Medio Ambiente España , Salamanca, Viernes, 17 de marzo de 2023 a las 14:20

Carlos Alonso: “Estudiamos la variedad genética natural de los tricomas de las plantas”

Un investigador del CNB protagoniza una nueva charla del ciclo ‘Common Ground Talks’ de AGRIENVIRONMENT

DICYT Carlos Alonso Blanco, investigador del Centro Nacional de Biotecnología (CNB, centro del CSIC ubicado en Madrid), ha protagonizado hoy una nueva charla del ciclo Common Ground Talks, organizada por la Unidad de Excelencia de Producción Agrícola y Medio Ambiente (AGRIENVIRONMENT) del Instituto de Investigación en Agrobiotecnología (CIALE) de la Universidad de Salamanca. Su trabajo es estudiar la diversidad genética natural de las plantas, pero el objetivo no es solo registrarla, sino entender cómo se modifican sus caracteres, un conocimiento que puede servir, a largo plazo, para adaptar cultivos ante desafíos como el cambio climático.

 

En el pasado, ha analizado la floración o el crecimiento, pero en la actualidad se centra en los tricomas, los pelos de las plantas. “Pueden parecer un adorno, pero en realidad valen para muchísimas cosas”, explica en declaraciones a DiCYT. La inmensa mayoría de las especies cuentan con ellos, pero tienen formas muy variadas y distintas ubicaciones (en las hojas, en el tallo o en las flores). Incluso dentro de una misma especie “hay poblaciones que tienen tricomas en los frutos y otras que no”, por ejemplo.

 

Precisamente eso es lo que encontró hace años en la especie modelo Arabidopsis thaliana. Tradicionalmente, los botánicos habían descrito que esta planta solo desarrolla tricomas en las hojas y el tallo. Sin embargo, “nosotros encontramos hace años poblaciones que los tenían en el fruto y vimos que estaban asociadas a poca precipitación en la zona sur de la península”. A partir de ahí, estudiar los mecanismos que han hecho posible los cambios y sus utilidades adaptativas abre un gran abanico de posibilidades.

 

Adaptación al ambiente


En el caso de sus estudios anteriores, la floración o el crecimiento podían estar alterados por el clima. Distintas poblaciones presentan mutaciones genéticas que les permiten adaptarse. ¿Sucede lo mismo con los pelos de las plantas? “Con la subida de temperaturas y la bajada de precipitación, aumenta la cantidad de tricomas, la planta se prepara para los nuevos herbívoros que vendrán”, comenta. Estos cambios no son mera apariencia, sino que son genéticos y se reflejan en mutaciones concretas. Por eso, “queremos detectarlos y buscar los genes responsables”, ya que podrían ser útiles en un futuro para mejorar cultivos.


Analizar estas variaciones presentes en la naturaleza requiere secuenciar genomas. “Si ves dos plantas, una con tricomas en el fruto y otra sin ellos, secuencias ambas. El 99% de los genes van a ser idénticos, pero casi todos ellos tendrán algún tipo de mutación, así que debemos complementar esta técnica con otras herramientas, como la clonación de genes, la generación de plantas transgénicas, el análisis de expresión génica o el análisis de asociación genómica, entre otras”, afirma.

 

Aplicaciones

 

La potencial aplicación de estos conocimientos al campo es un paso posterior que puede ser abordado de múltiples formas. No siempre es necesario trabajar con plantas transgénicas o edición genética, sino que a veces se pueden encontrar modificaciones útiles en variantes naturales y cruzarlas con otras, como siempre se ha hecho en la agricultura tradicional. Lo importantes es que “al aprender cómo estas plantas se han adaptado evolutivamente en el pasado, a través de mutaciones y de forma natural, podríamos aplicar estos cambios al cambio climático que está ocurriendo en la actualidad”. El investigador del CNB, que también trabaja con Cardamine hirsuta, otra planta modelo, destaca que sus resultados son extrapolables a las brasicáceas, un amplio grupo de cultivos que incluye verduras muy consumidas por el ser humano.


Carlos Alonso mantiene una estrecha relación con la Universidad de Salamanca, el CIALE y la unidad AGRIENVIRONMENT. Por ejemplo, Noelia Arteaga Ramos, que realizó su tesis doctoral en el CNB, trabaja ahora en el Grupo de Fisiología y Señalización Hormonal en Plantas, liderado por Óscar Lorenzo. Uno de los intereses que unen en la actualidad a ambos equipos de científicos es el análisis de la variabilidad natural relacionada con la dormición de semillas.