Ciencias Sociales España , Valladolid, Martes, 26 de julio de 2005 a las 18:20

Amazonía en estado puro

El Museo de la Ciencia inaugura una exposición sobre los indígenas ecuatorianos huaorani

BGA/DICYT Apenas 70 aborígenes de la tribu ecuatoriana huaorani se mantienen sin haber tenido contacto con la civilización en su reducto del Alto Amazonas. Ese es su deseo, y los encuentros esporádicos con las civilizaciones modernas les ha costado ya la muerte de varios de sus miembros y un problema serio de endogamia que quizá les suponga el fin de su ancestral forma de vivir. Sin embargo, algunos  miembros menos estrictos han permitido al biólogo Miguel de la Iglesia convivir con ellos durante tres meses, y ahora plasma esa experiencia en una exposición que se ha inaugurado esta mañana en el Museo de la Ciencia de Valladolid.

La muestra, que estará abierta hasta el próximo 11 de septiembre, contará todos los días con una visita guiada, a las cinco de la tarde, en la que el propio biólogo irá contando algunos detalles del sistema de vida de los huaorani y responderá a las preguntas de los interesados.

Miguel de la Iglesia explica que este pueblo se encuentra en una situación crítica debido a la presión que ejercen sobre él elementos externos como las petrolíferas y madereras, interesadas en el territorio que ellos ocupan, ya que son zonas sin explotar y vírgenes aún. El experto augura que apenas quedan unos 50 ó 100 años en los que estos aborígenes podrán vivir según sus tradiciones, ya que pronto la falta de protección y los intereses económicos terminarán con su forma de vida.

Esta influencia ya es patente en el hecho de que se haya reducido en un tercio el territorio original que ocupaba esta tribu, formada por cazadores y agricultores seminómadas. Miguel de la Iglesia apuesta por una supervivencia basada en “un contacto con la civilización bien gestionado que les permita mantener su forma de vida”. 

En plena amazonía 

Los huaorani son una tribu cuyo territorio se encuentra entre los ríos Napo y Curaray, en plena amazonía ecuatoriana, donde disponen de amplia vegetación procedente del bosque húmedo tropical que habitan. Son miembros de comunidades sin un concepto de posesión de la tierra, pero con un fuerte sentido de la propiedad privada y un sistema de supervivencia basado en la reciprocidad generalizada.

Se trata de una sociedad igualitaria, donde los roles del hombre y de la mujer están muy marcados: el hombre caza, tala árboles y hacen armas y veneno, mientras que la mujer cocina, recolecta, tejen hamacas y bolsas y se ocupan de la higiene de los hijos y de despiojarlos. Los niños por su parte, se educan prácticamente solos, a través de sus propias experiencias y de la observación de los adultos.

Los grupos de huaorani más en contacto con el mundo moderno han llegado a aprender el idioma nacional y han escolarizado a sus hijos, con lo que ya éstos se están perdiendo algunas de las enseñanzas que no podrán aprender al no estar en el mismo entorno que sus padres.

La exposición del museo muestra cómo es la vida tradicional de huaorani a través de paneles y piezas recogidas en el poblado visitado por su autor. Cerbatanas, adornos corporales, pinturas, venenos o hamacas son algunos de los objetos que se pueden contemplar.

El mundo indígena
Según la Unesco, los pueblos indígenas suman más de 350 millones de personas repartidas en 70 países del mundo. Esto supone una riqueza cultural que abarca más de 5.000 lenguas y culturas diferentes que conforman el 95% de la diversidad del planeta.

Esto constituye, según la Declaración de los Derechos de los pueblos indígenas “el patrimonio común de la Humanidad”. América Latina y el Caribe acoge a más de 40 millones de indígenas, en algunos países como Bolivia es la población mayoritaria, mientras que la amenaza de la extinción sigue planeando sobre la mayoría de sus tradiciones.