Technology Spain , Salamanca, Friday, September 15 of 2006, 13:05

Investigadores salmantinos diseñan un protocolo de ensayos para certificar la duración de los cables de baja tensión

El proyecto ha sido encargado por la compañía eléctrica Iberdrola como parte de sus inversiones en I+D destinadas a la mejora del servicio

Ana Victoria Pérez/DICYT Un equipo de investigadores de los departamentos de Química Inorgánica e Ingeniería Mecánica de la Universidad de Salamanca ha desarrollado para la compañía eléctrica Iberdrola un protocolo de ensayos con los que se han simulado las condiciones físico-químicas que afectan al envejecimiento de los cables de baja tensión y que están detrás de buena parte de las averías que afectan al suministro. El proyecto se ha desarrollado bajo la coordinación del actual director de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Industrial de Béjar, Francisco Martín Labajos, y forma parte de la estrategia de I+D de la eléctrica española.

El trabajo desarrollado durante los últimos nueve meses por tres investigadores y dos becarios ha permitido determinar qué factores son los que más afectan a la vida de los cables de baja tensión. Según explica el profesor Martín Labajos a DICYT, "aunque la humedad que se registra esencialmente durante los inviernos es uno de los agentes que más envejecen los cables son, sin duda, los movimientos de tierra vinculados generalmente al desarrollo de obra civil, lo que más deteriora el tendido y lo que más averías ocasiona".

Entre las conclusiones del estudio, que finalizará el próximo mes de octubre, los investigadores salmantinos han incluido también una evaluación del material utilizado para el tendido, en la que se destaca el buen rendimiento que han mostrado los cables durante los ensayos. "El cable utilizado por Iberdrola en sus líneas de baja tensión procede de una compañía nacional y su calidad es más que aceptable. Se trata de cable formado por hilos de aluminio recubiertos por dos capas de plástico, una es un tipo de neopreno y la otra un polímero comercial denominado EPR. De esta forma hemos podido comprobar la resistencia a la degradación térmica de las capas de plástico protector, hemos analizado la deformación que sufre el cable sometiéndolo a ensayos mecánicos y hemos realizado estudios de oxidación-reducción, para conocer cómo afectan a la vida útil de los materiales la humedad y el soterramiento. Los resultados han sido sorprendentemente buenos permitiéndonos certificar que en condiciones normales el cable utilizado tendrá una vida cercana a los 20 años útiles", advierte Martín Labajos.

Aunque el estudio deberá ampliarse para obtener parámetros concretos que permitan a los técnicos de la compañía eléctrica saber cuál es el momento idóneo en el que se debe sustituir un cable reduciendo así el número de averías, su desarrollo ya ha supuesto todo un logro desde el punto de vista de la transferencia de resultados de investigación desde el mundo universitario a la empresa.

Por otra parte, y tal y como advierte Francisco Martín Labajos, " hay que valorar el esfuerzo económico que suponen este tipo de ensayos y que aunque redundan, a largo plazo en una reducción de los costes por avería, se centran esencialmente en mantener la confianza y la credibilidad de los usuarios que verán minimizados los tiempos de cese de prestación de servicio. En definitiva es un esfuerzo importante para mejorar la calidad".

 

Buenos resultados

La compañía eléctrica Iberdrola cerró 2005 con la mejor calidad de suministro de su toda historia, tras situar el TIEPI (Tiempo de Interrupción Equivalente a la Potencia Instalada) en 1,68 horas, una cifra inferior a las 1,88 horas registradas en 2004 y a las 2,17 horas de 2003.
Estos niveles récord de calidad se han conseguido en un ejercicio en el que la compañía batía también cuatro máximos de consumo: tres en invierno que se registraron los días 11, 12 y 13 de enero y otro el 22 de junio. Una mejora que según han explicado a DICYT fuentes de la eléctrica se debe esencialmente a la nueva capacidad de generación instalada (1.200 megawatios en centrales de ciclo combinado y 600 megawatios renovables), a la puesta en marcha de infraestructuras de distribución adicionales y a la labor de mantenimiento y renovación de las ya existentes.