Alimentación España , Ávila, Miércoles, 03 de octubre de 2012 a las 15:30

La huella de carbono del tostón de Arévalo es moderada-baja, según una investigación

La producción porcina, como otras muchas actividades económicas, produce daños ambientales

CGP/DICYT Un trabajo Fin de Máster realizado en la Universidad Católica de Ávila (UCAV) por el ingeniero agrónomo Juan Ignacio Canelo Pérez, con la colaboración de la Asociación Agraria Jóvenes Agricultores (ASAJA) de Ávila, pone de manifiesto que el producto amparado por la marca de garantía Tostón de Arévalo produce unas emisiones de gases de efecto invernadero (huella de carbono) de 53’15 kilogramos CO2 por unidad, considerándose una huella moderada-baja.


Canelo pone de manifiesto en su trabajo que debemos estar todos unidos contra el cambio climático y que no podemos producir a cualquier precio. “Las ingenierías debemos trabajar con absoluta fidelidad al medio ambiente”, añade. Los factores que más incrementan la Huella de Carbono en las explotaciones ganaderas están relacionados con la producción de piensos, con los transportes y movimiento de maquinarias o la inadecuada gestión de purines.


Las granjas acogidas a la Marca Tostón de Arévalo alimentan a las crías exclusivamente con leche materna, siguen sistemas tradicionales de producción, alimentan a las cerdas básicamente con productos naturales, en ellas se realizan muchas faenas de forma manual y las distancias para el movimiento de piensos y desplazamientos del personal son cortas, lo que permite producir con bajo impacto medioambiental.


La producción porcina, como otras muchas actividades económicas, produce daños ambientales “que se manifiestan directamente mediante la degradación de las tierras, el agua y la biodiversidad e indirectamente contribuyendo al cambio climático al generar una importante Huella de Carbono (HC), ocasionando un bucle de retroalimentación mediante el que la producción ganadera favorece el problema y, a su vez, sufre las consecuencias”.


La demanda mundial de productos pecuarios y la dependencia de una gran parte de la población del ganado como medio de subsistencia es cada vez mayor, por ello es necesario contribuir, desde todas las instancias, a mejorar la eficiencia de los recursos naturales y reducir la Huella que producen sus emisiones en el medio ambiente. Es necesario conocer el impacto producido por cada uno de los operadores del sector, para mejorar las prácticas de manejo del ganado y reducir la huella.


El conocimiento de la Huella de Carbono permite a las empresas lograr ventajas competitivas, afrontar mejor los riesgos, y dar un valor añadido a sus productos. La Huella de Carbono, aplicada sistemáticamente como criterio de Gestión Ambiental y de Responsabilidad Social Empresarial (RSE), responde a un cambio global en la forma actual de hacer negocio. Asimismo, viene a ser ya una herramienta de gestión ambiental que responde al uso eficiente de materias primas y energías y a las exigencias impuestas por consumidores que reclaman productos bajos en emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) y se muestran favorables a la reducción de impactos adversos generados por el cambio climático.


El investigador asegura que la Huella de Carbono “debería formar parte de la etiqueta en los productos, para ayudar al consumidor a tomar decisiones que determinasen la elección de compra”.


Para Canelo, la suma de miles de instalaciones modestas de cría de ganado llega a suponer una enorme cifra de emisiones, por tanto es necesario afrontar el tema desde las administraciones públicas, las organizaciones de ganaderos, desde la investigación universitaria y desde las empresas, con la intención de estar todos unidos contra el cambio climático. Esta reflexión ha sido la razón para realizar este trabajo de Fin de Máster. Supone una pequeña aportación del conocimiento adquirido en el marco educativo de la Universidad Católica de Ávila, con el apoyo de Asaja-Ávila y la empresa abulense G.A. Ingenieros, a uno de los sectores más necesitados del mundo rural, según la información de la UCAV recogida por DiCYT.


Grupo de investigación


Este proyecto forma parte de las actividades del grupo de investigación de la UCAV Tecnología y cambio climático, y ha tenido como director a Pedro Mas, decano de la Facultad de Ciencias y Artes de la UCAV. Canelo ya obtuvo Matrícula de Honor con su proyecto Fin de Carrera de Ingeniería Técnica Industrial con su estudio sobre la huella de carbono en el Congreso Mundial de Universidades Católicas, organizado por la UCAV.

 

 

 

¿Qué es la huella de carbono y cómo se calcula?
La huella de carbono es un indicador que permite valorar numéricamente la cantidad de emisiones de gases de efecto invernadero producidas como consecuencia de un proceso, producto, empresa, evento o servicio expresados en masa de CO2e (equivalente), explica Juan Ignacio Canelo. Muestra el impacto ambiental a través del inventario de las emisiones asociadas a los diferentes gases de efecto invernadero. La metodología aplicada para su cálculo se ha basado en las Normas ISO 14040 y PAS 2050 (Publicly Available Specification). Para calcularlo se han contabilizado las emisiones producidas por los organizadores, los proveedores y los participantes en el congreso, y que contemplan aspectos tales como las materias primas, combustible, electricidad consumida, transporte y alojamientos.