Tecnología Chile , Valparaíso, Lunes, 14 de octubre de 2013 a las 13:16

Bioingeniería para recuperar patologías de la voz

Investigación de Andrés Llico, ingeniero Civil Electrónico y magíster en Ciencias de la Ingeniería Electrónica de la USM

USM/DICYT El año 2006 Andrés Llico dio un paso que sería determinante en su vida académica: ingresó, estando en el último año de enseñanza media, al Programa Preliminar de Ingeniería (PPI) de la Universidad Santa María. De ahí en adelante su trayectoria en las aulas ha estado marcada por el sello sansano.


Siete años después, el Ingeniero Civil Electrónico y quien actualmente realiza su tesis de Magíster en Ciencias de la Ingeniería Electrónica de la Universidad Santa María, programa para el que fue becado por la Dirección General de Investigación y Postgrado del plantel y CONICYT, participa en una investigación del Departamento de Electrónica de la USM, en torno al monitoreo clínico de la voz que se desarrolla en conjunto con el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), bajo el programa MIT Chile Seed Found.


La idea es que cuando a una persona se le detecte una patología que afecte su voz, el tratamiento o la recuperación luego de ser sometido a una cirugía pueda ser monitoreado por su facultativo. Esto se logra a través de un sensor que se adhiere al cuello del paciente, que a su vez va conectado a cualquier Smartphone, dispositivo para el que se ha diseñado una aplicación que registra la actividad de sus cuerdas vocales, información que, en línea, puede ser recibida por el médico tratante para hacer recomendaciones o sugerencias al usuario.


“La idea de usar un Smartphone es tener una plataforma que sea de fácil acceso para cualquier persona, eventualmente. Y no depender de un equipo de alto costo que tenga que proporcionar el hospital o centro de atención médica”, señala Andrés Llico, quien agrega que el proyecto se enfoca en las patologías de tipo orgánicas, siendo las más comunes los nódulos y pólipos, “estos son callosidades que salen en las cuerdas vocales debido a su mal uso: estas se golpean con mayor fuerza y eso produce eventualmente la aparición de estas callosidades que, dependiendo la gravedad, pueden ser tratadas con terapia o con una operación”.


Se trata de enfermedades que, en su mayoría, afectan a profesores, periodistas, locutores, y que muchas veces pasan inadvertidas o son ignoradas por quienes las padecen. “Si uno no trata estas patologías pueden provocar lesiones que implican alguna cirugía y tratamiento. El objetivo de esto apunta a evitar que estas patologías se desarrollen y ayudar en la recuperación en el caso que se haya realizado una cirugía o esté la persona en tratamiento, evitar que esto se repita en el tiempo y que la recuperación sea más rápida”.


La motivación y la oportunidad


Cuando un profesor del Departamento de Electrónica, que ya trabajaba en el proyecto, se acercó a plantearle la posibilidad de integrar el equipo de investigación, Andrés aceptó de inmediato sin conocer más allá la temática de las patologías vocales y sin pensar que a través de esto podría dar sentido y realidad a un deseo que dice siempre haber tenido: “siempre había sentido un cierto interés por hacer algo para ayudar a la gente, desde mi carrera, y esta era la oportunidad perfecta”.


El proyecto además le dio la posibilidad, en 2012, de participar en un WorkShop en el MIT (EE.UU), junto a investigadores de esa institución, y del Hospital General de Massachusetts, al que asistió con profesores del Departamento de Electrónica de la USM. “Pudimos afianzar lazos entre los investigadores, presentar el trabajo que estábamos realizando acá, conocer las investigaciones que allá se estaban llevando a cabo y proyectar nuestra colaboración”.


“La experiencia de trabajar con gente de otros países ha sido muy enriquecedora y me ha dado una nueva visión de lo que estoy haciendo para seguir adentrándome en estos temas. Mi idea es seguir en esta línea de investigación sobre temas relacionados a la medicina, aplicando lo que yo he aprendido a lo largo de mi carrera, y orientándolo a lo que hoy se denomina la bioingeniería”, finaliza.