Nanobiosensores para un diagnóstico clínico preciso y en tiempo real
Cristina G. Pedraz/DICYT En la práctica clínica actual se dispone de técnicas de diagnóstico precisas, pero muchas de ellas son costosas, lo que supone un inconveniente económico para el sistema sanitario. A esto se suma que la población española es una población envejecida y que la gente necesita cada vez más atención sanitaria, lo que puede producir un “colapso” en el diagnóstico clínico. Asimismo, las técnicas diagnósticas actuales precisan de una cantidad importante de fluidos del paciente, como orina o sangre.
La nanotecnología puede contribuir a reducir estas limitaciones, como detalla la responsable del Grupo de NanoBioSensores y Aplicaciones Bioanalíticas del Instituto Catalán de Nanociencia y Nanotecnología (ICN2), Laura Lechuga. La investigadora ha impartido uno de los Seminarios de Investigación que organiza el Instituto de Oftalmobiología Aplicada (IOBA) de la Universidad de Valladolid, en el que ha hablado de los dispositivos nanobiosensores que su Grupo desarrolla con el fin de contribuir a un diagnóstico clínico preciso y en tiempo real.
“Se trata de una línea de trabajo en la que nos planteamos cómo podemos sustituir los diagnósticos clínicos tradicionales, un cambio de paradigma basado en el nanodiagnóstico”, explica a DiCYT. El grupo de investigación ha desarrollado y patentado una serie de tecnologías que permiten, con una pequeña muestra de fluido del paciente, “detectar directamente, sin tener que procesar la muestra, qué le pasa a esa persona”.
Con estos dispositivos, basados en técnicas ópticas, los investigadores son capaces de detectar cuáles son los niveles en suero u orina de un paciente respecto a un biomarcador específico de una enfermdad. Así, cada biochip está preparado para realizar un análisis de una enfermedad concreta. Por ejemplo, precisa Lechuga, están trabajando en cáncer de colon y en celiaquía. “También estamos combinando esta nueva tendencia con los teléfonos inteligentes, diseñando una serie de biochips que podrían insertarse en una ranura especial del Smartphone para que uno mismo pueda tomar una muestra de orina o sangre y analizarla”, agrega.
Asimismo, el trabajo del grupo de investigación no se limita a la investigación básica y al desarrollo de estas nuevas tecnologías. “Investigamos cómo desarrollar el micropchip, qué tiene que haber dentro de él, cómo ese microchip es totalmente selectivo a la presencia de biomarcadores específicos o cómo dentro de una muestra identifica lo que se desea para saber si el paciente tiene esa enfermedad o no; sino que también tratamos de transferirlo y comercializarlo”, señala.
Colaboración con el IOBA
Al igual que el IOBA, el Instituto Catalán de Nanociencia y Nanotecnología (ICN2) forma parte del Centro de Investigación Biomédica en Red en Bioingeniería, Biomateriales y Nanomedicina (CIBER-BBN). Ambos centros de investigación colaboran en el desarrollo de un nanobiosensor específico para el diagnóstico del Síndrome de Ojo Seco, “una enfermedad muy compleja”, asegura Laura Lechuga. Así, los investigadores prevén llevar a cabo un proyecto en el que utilizarán esta tecnología para probar una serie de biomarcadores que podrían ser útiles en el diagnóstico de esta patología. El Síndrome de Ojo Seco tiene una alta incidencia en la población y ocasiona quemazón, ardor, irritación e incluso dolor intenso, por lo que puede afectar a la calidad de vida de los pacientes con restricciones para conducir, leer o usar el ordenador.