Alimentación España , León, Jueves, 21 de septiembre de 2006 a las 19:16

Un experto alerta en León del peligro de que el mejillón cebra se extienda a todos los ríos de España

Imanol Cia califica la invasión de esta especie como "uno los desastres ecológicos más grandes de los últimos años"

María Jesús Fernández/DICYT La prolífica capacidad dispersiva del mejillón cebra (Dreissena polymorpha) hace prever que, si no se logra frenar su expansión, esta especie de molusco bivalvo procedente de los los mares de Aral, Caspio y Negro, llegue a afectar a gran parte de los ríos de España o a la totalidad de ellos, y no sólo a la cuenca del Ebro, donde se ha localizado su presencia hasta el momento. Así lo ha indicado hoy en León Imanol Cia, miembro del comité de expertos de Zaragoza encargado de la gestión de este problema, quien ha participado en el Congreso sobre Especies Exóticas Invasoras.

 

Imanol Cia, que realiza una tesis doctoral sobre el mejillón cebra en la Universidad de Lleida en colaboración con la compañía Endesa, considera que esta especie invasora es "una bomba de relojería absoluta y uno de los desastres ecológicos más grandes de los últimos años" del que, sin embargo, "no ha existido una concienciación clara del peligro que supone hasta ahora".

Este experto recuerda que el problema del mejillón cebra llega a España en el 2001, y desde entonces ha sido "una patata caliente que en cinco años ha logrado extenderse por toda la cuenca hidrográfica del Ebro", a la que se suma la reciente detección de su presencia en el embalse del Sobrón, en Burgos, el pasado fin de semana. Imanol Cia asegura que "si tenemos mejillón de cebra en la cabecera del Ebro es cuestion de tiempo que lo tengamos hasta la desembocadura".

Sin embargo, no sólo preocupa que llegue a aparecer en todo el tramo de la Cuenca del Ebro, sino que llegue a extender su presencia al resto de los ríos de España. "Es una especie que necesita agua caliza y toda España tiene agua caliza en sus ríos, por lo que es posible que llegue a extenderse por todos ellos y de hecho sólo hay que mirar lo que ha pasado en el resto de los países de Europa y del mundo donde ha aparecido". En este sentido, Imanol Cia indica que EEUU se gasta al año entre 2.000 y 5.000 millones de dólares en medidas de control de esta especie, y también resalta que España es uno de los últimos países a los que ha llegado este dañino molusco bivalvo, que lleva extendiendo desde finales del siglo XVIII.

Efectos devastadores

El mejillón cebra causa un grave impacto sobre el ecosistema de los ríos y desperfectos en conducciones hidráulicas que provocan grandes pérdidas económicas. Su efecto sobre el ecosistema se debe a que forma tapices y llega a concentrarse en cantidades de 15 ó 16 kilos por metro cuadrado, "una cantidad monstruosa", según indica Imanol Cia. Tal y como detalla, este tapiz afecta primero a todos los microorganismos de los que se alimentan los peces. Además, el molusco se alimenta de plancton, con lo queda menos disponible para otras especies.

Otro de los grandes perjuicios que ocasiona este pequeño molusco se centra en especies de bivalvo que viven en el río y que están consideradas en peligro de extinción, sobre todo la Margaritifera auricularia, sobre la que se asienta el mejillón cebra ganando peso y provocando la muerte por asfixia o hambre de su hospedador.

El mejillón cebra también aumenta la transparencia del agua, con lo que la luz llega más al fondo y la vegetación crece y se prolifera más generando cambios en cadena. Además, forma capas de varios centímetros de espesor que también ocasionan problemas a los bañistas.

 

Frenar su propagación
El mejillón cebra es una especie invasora sobre la cual todavía no se dispone en la actualidad de medios para erradicar su presencia, al menos en masas de agua abiertas. Sin embargo sí existen tratamientos para frenar su expansión como variando el nivel de los embalses para dejar expuesta a la población a desecación, un método que hasta ahora se ha comprobado que funciona, según señala Imanol Cia. En masas de agua cerradas como depósitos de agua para consumo humano o sistemas de riego, también se puede aplicar determinados productos con los que también se han logrado resultados positivos.

Otra de las medidas eficaces consiste en confinar las barcas de los pescadores, "porque son el primer foco de dispersión de esta especie, mediante ejemplares pegados al casco de las barcas, que también actúan como medio de transporte de larvas, por eso deberían haberse tomado medidas más drásticas, como en Álava, que prohibió la pesca desde embarcación".