Alimentación España Ponferrada, León, Martes, 21 de diciembre de 2004 a las 21:25

De Ponferrada al Amazonas

Un grupo de investigadores de la Escuela de Ingeniería Técnica Forestal participa en un proyecto de desarrollo sostenible en la cuenca amazónica

María José Fernández/DICYT Aprovechar los recursos naturales y el conocimiento de la población indígena para compaginarlos con la filosofía de desarrollo sostenible es la máxima sobre la que se basa el proyecto que llevará a cabo en el Amazonas un grupo de investigadores de la Escuela de Ingeniería Técnica Forestal de Ponferrada, perteneciente a la Universidad de León. La iniciativa, que ha sido financiada por la Unión Europa, utiliza las nuevas tecnologías para realizar estudios del suelo mediante fotografías por satélite. 

Este proyecto forma parte de un proyecto internacional que comienza el próximo mes de enero y se prolongará durante tres años, hasta febrero de 2008, con un presupuesto global de 4'6 millones de euros. En ella participan varios centros universitarios europeos entre los que La Escuela de Ingeniería Técnica Forestal de Ponferrada ha sido escogida por la Unión Europea para desarrollar una parte del proyecto al que ha aportado, en concreto, 250.000 euros. En el trabajo también colaboran una universidad de Alemania y otra de Holanda. También son socios en esta iniciativa la Universidad de Beni en Bolivia, el Instituto Amazónico para el Hombre y el Medio Ambiente y la Universidad Federal Rural de la Amazonia, en Brasil, así como la Fundación del Servicio Forestal Amazónico de Ecuador y la Asociación para el Desarrollo Industrial de Perú. 

José María González Molina, profesor de Selvicultura y Repoblaciones y coordinador del proyecto, explica a DICYT que “el nuestro es un modelo hecho para los pequeños propietarios”. Según matiza, “hay diferentes modelos de desarrollo que se conocen y se han visto por la televisión, pero el nuestro no destruye, sino que compatibiliza”. En este sentido, asegura que solo el 15% de la superficie ocupada por el Amazonas se encuentra protegida, mientras que el resto no, "por lo que es necesario un uso sostenible y es ahí donde nosotros queremos aportar conocimientos científicos y lograr una calidad de vida”.

Cada centro participante en la iniciativa se hace cargo de uno de los subproyectos que la componen. En este reparto los investigadores bercianos se van a encargar de dos de ellos dirigidas al estudio del uso del territorio y a la gestión sostenible. Y será en el estudio del uso del territorio donde hagan empleo de las nuevas tecnologías para estudiar el terreno mediante fotografías tomadas por satélite. Según explica el coordinador del proyecto y también doctor e ingeniero de Montes “el hecho de disponer de imágenes tomadas por satélite es muy importante, sobre todo en zonas donde ni siquiera se dispone de cartografía”. Es por ello que el uso de la tecnología como herramienta de trabajo es no sólo imprescindible, sino que “es la primera vez que se aplica en un estudio de una zona donde vive gente”.

Sin embargo, la parte tecnológica del proyecto más importante es la que se desarrollará en la propia gestión del bosque. “Ese es el aspecto técnico que más nos interesa”, señala González, quien también explica que “se trata de crear las propias estructuras de gestión y desarrollo allí para que, una vez que nos hayamos ido nosotros, puedan seguir utilizándolas”.

En cuanto a la situación actual de la población que viven en la selva amazónica, el profesor Álvarez precisa que “hay unos 20 millones de habitantes, de los que algunos viven en las ciudades y otros en la selva, que es a los que más nos dirigimos nosotros”. Según asegura “tienen muy poco apoyo del Gobierno y una gran carencia de infraestructuras”.

Además de José María González Medina, al frente del proyecto también se encuentra otro profesor del mismo centro, Vicente Manrique. Para la puesta en marcha del mismo, contarán con el apoyo de un doctorando, un estudiante que haya concluido el Doctorado de Ingeniería Técnica Forestal. Para ello, están realizando un proceso de selección para elegir a la persona que se encargará, sobre todo, de realizar el trabajo de campo, según explica González.

 

 

Un territorio entre cuatro países

La zona en la que se desarrollará el proyecto está comprendida entre Brasil, Perú, Ecuador y Bolivia, donde se ha producido un proceso de deforestación masiva desde los años 60 que podría tener nefastas consecuencias en los próximos años. Dentro de este vastísimo territorio, existen multitud de minúsculas parcelas gestionadas por pequeños propietarios, conocidas como zonas de transición, que no han sufrido un proceso de deforestación tan intenso. Estos terrenos pertenecen a agricultores, mayoritariamente indígenas y muy pobres, que aprovechan estas extensiones para cultivar algunos vegetales pero que mantienen zonas boscosas. En estas zonas no se ha acometido un programa serio de racionalización para compaginar su explotación agrícola y ganadera con la pervivencia de la masa forestal que constituye el principal pulmón del planeta. Será a estas zonas a las que se dirija el proyecto y en concreto al área que se decidirá en febrero en la primera reunión del proyecto que se celebrará en Bolivia.

Antes de llegar al propio trabajo de campo en el Amazonas, se ha realizado un laborioso y largo proceso que se remonta a hace dos años. Además, según subraya González, “la UE solo aprueba el 5% de los proyectos que recibe, por lo que es un proceso muy complejo que se prolonga durante mucho tiempo”.