. El proyecto comunitario pretende la identificación automática de los huesos a partir de una metodología desarrollada previamente por la Universidad de Granada.

 

Según explicó Miguel Botella, el centro académico andaluz colabora en esta iniciativa con diferentes cuerpos policiales de España, Italia y Portugal. La Universidad de Granada desarrolló "un sistema de análisis multivariante estadístico a partir de miles de medidas que permiten la identificación del sexo de los restos óseos en un 98%", según indicó a DiCYT. Los investigadores desarrollaron un proceso estadístico con esta multitud de variables que, gracias a una fórmula matemática, permitía identificar el sexo del individuo del que se tenían los huesos de una manera casi cien por cien fiable. Ahora, el proyecto trata de depurar esta metodología y lograr la identificación automática de los restos.

 

De este modo, los antropólogos forenses son capaces de identificar, a partir de este tipo de métodos, el sexo de una persona a patir de fragmentos de huesos. Según recordó Botella, su equipo de investigación también ha desarrollado una técnica que permite la superposición de un cráneo en una fotografía, con el fin de facilitar a estos individuos. Estas tecnologías, "son usadas generalmente ya por la Policía, por lo que hemos logrado que estos conocimientos sean transferidos a este tipo de usuarios", resume el catedrático.

 

Uno de los resultados más importantes que ha obtenido el equipo de investigación de Botella ha sido sistemaizar las marcas de corte de los huesos determinando las herramientas empleadas y el número de personas que las han producido. Esta investigación ha tenido tanto uso en el ámbito científico como policial.

 

Marcas de corte y canibalismo

 

Botella recordó que las marcas en los huesos son un indicador de "casos de violencia entre seres humanos", por lo que la identificación de estas marcas sirven tanto para ver para identificar comportamientos delictivos para los cuerpos y fuerzas de seguridad como para conocer un pasado más remoto, en el caso de antropólogos especializados en la Prehistoria, por ejemplo.

 

Una de las marcas de corte que llaman la atención a los científicos son las correspondientes a conductas de canibalismo. "Es un comportamiento que hemos observado en neandertales, pero también en fechas más recientes, como la Edad de Bronce o el Neolítico medio". En algunos casos, los investigadores han podido identificar en los huesos encontrados en yacimientos prehistóricos descarnaciones como las producidas cuando nos alimentamos de carne. Esta pista les permitió interpretar que existió canibalismo entre esas culturas. "No pienso que fuera una cuestión de alimentación meramente, sino que quizá supusiera una especie de actitud para que los miembros fallecidos siguieran forman parte del grupo a partir de servir de alimento a sus compañeros", expresa el experto. El científico recuerda que se han documentado prácticas caníbales en Nueva Guinea muy recientemente, entre 1918 y 1920, entre miembros de un mismo grupo.

 

La codirectora del curso sobre Antropología forense, Ana Gracia, explicó que la disciplina "sirve de frontera de la Ciencia para diferentes disciplinas. Mientras que en el caso de la Paleoantropología trabaja durante años en diferentes casos, los antropólogos forenses ofrecen una gran variedad de resultados en poco tiempo". El curso, organizado por la Sociedad Española de Criminología y Ciencias forenses (SECCIF), cuenta con Juan Luis Arsuaga, José Miguel Carretero o Eugenia Cunha como algunos de los profesores.