Ciencia España , Burgos, Jueves, 28 de abril de 2016 a las 14:31

El CENIEH presenta tres fósiles de homínidos de África, Europa y Asia con características comunes

Emiliano Bruner, responsable del laboratorio de Paleoneurobiología del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH) acaba de publicar tres trabajos

CENIEH/DICYT Emiliano Bruner, responsable del laboratorio de Paleoneurobiología del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH), acaba de publicar tres trabajos sobre tres fósiles que abarcan los tres continentes originarios de distribución del género Homo: África, Asia y Europa. Se trata de los estudios paleoneurológicos del cráneo de Buia, un Homo erectus hallado en Eritrea; del cráneo de Maba, hallado en China; y del estudio anatómico sobre el parietal de Homo antecessor, hallado en España.


El estudio del molde endocraneal de Buia, un homínido africano datado en un millón de años que fue descubierto en la depresión de Danakil, al sur de Eritrea, se ha realizado en el marco de un proyecto que involucra a diez instituciones diferentes, liderado por el paleoantropólogo Roberto Macchiarelli, de la Universidad de Poitiers (Francia).


Representado por un cráneo casi completo, es uno de los dos individuos de Homo erectus asociado al registro fósil africano de aquel periodo. El estudio apunta a una forma cerebral con rasgos generalmente primitivos, pero a la vez muy distinto de otros hallazgos asociados a la misma especie. Estas diferencias denotan una variabilidad muy acentuada en estos primeros humanos.


“Queda por evaluar si en dicha variabilidad ya se podía esconder la diversidad que, sucesivamente, dará lugar a especies más derivadas como Homo heidelbergensis”, declara Emiliano Bruner.


Este studio, titulado 'The Endocast of the One-Million-Year-Old Human Cranium from Buia (UA 31), Danakil Eritrea', se ha publicado en la revista American Journal of Physical Anthropology.


Asia


En esa misma revista también se ha publicado el estudio paleoneurológico del cráneo de Maba, encontrado en la provincia china de Guandong en los años 1950, datado entre los 300.000 y los 130.000 años. La cara de este individuo presenta rasgos muy afines a los neandertales pero, según revela el estudio, una forma cerebral más antigua y menos especializada, como en Homo erectus o en Homo heidelbergensis.


La misma combinación, cara neandertal y rasgos primitivos en el neurocráneo, se encuentra en Atapuerca, precisamente en los individuos del yacimiento de la Sima de los Huesos. Esta similitud sugiere un proceso evolutivo común entre Europa y Asia.


“También en este caso habrá que evaluar si se trata de la misma especie arcaica y de los primeros neandertales, o si por el contrario las dos poblaciones, aunque con un origen común, han estado involucradas en un proceso de separación que conduciría a dos grupos diferentes”, afirma Bruner.


Como explica este paleoneurólogo del CENIEH, este fósil chino podría estar relacionado con unos pobladores de Siberia aún por identificar, dado que hay estudios genéticos que han sugerido la existencia de grupos humanos extintos en estas regiones, diferente de los otros ya conocidos en Europa y Asia.


Este estudio titulado 'The Endocranial Anatomy of Maba 1' se ha llevado a cabo en colaboración con el investigador Xiujie Wu del Instituto de Paleontología de Vertebrados y Paleoantropología (IVPP) de la Academia Nacional de Ciencias de Pekín.


Europa


Por último, el trabajo sobre el fósil hallado en Europa, titulado 'A human parietal fragment from the late Early Pleistocene Gran Dolina-TD6 cave site, Sierra de Atapuerca, Spain' se ha publicado en la revista francesa Comptes Rendus Palevol, en colaboración con el equipo de Atapuerca liderado por José María Bermúdez de Castro, coordinador del Programa de Paleobiología del CENIEH.


Se trata de un estudio anatómico del fragmento más grande hasta ahora conocido del neurocráneo de Homo antecessor, el parietal descubierto en el yacimiento de Gran Dolina de Atapuerca (Burgos), y datado en alrededor de 800.000 años. Dicho estudio anatómico revela caracteres primitivos comunes a Homo erectus y a otros homínidos arcaicos, una edad juvenil, y fracturas posiblemente asociadas a la muerte del individuo.