Medio Ambiente México , Baja California Sur, Miércoles, 10 de mayo de 2023 a las 11:19
COLUMNA | SOMOS MAMÍFEROS

Todos los organismos tienen su “Servicio Secreto” (parte 2)

Cuando las cosas se ponen difíciles, la respuesta del sistema inmunitario debe ser integral

Alina Gabriela Monroy-Gamboa y Sergio Ticul Álvarez-Castañeda/CIBNOR/DICYT En la entrega anterior se mencionaron principalmente las formas en las que el "Servicio Secreto” (sistema inmunitario) ha actuado de manera prácticamente individual y sobre los causantes extranjeros del problema, diríamos célula a célula. Cuando las cosas se ponen más difíciles, la respuesta debe ser más integral, por lo que las acciones deben de incluir a un conjunto de células al mismo tiempo, como a continuación se explica.


En cierto momento de la batalla pueden intervenir los mastocitos (originarias de las células madre de la médula ósea), más activos cuando el extranjero es del grupo de las bacterias, parásitos o venenos. Los mastocitos más que atacar al enemigo en sí, hacen que las condiciones de la batalla cambien a favor de los defensores, liberando sustancias químicas que tendrán efecto directo en el organismo (muy frecuentes en las alergias). Una de las sustancias químicas que se liberan es la histamina (que incrementa los procesos inflamatorios destacando el aumento de la temperatura corporal, causando fiebres). Otra sustancia liberada es la serotonina, que es un neuromodulador (sustancias que son liberadas por las terminales nerviosas y pueden modular la síntesis o liberación de un neurotransmisor, diríamos que las células del organismo pueden interactuar con el sistema nervioso) que participa de manera directa en la regulación de diferentes conductas como son el estado de ánimo, funciones fisiológicas, conducta social, sexual y alimentaria, sueño, ritmos circadianos y ansiedad. En el argot se diría como que los mastocitos son capaces de quitarle las pilas a un organismo. Este conjunto de factores tendrá como efecto que el organismo tenga menor actividad física, disminuyendo su gasto de energía muscular para poder dirigirla a la fisiológica. También ocurre la liberación de dopamina, que se relaciona de manera directa con la capacidad de realizar movimientos voluntarios. Dentro del grupo de las citocinas, está el factor de necrosis tumoral cuya liberación, entre varias cosas ocasiona fiebre, hasta cierto punto de manera indirecta causa que ciertos órganos disminuyan su actividad limitando la insulina y con ello acceso a la glucosa, por lo que hay una disminución del apetito (el proceso de digestión consume mucha energía, por lo que la energía en el corto plazo debe de ser enfocada al combate del problema), entre otras cosas. La liberación de heparina que actúa en el sitio de la lesión como un anticoagulante de la sangre, permite evitar la formación de coágulos de la sangre lo que hace posible que la vía sanguínea se mantenga abierta para la llegada de más células del sistema inmunitario. Finalmente, el condroitín sulfato que es un componente de la matriz extracelular de diferentes tejidos conectivos por lo que es útil para las reparaciones de los tejidos, son los ladrillos con los que se realizarán las reparaciones de emergencia.


La respuesta global más importante del sistema inmunitario es la fiebre, esto se debe a que tiene efectos en todo el organismo disparando diferentes reacciones, aunque con la que más se le relaciona es con el aumento de la temperatura corporal. Entre las reacciones más importantes y que ayudan al sistema inmunitario son: los trastornos en la circulación sanguínea del cuerpo. Estos trastornos tienen un efecto directo y se les relaciona con el aumento de la temperatura y de las pulsaciones del corazón, las que pueden ser fuertes o débiles. En ambos casos se incrementa el flujo sanguíneo en el organismo por lo que el desplazamiento de las células del sistema inmunitario puede ser más rápido y llegar al sitio necesario con celeridad. Se afecta también la presión arterial debido a que lo vasos sanguíneos de la periferia del cuerpo se “cierran o se hacen más angostos” (vasoconstricción periférica), en este caso el individuo siente frío, debido a que los sensores de temperatura están en la periferia de los organismos. Independientemente de la sensación la temperatura de la sangre se incrementa rápidamente por estar concentrada en el núcleo del cuerpo que es la parte más cálida. Cuando la temperatura del organismo alcanza niveles elevadamente críticos y debe de enfriarse, la sangre es desviada a la periferia (vasodilatación periférica) con la finalidad de que la sangre se enfríe y el calor se irradie fuera del organismo, lo que causa que la temperatura del individuo disminuya. En esta etapa se tiene la sensación de calor y se produce la sudoración. La temperatura también hace que la frecuencia respiratoria aumente proporcionalmente, llegando a ser muy elevada incluso jadeando para eliminar la temperatura del núcleo del cuerpo. El aparato digestivo disminuye actividad, solamente con sensación de sed. El organismo utiliza la energía de proteínas y de la gasa del cuerpo, por lo que hay consumo de proteínas y grasas, que tiene consecuencias en la disminución del peso corporal.


La fiebre es una de las estrategias más eficientes de los organismos para activar al sistema inmunitario del organismo, pero también es uno de los primeros síntomas que son combatidos cuando se está enfermo. El limitar el proceso febril (38 a 40 ° C) o de febrícula (37 a 38° C) es quitarle al organismo uno de sus sistemas de reacción más efectivos para el combate a los agentes externos. Por lo que en ocasiones es bueno dejar que este proceso fisiológico se desarrolle porque también estimula a todo el sistema inmunitario y permite que los procesos naturales se desarrollen. Pero por supuesto es importante que no se llegue a la hiperpirexia, que es cuando se alcanzan los 40° C o más, porque entonces se producen diversos daños en los órganos y en su funcionamiento.


El sistema inmunitario es uno de los más complicados de los mamíferos y tiene muchos indicadores químicos que ayudan de manera diferente a poder mantener las condiciones óptimas. También se debe de considerar que siempre está presente y combatiendo a los diferentes agentes externos y que realmente nos damos cuenta de él cuando es rebasado porque los externos tienen mayor capacidad de respuesta que la instalada en ese individuo en ese momento.


La defensa del organismo depende en gran medida de la presencia de la fiebre, por lo que hay que monitorearla y dejarla participar como parte del sistema inmunitario.

 

Autores

 

Centro de Investigaciones Biológicas del Noroeste, S. C. Instituto Politécnico Nacional 195, CP. 23205, La Paz, Baja California Sur, México. Email beu_ribetzin@hotmail.com (AGM-G), sticul@cibnor.mx (STA-C).