Salud España , Salamanca, Martes, 06 de mayo de 2008 a las 18:36

"Después de 20 años de investigación hemos dado un paso adelante en la técnica quirúrgica"

Gonzalo Varela es el cirujano torácico del Clínico de Salamanca responsable del primer implante de costillas en la pared costal

José Pichel Andrés/DICYT Gonzalo Varela es el cirujano torácico del Hospital Clínico Universitario de Salamanca responsable del primer implante de costillas procedentes de un donante multiorgánico en la pared costal de un paciente que debía ser operado de un tumor. En menos de un mes, dicho paciente ha recibido el alta gracias a este injerto que sustituye las técnicas anteriores, basadas en implantes sintéticos que ocasionaban muchas más molestias.

 

"Es una técnica que no aún está descrita en la que, para extirpar un tumor que afecte a las costillas y reconstruir la pared costal, en lugar de utilizar material sintético, hemos colocado costillas de un donante multiorgánico", ha declarado a DiCYT el experto. Se trata de "un implante de hueso preservado en un banco de huesos y procede de un donante, igual que en el caso de los trasplantes", apunta.

 

La extirpación del tumor y la reconstrucción de la zona se tiene que hacer en la misma operación, según comenta Varela. "El problema es que cuando se extirpa un tumor de las costillas o alrededores, por ejemplo, de pulmón, y hay que quitar varias costillas, si no se repara de inmediato, a la persona le queda el tórax hundido, de forma que no puede respirar". Hasta ahora, en la reconstrucción se implantaba, dependiendo del tamaño, bien, una malla de tejido artificial, o bien, esta misma malla y un injerto de metacrilato que sirve para soportar el resto de las costillas. Pero este implante artificial "hay que sujetarlo con tanta tensión que crea muchas molestias en el paciente", señala el cirujano.

 

Primeros ensayos

 

Para conseguir este logro, Varela ha acumulado muchos años de experiencia profesional. "Llevo haciendo este tipo de cirugía desde hace 20 años. El problema clínico no era extirpar los tumores, sino cómo reconstruir la zona afectada, porque usábamos varias técnicas y con ninguna estábamos satisfechos. Primero, empezamos a utilizar para la reconstrucción de los huesos del tórax placas y tornillos, igual que hacen los traumatólogos y los cirujanos maxilofaciales. Su técnica nos podía venir bien, así que aprendimos a usar placas y tornillos, por ejemplo, para el esternón", explica.

 

Más tarde, "al usar estas placas y tornillos se me ocurrió que, si para reconstruir la pared torácica usábamos costillas procedentes de un donante sometidas a un proceso de preparación adecuado los resultados serían más satisfactorios" afirma. El siguiente paso fue hablar con banco de tejidos de la Fundación Clínica San Francisco, de León. "Ellos investigaron viabilidad de conservar este tipo de tejidos y nos informaron de que los resultados eran positivos, así que el siguiente paso fue investigar la calidad de la sujeción de las costillas con el esternón", para lo que Varela realizó pruebas en la Universidad de Leipzig (Alemania), ya que posee una gran sala de disección de cadáveres. "Encontré que la disección era mucho más satisfactoria de lo que pensábamos", asegura, de manera que ya sólo quedaba aplicar la técnica en un paciente adecuado.

 

Nuevas intervenciones

 

Cuatro cirujanos torácicos, dos cirujanos plásticos, cuatro anestesiólogos, un fisioterapeuta y muchos enfermeros participaron en una primera operación que ahora se podría repetir. "La hemos propuesto para otra paciente, pero aún no ha aceptado la cirugía, lo cual se entiende, porque se trata de personas de edad avanzada y es una operación complicada, pero ya sabemos que funciona muy bien y es un paso adelante en la técnica quirúrgica".

Gonzalo Varela destaca el papel de la investigación clínica que él y otros muchos profesionales llevan a cabo. "A veces la investigación clínica parece la hermana pobre de la investigación, da la impresión de que si uno no está en el laboratorio trabajando con células madre, no investiga. Sin embargo, la clínica es la que tiene una aplicación inmediata a los pacientes y, por lo tanto, la que más se nota", asegura. Los responsables de la intervención esperan poder dar a conocer muy pronto esta novedad científica. "En Ciencia, los datos comprobables y reproducibles, así que queremos esperar a que la evolución del paciente sea buena para comunicarlo en reuniones científicas y, en el momento en el que haya más casos operados, lo publicaremos en revistas científicas".

 

Otro proyecto multidisciplinar 
El Servicio de Cirugía Torácica del Clínico de Salamanca ha ampliado la colaboración con la Clínica San Francisco de León a otro proyecto en el que también participan también el Departamento de Anatomía Patológica del centro salmantino, la Facultad de Veterinaria de la Universidad de León y la Facultad de Ciencias Químicas de la Universidad de Salamanca. Aunque la investigación está en una fase inicial, se basa en la aplicación de cultivos celulares a la cicatrización de cirugía bronquial y traqueal. Se trata de un proyecto liderado por el cirujano torácico José Luis Aranda que utiliza cerdos como modelo de experimentación animal y "que creemos que permite cicatrizar los bronquios y la traquea en circunstancias poco favorables", apunta Varela. "Es un proyecto muy interesante porque es muy multidisciplinar y exige una gran coordinación en muchos aspectos, pero si da frutos, los resultados serían muy buenos para los pacientes que tienen que ser operados de la tráquea o de los bronquios", señala.