Alimentación España , Salamanca, Viernes, 04 de abril de 2008 a las 14:19

"Hay que desarrollar la tecnología necesaria para crear biocarburantes que no compitan con el sector alimentario"

Mercedes Ballesteros, del Ciemat, apuesta por aprovechar materias primas como la paja en lugar del grano del cereal

JPA/DICYT La investigadora Mercedes Ballesteros Perdices, del Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (Ciemat) de Madrid ha afirmado hoy en Salamanca que en la actualidad el reto de los científicos con respecto a la biomasa es crear la tecnología adecuada como para aprovechar los residuos vegetales, en lugar de emplear otras materias primas que compiten con el sector alimentario. La clave está en poder utilizar, por ejemplo, el paja, que no tiene un uso alimentario, en lugar del grano de los cereales. Este problema de la biomasa es especialmente importante en el caso de los biocarburantes, que pueden encarecer los precios de los productos agrícolas.

 

Hoy por hoy, "los biocarburantes centran las críticas y empieza a haber voces de alarma que consideran que, si se generalizan, pueden dar lugar a problemas, ya que compiten con las materias primas de la alimentación", reconoce la experta en declaraciones a DICYT. "Los biocarburantes que más se utilizan son biodiésel, obtenido a partir de semillas oleaginosas, es decir, a partir de los mismos aceites que se utilizan para la alimentación, o bioetanol, obtenido a partir de materias primas ricas en azúcar, como los cereales, la caña de azúcar o la remolacha, que también son las mismas para la industria alimentaria", explica. Por eso, "se supone que si hay una competencia de mercados entre el alimentario y el energético y esto puede llevar a un aumento de precios, así que estamos intentando desarrollar tecnologías para poder utilizar materias primas que no estén ligadas al sector alimentario, por ejemplo, en el cereal, no sólo utilizar el grano, sino usar la paja, que es un residuo y daría la posibilidad de obtener biocarburantes más baratos", señala.

 

Sin emisiones reales de CO2
 

Mercedes Ballesteros ha participado en las XIII Jornadas Ambientales de la Universidad de Salamanca para hablar de biomasa, "una energía renovable que, como tal, tiene una serie de ventajas: es autóctona y se considera que no contribuye al efecto invernadero, porque no emite CO2". En este sentido, la científica puntualiza que "cuando se obtiene energía a partir de la biomasa, se emite CO2 a la atmósfera, el carbono que emiten las moléculas de las cuales extraemos energía, pero ese CO2 se vuelve a fijar en las plantas en el proceso fotosintético para volver a producir la materia prima, así que se considera que el ciclo neto es cero, con lo cual la biomasa no contabiliza desde el punto de vista de las emisiones", subraya. 

 

Además, la biomasa tiene la ventaja de que es la única energía renovable que puede ofrecer "los tres vectores energéticos que consumimos las sociedades desarrolladas": calor para aplicaciones domésticas o industriales, electricidad y biocombustibles para el transporte. En su opinión, este último punto es especialmente importante, el de los biocarburantes, porque la biomasa es la única energía renovable que ofrece una solución para el transporte alternativa a los combustibles fósiles.