Ciencias Sociales Perú , Perú, Martes, 19 de julio de 2022 a las 10:17

Todas las culturas alteran la voz de manera similar para comunicarse con los bebés

Un estudio internacional con participación de Perú sugiere que la forma de dirigirse a los niños pequeños tiene una función que ha evolucionado en común

DICYT Al cantar y hablar con bebés pequeños, las personas alteran sus voces de una manera que es consistente en todas las culturas, según un estudio publicado en Nature Human Behavior. Los hallazgos sugieren que la forma en que los humanos hablan y cantan a los bebés puede tener una función que ha evolucionado en común.

 

La evidencia de muchas especies animales muestra que las vocalizaciones a menudo tienen una función clara, como llamadas de alarma que alertan a otros sobre depredadores cercanos. Investigaciones anteriores en humanos han demostrado que tanto las canciones de cuna como la forma en que los padres les hablan a los niños tienen un efecto calmante en los bebés. Esto sugiere que estas vocalizaciones también pueden tener una función común, pero la evidencia transcultural de esto es limitada.

 

Courtney Hilton, Cody Moser y sus colegas, junto con un equipo de 40 colaboradores internacionales, recopilaron 1.615 grabaciones de habla y canto humano de 21 sociedades en 6 continentes y aplicaron análisis computacionales para estudiar las características acústicas que diferencian los sonidos de las vocalizaciones dirigidas a adultos y niños. Entre los investigadores, está Silvia Ccari Cutipa, de la Universidad Nacional del Altiplano Puno, en Perú.

 

Los autores encontraron que las características acústicas diferían consistentemente entre las grabaciones dirigidas a bebés y adultos. Por ejemplo, las grabaciones dirigidas a bebés tenían timbres más puros, las canciones eran más tenues y el habla tenía un tono más alto. Reprodujeron las grabaciones a 51.065 personas de 187 países, que hablaban una variedad de idiomas, y descubrieron que los oyentes podían adivinar cuándo las vocalizaciones se dirigían a los bebés con mayor precisión que por casualidad.

 

Los resultados se suman a nuestra comprensión del habla y el canto humanos, y sugieren que alteramos nuestras vocalizaciones hacia los bebés de una manera que sea consistente en todas las culturas y ampliamente reconocible, y que puede tener una función común.