Alimentación España , Salamanca, Jueves, 23 de febrero de 2006 a las 14:02

Los miembros de la expedición Glackma instalan una nueva sonda de medida en el glaciar Collins

La profesora de la Universidad de Salamanca Carmen Domínguez da por concluídos los trabajos técnicos de su sexta expedición a la Antártida

AVPR/DICYT El equipo de investigación del Proyecto Glackma, del que forma parte la profesora del Departamento de Matemática Aplicada de la Universidad de Salamanca Carmen Domínguez, ha finalizado ya la instalación de la nueva estación de medida que la investigadora salmantina y el profesor de la Universidad Politécnica de Madrid Adolfo Eraso han ubicado en el glaciar Collins, cumpliendo así uno de los objetivos prioritarios de esta sexta expedición a la Antártida.

Los datos que a partir de ahora registrarán los seis sensores ubicados en uno de los riachuelos de descarga identificados en la glaciar Potter por los investigadores españoles contribuirán a obtener un dibujo más preciso del volumen de agua que anualmente expulsan al mar los gigantes de hielo en el hemisferio Sur. Según relata a DICYT Carmen Domínguez, los trabajos de instalación han sido duros: "En primer lugar realizamos una exploración minuciosa de de la Caleta Potter, recorriendo uno a uno los diferentes ríos que salen del frente del glaciar, desde su desembocadura en el mar hasta su nacimiento. La segunda labor, una vez seleccionado el riachuelo, es determinar qué momento del día es el más adecuado para comenzar la instalación de los sensores, porque la experiencia adquirida en las otras estaciones de medida nos dice que el glaciar responde de manera muy rápida a los cambios de temperatura y radiación solar, situándose las horas de descarga mínima hacia las 8 de la mañana mientras que las máximas se registran entre las 18 y las 20 horas".

Los científicos españoles se han visto obligados a iniciar los trabajos de instalación a primera hora de la mañana, ya que "a partir de medio día observamos un río enorme, que nada tenía que ver con el que exploramos por la mañana. Además sus aguas eran casi completamente rojas, de la cantidad de arrastre sólido realizado por el glaciar".

Ayuda argentina

Los dos miembros del proyecto Glackma han recibido en esta ocasión ayuda de los miembros de la base que el Instituto Antártico Argentino mantiene, junto con el Alfred Wegener Institut de Alemania, en el continente blanco, y desde donde se realizan al mismo tiempo investigaciones en biología y meteorología. Gracias al apoyo logístico de este equipo de investigación, Carmen Domínguez y Adolfo Eraso han tenido más fáciles sus desplazamientos por el glaciar y la instalación de los sensores. Tareas ambas cada vez más complejas y peligrosas debido a los cambios que el cambio climático está provocando en la zona.

"La ayuda de los argentinos ha sido impagable, más teniendo en cuenta la experiencia que ellos mismos han vivido en este glaciar durante el invierno, y que le costó la vida a cinco de sus compañeros. Cuando les preguntamos nos dan detalles e incluso nos muestran fotografías, porque algunos de ellos habían estado en el rescate. Fueron cinco argentinos que desde Jubany cruzaron a la base uruguaya de Artigas, pasaron algunos días allí y, al regresar de nuevo a su base, tuvo lugar el accidente, cayendo una de las motos en una grieta al atravesar un puente de nieve. En las fotos se veía la enorme grieta con una anchura de más de dos metros. Los cuerpos los encontraron a una profundidad de 57 metros bajo la moto de nieve. Los trabajos de rescate fueron muy duros porque el tiempo estuvo bastante desapacible y les llevó más de un mes retirar todos los cuerpos", comenta Carmen Domínguez y añade, "este tipo de accidentes nos advierten de los enormes cambios que están experimentando los glaciares en los últimos años. Aparecen nuevas grietas y otras se van profundizando. Hace algunos años era impensable encontrar una de las dimensiones citadas en este glaciar subpolar".