Zonas de exclusión de pesca para proteger a los tiburones en el Pacífico panameño
STRI/DICYT Los tiburones juegan un papel fundamental para mantener los océanos saludables, equilibrar la cadena alimentaria y garantizar la diversidad de especies. Sin embargo, la demanda de derivados de tiburones conduce a su explotación, a menudo sin estrategias de gestión adecuadas. En una evaluación de las pesquerías del Pacífico de Panamá publicada en Aquatic Conservation: Marine and Freshwater Ecosystems, los científicos del Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales (STRI) e instituciones colaboradoras proporcionan una base para el desarrollo de regulaciones locales para la conservación de los tiburones.
Los estudios de campo, realizados durante dos años, revelaron que las pesquerías artesanales e industriales a lo largo de la costa del Pacífico de Panamá explotan regularmente al menos 18 especies de tiburones de seis familias. Una gran cantidad de estos son capturados mientras aún son inmaduros. Esto es preocupante para las especies en peligro de extinción, como el tiburón cabeza de martillo (Sphyrna lewini), para la que los inmaduros representaban entre el 63 y el 90 por ciento de la pesca total. El tiburón cabeza de martillo también se encontraba entre las especies más explotadas, junto con las especies de la familia Carcharhinidae, representando hasta el 80 por ciento de las capturas.
“Las políticas de conservación y gestión no protegen a los tiburones como una especie de vida silvestre”, comentó Héctor M. Guzmán, investigador de STRI y autor principal del estudio. “Por ejemplo, aunque los jaguares y los tiburones juegan un papel similar en el funcionamiento del ecosistema, solo el preciado jaguar está protegido en Panamá como especie de vida silvestre, mientras que los tiburones se consideran un recurso explotable”.
Los tiburones son especialmente vulnerables a la pesca intensiva. Por lo general, crecen lentamente, maduran tarde y tienen pocas crías. Por lo tanto, las pesquerías mal gestionadas, como las de la costa del Pacífico de Panamá, ejercen una presión considerable sobre su supervivencia. A pesar de trabajar con datos incompletos (estudios independientes estiman que el 75 por ciento de las capturas de tiburones no se informan), los investigadores confirmaron esta preocupación. Descubrieron que entre el 2001 y el 2011, las capturas de tiburones cayeron en más de un 90 por ciento en Panamá.
“Si se implementa una prohibición de pesca estacional, que prohíba el uso de redes y palangres cerca de la costa y dentro de áreas críticas de cría durante al menos seis meses durante la migración de estas especies amenazadas de extinción, aún es posible revertir esta tendencia”, comentó Guzmán.
Si prevalece el panorama actual, la recuperación de las poblaciones de especies que han sido explotadas intensamente durante décadas será una tarea difícil. Además, las pesquerías de tiburones podrían comenzar a reportar pérdidas económicas y volverse insostenibles a corto o mediano plazo.
“El estudio expone la necesidad urgente de obtener más información científica y pesquera para mejorar el manejo de tiburones y las estrategias de su conservación en Panamá”, comentó Jorge Morales, investigador de STRI y coautor del estudio.
Con base en estas conclusiones, los investigadores proponen varias estrategias para la protección y explotación de los tiburones en el Pacífico de Panamá. Esto incluye el desarrollo de programas de monitoreo para la supervisión de las capturas, la protección de hábitats críticos y el establecimiento de zonas de exclusión de pesca para la reproducción y el crecimiento temprano de los tiburones. A este respecto, el estudio identifica 11 áreas potenciales de cría de tiburones locales comunes y migratorios, que podrían apoyar los esfuerzos de conservación de tiburones en Panamá y la región.
“Esta investigación aporta una línea base hacia el manejo de las pesquerías artesanales e industriales de los tiburones que se vienen explotando en Panamá bajo un esquema de acceso abierto que atenta de manera significativa contra la sostenibilidad de tan importante pesquería”, comentó Flor Torrijos, administradora general de la Autoridad de los Recursos Acuáticos de Panamá (ARAP). “Para la ARAP nos permitirá trabajar un plan de manejo integral que derive en una pesca sostenible de este recurso”.