Alimentación Panamá , Panamá, Miércoles, 11 de febrero de 2015 a las 16:35

¿Qué puede suponer ingerir una rana tóxica?

Hasta hace poco, se pensaba que la pequeña ‘Oophaga pumilio’ no tenía depredadores habituales. Puede que no sea el caso

STRI/DICYT Se supone que comerse una rana flecha roja y azul es una muy mala idea. Como recordatorio a los depredadores potenciales, el diminuto anfibio anuncia su toxicidad con su piel de color de color - rojo brillante, en el continente de América Central y un arco iris de variaciones de colores en las islas del archipiélago de Bocas del Toro en Panamá. Hasta hace poco, se pensaba que la pequeña Oophaga pumilio no tenía depredadores habituales. Puede que no sea el caso.

 

Como parte de un equipo de la Universidad de Tulane estudiando las ranas en la Isla Bastimentos, el investigador postdoctoral Mateo Dugas fotografió a una serpiente consumiendo a una O. pumilio de color naranja y negro moteado. Las imágenes, publicadas en Herpetology Notes, son algunas de las primeras fotos que muestran la depredación por parte de serpientes. Estas imágenes contribuyen a la pequeña cantidad de evidencia que apunta a la depredación de la rana flecha roja y azul.

 

“Se sabe muy poco acerca de los depredadores naturales de estas ranas, pero claramente algunos pueden superar las defensas de alcaloides de la rana”, comentó Ralph Saporito, de la Universidad John Carroll, que fotografió a un Momoto Rufo alimentándose de una O. pumilio en Costa Rica en el 2011. Su laboratorio actualmente está preparando experimentos con serpientes y aves para saber si la O. pumilio es un elemento del menú regular para los depredadores y para averiguar cómo los depredadores toleran las toxinas de la rana.

 

Saporito se pregunta si las toxinas se concentran en alguna parte del cuerpo del depredador en particular - músculos o hígado, por ejemplo. También se pregunta si los depredadores son capaces de aislar toxinas sí mismos y utilizarlas como defensa.

 

El mismo día que Dugas fotografió el evento de depredación, un colega vió otra serpiente de la misma especie (una serpiente café adornada, o Rhadinaea decorata) atacar a una rana. El científico no vio otros eventos de depredación durante siete visitas posteriores al mismo lugar por más de seis semanas. “No estoy seguro de qué tan común es esto, pero es muy importante averiguarlo cuando se estudia la evolución de las toxinas y la coloración de advertencia”, comentó Dugas, que fue huésped de la Estación de Investigaciones del Smithsonian en Bocas del Toro.