Las defensas inmunitarias se basan en una potencial oncoproteína
JPA/CSIC/DICYT El sistema inmunitario se vale de diversas herramientas frente a los patógenos que amenazan al cuerpo. Una de ellas es la producción de linfocitos T de memoria, especializados en recordar dichas amenazas y atacarlas a largo plazo, por ejemplo, después de la vacunación. Un trabajo de varios centros españoles, entre los que se encuentra el Centro de Investigación del Cáncer (CIC, centro mixto del CSIC y la Universidad de Salamanca), ha descubierto una proteína encargada de permitir la diferenciación de linfocitos T citotóxicos CD8+ en linfocitos de memoria: la proteína N-ras. El hallazgo ha sido recogido en el último número de la revista The Journal of Experimental Medicine.
Los linfocitos T CD8+ reconocen de forma específica a las células que están infectadas por un virus. Una vez identificadas, estos leucocitos las destruyen. Cuando los linfocitos T CD8+ detectan por primera vez a los antígenos virales, inician un proceso de diferenciación: se convierten en linfocitos efectores, de acción inmediata; o en linfocitos de memoria, de reserva, que protegen el cuerpo mucho mejor frente a una segunda infección.
“El trabajo está hecho con los ratones knockout de N-Ras generados en nuestro laboratorio”, es decir, ratones que tienen dicha proteína desactivada y que sirven para comprobar las funciones de la misma, según ha explicado en declaraciones a DiCYT Eugenio Santos, director del Centro de Investigación del Cáncer y uno de los firmantes de este artículo, aunque los principales responsables del trabajo son Margarita del Val, investigadora del Centro de Biología Molecular ‘Severo Ochoa’, centro mixto del CSIC y la Universidad Autónoma de Madrid, y Edgar Fernández-Malavé, científico de la Universidad Complutense de Madrid. Además, también participa el Instituto de Salud Carlos III.
La investigación ha descubierto que la ausencia de la proteína N-ras impide la diferenciación de los linfocitos T en linfocitos de memoria. La investigadora Margarita del Val considera este hallazgo “fundamental en el campo de la vacunación, ya que ésta se basa en el desarrollo de la memoria inmunológica”, según las declaraciones difundidas por el CSIC.
Clave también en cáncer
N-ras es una molécula previamente conocida por su contribución a la supervivencia celular, ya que está implicada en la transmisión de las señales externas hacia el interior de la célula. Por el contrario, si aparece mutada se convierte en una oncoproteína que contribuye al desarrollo del cáncer. Para el investigador Salvador Ibarra, que también pertenece al Centro de Biologí Molecular ‘Severo Ochoa’ y colabora en el estudio, resulta “sorprendente que la función principal de esta potencial oncoproteína sea la mediación de la diferenciación de linfocitos T en linfocitos de memoria”.
La investigadora del CSIC opina: “El siguiente paso debería enfocarse hacia esclarecer el impacto de la memoria inmunológica para evitar que las infecciones banales se vuelvan crónicas y, a nivel más fundamental, estudiar en qué se diferencian los distintos tipos de memoria frente a los patógenos”.
Referencia bibliográfica | |
Salvador Iborra, Manuel Ramos, David M. Arana, Silvia Lázaro, Francisco Aguilar, Eugenio Santos, Daniel López, Edgar Fernández-Malavé, and Margarita Del Val. N-ras couples antigen receptor signaling to Eomesodermin and to functional CD8+ T-cell memory but not to effector differentiation. The Journal of Experimental Medicine. DOI: 10.1084/jem.20112495 |