Salud Costa Rica , Costa Rica, Martes, 29 de noviembre de 2011 a las 14:56

Diseñan un vaso específico para un enfermo de parkinson o un paralítico cerebral

La acción de tomar un vaso de agua implica para las personas con movilidad reducida mucha destreza, cuidado y tiempo

TEC/DICYT De acuerdo a datos del Consejo Nacional de Rehabilitación y Educación Especial, CNREE, de un total de 3.810.179 habitantes en Costa Rica, 203.731 padecen algún tipo de discapacidad. Conscientes de la situación, en la Escuela de Ingeniería en Diseño Industrial del Instituto Tecnológico de Costa Rica (TEC), se dieron a la tarea de facilitarle el trabajo a este sector de la población, para quienes – por ejemplo- la acción de tomar un vaso con agua, implica mucha destreza, cuidado y tiempo para saciar su sed. Diseñaron un vaso específico para un enfermo de parkinson, una niña con parálisis cerebral y un joven con Síndrome de Trombocitopenia Aplasia Radial (TAR).

 

De esta forma, la Diseñadora Industrial, Marta Sáenz le solicitó a un grupo de estudiantes durante el Curso de Ergonomía de la Carrera de Ingeniería en Diseño Industrial, desarrollar “un producto que ayude a una persona con poca fuerza o movilidad en las manos, en el momento de ingestión de alimentos líquidos, logrando así independencia en la tarea”, según indica la descripción de la asignación.

“Lo que se pretendía con este proyecto es que los estudiantes aparte de que aplicaran sus conocimientos en área del Diseño Industrial es que puedan retribuir a la sociedad sus conocimientos y mejorar la calidad de vida de muchas personas que deben depender de alguien para realizar alguna tarea y así que puedan ser más independientes”, recalcó Sáenz.

 

Los proyectos

 

La asignación recayó en los estudiantes Verónica Alfaro, Marcela Amador Brenda Gómez, Esteban Monge, Antonio Solano, Jennifer Gamboa y Juan Pablo Blandón, quienes diseñaron un vaso específico para tres diferentes casos: un adulto mayor con problemas de parkinson, una niña con parálisis cerebral y un joven de 21 años que padece del Síndrome de Trombocitopenia Aplasia Radial (TAR).

 

Fue así como el primer grupo conformado por Alfaro, Amador y Gómez diseñó para el adulto mayor con problemas de Parkinson, un vaso ergonómico, de material antiséptico y antideslizante, con una boquilla amplia para brindar soporte a la boca del paciente, el cual tiene un recubrimiento de silicón para proteger el área de golpes; debido a que determinaron que el adulto mayor golpeaba sus dientes contra un vaso, causándole molestias y lesiones debido al movimiento que se produce por la enfermedad.

Adicionalmente el vaso cuenta con un sistema de “Cierre a presión” gracias a un anillo de silicón que aporta un movimiento sencillo y seguro para el paciente, sin requerir fuerza ni mucha precisión del movimiento.

Para el caso de la niña con parálisis cerebral, Esteban Monge y Antonio Solano determinaron que ella tenía una serie de problemas dado que al no tener la masa muscular requerida y la posición de sus manos, se le dificultaba tomar los objetos por su peso o por la posición forzada que debía realizar.

 

“Por ejemplo, determinamos que los beberitos que existen en el mercado no le funcionaban bien a la niña porque tienen una boca a 90° con respecto a la horizontal y cuando la paciente inclina su cabeza hacia abajo y el vaso hacia afuera, la boca del beberito no puede entrar fácilmente en la cavidad bucal”, indicaron los estudiantes.

 

Vaso con una manguera

 

De allí que ellos idearon un vaso con una manguera que funcionaría como una manguera hecho de Polipropileno con partes de Etilenovinilacetato para los agarres, las válvulas y la base antideslizante.

 

La diferencia de este artículo radica en que está colocado en forma de “S” de tal forma que el usuario coloque sus pulgares arriba y al frente y sus otros dedos abajo y atrás, junto con unas agarraderas colocadas en un ángulo de 20 grados que contrarresta un posible ángulo cubital fijo de la muñeca. El vaso también posee un orificio de manguera con sistema antiderrame y una boquilla de succión, lo que evitaría así el esfuerzo que debe realizar la persona para acercarse a tomar el vaso.

 

Jennifer Gamboa y Juan Pablo Blandón, se encargaron de diseñar un vaso a la medida para el caso del joven de 21 años que padece el Síndrome de TAR, este Síndrome es un transtorno genético en donde el paciente es carente del antebrazo por lo que su mano está prácticamente ligada a su hombro. Por esto Gamboa y Blandón- luego del análisis durante dos semanas- con el paciente tuvieron el reto de diseñar un vaso que tuviera boquilla ancha, pequeño y con agarraderas especiales que se acoplaran a la forma natural de sus dedos.

 

Como resultado, los estudiantes idearon un vaso térmico de acero inoxidable, irrompible para frío o calor con tapa, mango y boquilla hechos de plástico antideslizante.

De acuerdo a los estudiantes, ellos recomiendan el uso de acero inoxidable por ser un material higiénico y fácil de limpiar, con gran durabilidad debido a su resistencia a la corrosión. “Para nosotros fue enriquecedor el ejercicio, porque además de la aplicabilidad generamos un sentimiento de empatía con estas personas y podemos ayudar a una población que tradicionalmente es excluida”, concluyó Sáenz.