Dieta rica en grasas para niños con epilepsia refractaria
UN/DICYT Una dieta estricta, que incrementa el consumo de grasas y restringe azúcares y carbohidratos, es una alternativa para los pacientes con epilepsia cuando los medicamentos o la cirugía han fracasado. A esa conclusión llegó Álvaro Izquierdo Bello, profesor de la Facultad de Medicina de la UN y neuropediatra del Hospital de la Misericordia (HOMI), en un estudio que realizó para determinar qué porcentaje de niños mejoraban al implementar la dieta cetogénica modificada.
“Algunos componentes de la dieta son tres ácidos grasos que tienen un efecto antiepiléptico y que suministran energía a la célula de una forma diferente: un mayor aporte energético a la célula en un momento dado que probablemente permite que la membrana celular adquiera más energía y se vuelva más estable”, explica el doctor.
Según Izquierdo Bello, existen varias teorías para explicar la efectividad de la dieta: al aplicarla se eleva un ácido denominado GABA (ácido gamma-aminobutírico) que es un neurotransmisor inhibidor: al aumentar el freno disminuyen las convulsiones; además, modifica el pH extracelular: al hacerlo y variar la concentración de potasio extracelular, también se reducen las crisis epilépticas.
Por ser un alimento rico en grasas, añadió el profesor, la crema de leche es uno de los componentes principales de la dieta. Aunque existen productos farmacéuticos que pueden contribuir a la mejoría de las crisis epilépticas, el producto derivado de la leche es lo más natural y asequible para los pacientes.
“Al ser una dieta estricta requiere necesariamente la presencia del neurólogo pediatra —que encabeza el tratamiento—, de un nutricionista especializado y del apoyo incondicional de la familia”, expresa el doctor Izquierdo.
El estudio
“Se buscaba determinar qué porcentaje de niños mejoraban con la dieta, que, además de restringir azucares y carbohidratos, hacía de la prohibición de las proteínas y las frutas algo opcional. Asimismo, se hizo una valoración médica y un seguimiento por medio de exámenes de sangre, para evitar que se subiera el colesterol, que no se entrara en acidosis y que no se bajara el azúcar”, explica el doctor.
En el estudio, el neuropediatra se basó en una muestra de 21 pacientes: niños entre 1 y 18 años con epilepsia refractaria (que no mejoran ni con drogas ni cirugías).
De los 21 niños que participaron en el estudio, que habían recibido un promedio de 7,8 drogas sin control de crisis, 18 tuvieron una respuesta adecuada al tratamiento: 28 % logró un control completo; un 33 %, una disminución mayor o igual al 90 % de las crisis epilépticas; un 19 %, una disminución entre un 50 % y un 75 %; y tres pacientes no mostraron mejoría.
“Al hacer el cambio de la dieta los pacientes mejoran. Se lo sabe desde Jesucristo, que le recomienda ayuno y oración a un niño con epilepsia (Mateo 17:14-21), y desde hace 500 años antes de Cristo, pues los griegos decían que el ayuno ayudaba al control de las crisis epilépticas”, concluye Izquierdo.