"No sabemos qué porcentaje del cambio climático se debe al efecto invernadero y cuál a causas naturales"
JPA/DICYT Josefina Castellví, oceanógrafa, bióloga marina y primera mujer que dirigió una base científica en la Antártida, ha inaugurado hoy las Jornadas Polares de la Universidad de Salamanca con una conferencia acerca de las razones por las que los científicos se fijan en el continente helado a la hora de realizar investigaciones de diversas disciplinas. Entre ellas, ha destacado la información sobre cambios climáticos que se puede recoger en los polos y, en ese sentido, ha advertido de que en la actualidad "no sabemos qué porcentaje del cambio climático se debe al efecto invernadero y qué porcentaje a causas naturales".
Aunque apuntó que no se considera experta en el cambio climático, la profesora de investigación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) quiso aclarar algunos conceptos en declaraciones previas a su conferencia recogidas por DICYT. "En el hielo se pueden ver miles de cambios climáticos de épocas anteriores al hombre, con causas conocidas y desconocidas", aseguró. Un factor clave es la cantidad de energía solar que llega a la Tierra, que varía dependiendo de la posición de las manchas solares y del eje del planeta, pero a eso se suma en la actualidad el efecto invernadero, basado en la acumulación en la atmósfera de gases emitidos por el hombre que hacen que la energía quede atrapada y no salga al exterior. Sin embargo, "no sabemos si el factor humano se suma o se resta con el natural, pero lo lógico es que intentemos evitarlo", apunta.
Además de las aportaciones que la comunidad científica internacional que trabaja en la Antártida pueda realizar al conocimiento de los cambios climáticos, Josefina Castellví habló de las investigaciones españolas en la zona desde su carácter de pionera. "En 1984 fuimos tres personas del Instituto de Ciencias del Mar de Barcelona a iniciativa de Antoni Ballester. A partir de 1991, el buque Hespérides marcó un salto tremendo en cuanto a la técnica y la logística, y se pudieron desplazar 140 científicos, cifra que se ha mantenido hasta la actualidad", apuntó. Cuando el profesor Ballester cayó enfermo, Castellví se puso al frente de la investigación antártica española, pasando a dirigir en 1987 la base Juan Carlos I en la isla Livingston.
Las innovaciones españolas
Desde aquel momento, esta especialista ha visto la evolución de la Ciencia española en el continente austral y sus aportaciones a la comunidad científica internacional. Para empezar, destaca el hecho de que al montar la base o diseñar el Hespérides, los pioneros se marcaron dos objetivos claros que suponían toda una novedad en la época: que la actividad científica tuviera un mínimo impacto sobre la zona y que estuviera abierta a la cooperación internacional, que se ha desarrollado especialmente con Alemania.
Asimismo, destaca los trabajos españoles en áreas como la Meteorología, que es "la ciencia estrella en la Antártida", de tal manera que "lo primero que hicimos fue crear una estación meteorológica e insertarla en la red meteorológica ya existente", comenta. Asimismo, los españoles han destacado en Zoología, con el estudio de una variedad de pingüinos desconocida, en Biología, con el estudio de los líquenes, casi el único tipo de vegetación de este continente, y en Geología. "Del grupo de Geología salió un equipo especializado en glaciares que estudió la evolución y el retroceso de los de la isla Livingstone", apunta. Y, por supuesto, no se olvida que la Oceanografía, rama a la que pertenece, vivió una gran "revolución" con la llegada del Hespérides.
Lagunas de conocimiento
A pesar de los avances científicos, tanto españoles como internacionales, Castellví asegura que "tenemos una laguna muy grande en la Antártida", ya que "guarda una enorme cantidad de información". En el mismo sentido, "otro sistema desconocido son los océanos, a pesar de que son la parte más importante de la Tierra, el 75% de su superficie". Sin embargo, "no sabemos cómo se comportan, cuál es su composición, cuál es su influencia sobre los ecosistemas terrestres, ni su flora o su fauna", indica. Y todo ello teniendo en cuenta que "la Tierra es una unidad, pues no existe un medio ambiente particular de la Antártida ni de los bosques de Centroeuropa, sino que todo tiene conexión", asegura.
Las Jornadas Polares que se desarrollan en la Facultad de Ciencias están organizadas por el Instituto Universitario de Estudios de la Ciencia y la Tecnología (ECyT) con el apoyo de la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (Fecyt) y el Ministerio de Educación y Ciencia, y forman parte de las actividades programadas para conmemorar el Año de la Ciencia, además de coincidir con el Año Polar Internacional. En la presentación que ha tenido lugar esta mañana, el catedrático de Paleontología de la Universidad de Salamanca José Abel Flores destacó la contribución de España a este evento y recordó que la institución académica salmantina ha realizado varios proyectos de investigación en la Antártida gracias al apoyo inicial que recibieron de la propia Josefina Castellví a comienzos de los años 90. Asistieron también a la presentación el decano de la Facultad de Ciencias, Francisco Fernández y la directora del Instituto Universitario de Estudios de la Ciencia y la Tecnología, Ana Cuevas.
Luces y sombras de Al Gore | |
Preguntada por la actividad en contra del cambio climático del ex vicepresidente de Estados Unidos Al Gore, Premio Nobel de la Paz de 2007, Josefina Castellví señaló que se trata de un asunto con un “trasfondo político” que conviene siempre separar de la Ciencia, a pesar de que “ciertos proyectos no seguirían adelante sin el apoyo político”. En cualquier caso, apuntó que la campaña de Al Gore tiene aspectos positivos, como “la mentalización popular, ya que es importante que la gente sepa que estamos en un punto de tratamiento del medio ambiente que podría no tener retorno”. Sin embargo, criticó que el político norteamericano “no da ejemplo en su vida particular” y que detrás de su campaña existe un “negocio financiero”, hasta el punto de que considera “escandalosa” la cifra por la que el Gobierno español ha comprado copias de su documental sobre el cambio climático para ponerlo en los colegios. |