Alimentación Colombia , Colombia, Viernes, 27 de mayo de 2016 a las 18:40

Descubren una nueva pasiflora colombiana

Se suma a las 65 especies existentes en el mundo, de las cuales 35 son colombianas y 23 endémicas

UN/DICYT Investigadores han descubierto una nueva pasiflora colombiana familiar de la curuba. La nueva especie llamada Passiflora creuci-caetanoae se suma a las 65 especies existentes en el mundo, de las cuales 35 son colombianas y 23 endémicas.

 

Las pasifloras son un género de plantas comerciales como la granadilla, la curuba, la gulupa, entre otras, valoradas por su fruto comestible que puede prepararse en múltiples presentaciones como sorbetes, yogures, y cocteles.

 

En la industria, la utilizan a nivel farmacéutico por sus propiedades antioxidantes, sedativas y para la ansiedad; además, sus extractos se emplean también como fragancias; y la flor, por su diversidad de formas y colores, es objeto de colección en jardines sobre todo por parte de europeos que la consideran una planta exótica.

 

Las pasifloras se dividen a su vez, por ejemplo, en la supersección Tacsonia, que es una categoría menor y más específica, caracterizada principalmente por presentar especies generalmente con tubo floral elongado, corona reducida y perianto (sépalos y pétalos) de color rojo, naranja, rosado y violeta, y se distribuyen por los Andes tropicales.

 

Justamente la Passiflora creuci-caetanoae es una Tacsonia, descubierta por Miguel Macgayver Bonilla Morales, magíster en Ciencias Biológicas e investigador del Grupo de Investigación en Recursos Fitogenéticos Neotropicales (Girfin) de la Universidad Nacional de Colombia Sede Palmira.

 

Adicionalmente, los investigadores Adriana Carolina Aguirre Morales del mismo grupo y Julián Cárdenas Hernández, docente de la Universidad de los Llanos, colaboraron con la descripción y otras actividades pertinentes al tratamiento taxonómico que se le dio a esta novedad para el país.

 

“Le puse Passiflora creuci-caetanoae, en honor a la docente brasileña Creucí María Caetano, quien llegó a la Sede Palmira aproximadamente en el 2004 y empezó a trabajar las pasifloras del país desde la parte citogenética (cromosomas, polen y diversidad)”, comenta el académico.

 

De esta forma, el investigador Bonilla identificó que esta nueva especie a diferencia de la P. adulterina y la P. cuatrecasasii, las más parecidas, tiene algunas particularidades que la diferencian.

 

Por ejemplo, tiene hojas lobuladas (enteras) y en la misma rama tiene hojas bilobuladas (dividida en dos partes de la misma hoja) y trilobuladas (dividida en tres).

 

Sus hojas, además, pueden medir de 5.5 centímetros (cm) a 17 cm, son ovado-lanceoladas con base plana o truncada y cuerpo ovalado, pero terminan en forma de lanza.

 

Otra característica diferenciadora de esta especie es que tiene los tricomas (extensiones o apéndices, como una especie de pelos similares a los de los frailejones, que regulan el intercambio gaseoso en las zonas de prepáramo y páramo) erguidos y cafés; las otras especies con las que fue comparada los tienen curvos.

 

La planta posee, a su vez, unas estípulas ensiformes o pequeños fragmentos en forma de espada que salen de la rama y miden más de un milímetro.

 

Por su parte, la flor, de color rojo, mide entre ocho y 10 cm de largo. “A la flor la obtuvimos mediante colecta para la época de enero y otra para abril de 2014, que se relacionan con los tiempos de sequía en la Orinoquia. Esto quiere decir que cuando deja de llover, comienza a florecer”, manifiesta el investigador.

 

El fruto de color verde con manchas blancas, no se pudo colectar durante la primera excursión a campo, otras personas que han estudiado el grupo lo han fotografiado y mediante semillas han propagado la especie.

 

Colombia posee, con este descubrimiento, 35 de las 65 especies de supersección Tacsonia del mundo, de las cuales 23 son endémicas del país.

 

Según un análisis de vulnerabilidad realizado por el investigador, el 84% de las especies de la supersección Tacsonia presenta algún grado de amenaza, dentro de las cuales el 26% están en peligro crítico.

 

“Así pues, se puede concluir que es necesario generar estrategias de preservación y conservación, enfocadas en el cuidado de sus hábitats e incluirlas en bancos de germoplasma; además incorporar programas para potenciar el uso de los recursos fitogenéticos andinos”, concluye el académico.

 

La especie fue colectada en el municipio de El Calvario, en la parte alta del Meta, el 17 de enero de 2013, gracias al apoyo de diversos estudiantes colectores de la Universidad de los Llanos, ente ellos Óscar Hernández, Johan Mosquera, Nicol Mejía, Alexander González, Andrés Mora, María Fernanda Toro y Javier Valbuena.

 

Para la toma de muestras, se cortaron fragmentos de la planta y organizaron en papel rotulado, luego fueron prensadas en láminas de cartón y procesadas en el Herbario de la Universidad del Valle en colaboración con la profesora Alba Marina Torres.

 

Además, se hizo proceso comparativo en 85 herbarios (20 en físico en Colombia) y el resto a nivel digital de carácter internacional.

 

El reporte de validación como “inédito” fue entregado por pares evaluadores de la revista internacional Phytotaxa, una de las revistas más citadas en el ámbito mundial en el área de taxonomía vegetal, en la que se publican contenidos botánicos, especialmente nuevas especies.