Una red de investigación impulsa el desarrollo de productos basados en microorganismos para estimular el crecimiento de los cultivos
DICYT Investigadores de toda España se han dado cita durante dos días en Salamanca para participar en la I Reunión de la IX Red temática “Biotecnología de las Interacciones Beneficiosas entre Plantas y Microorganismos”. Los expertos pretenden reforzar su colaboración para estudiar cómo los hongos y las bacterias ejercen un efecto positivo en el crecimiento de los cultivos. Estos avances ya se están plasmando en nuevos productos biotecnológicos que, al igual que los fertilizantes tradicionales, favorecen el desarrollo de las plantas, pero de una forma más respetuosa con el medio ambiente.
Financiadas por el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, las redes temáticas reúnen a grupos de investigación de campos afines. Su objetivo es poner en común conocimientos, equipamiento y tecnología para lograr nuevos avances. En este caso, la red que aglutina a los expertos en interacciones entre plantas y microorganismos está coordinada desde la Universidad de Salamanca (USAL) por Paula García Fraile, investigadora del Grupo de Interacciones Microbianas de la Unidad de Excelencia de Producción Agrícola y Medio Ambiente AGRIENVIRONMENT.
Esta red, que cuenta con financiación para dos años para organizar este tipo de encuentros y fomentar las publicaciones científicas conjuntas, alcanza su novena edición, pero esta cita en la Hospedería Fonseca de la USAL supone un hito muy importante, porque se vuelve a poner en marcha después de un largo periodo de inactividad. Además, lo hace con un nuevo enfoque, centrado en cuestiones tan relevantes como “la biotecnología, la adaptación de los cultivos al cambio climático y la transferencia de conocimiento al sector agrícola”, explica la coordinadora en declaraciones a DiCYT.
Los participantes —más de 40 investigadores y una decena de representantes de empresas y asociaciones— han tratado de identificar lagunas de conocimiento en el ámbito de las interacciones entre plantas y microorganismos, han planteado posibles proyectos de investigación colaborativa para abordarlas de manera conjunta y han destacado la importancia de la transferencia de conocimiento a la sociedad. Por eso, además de presentar avances científicos, en algunas sesiones se han abordado temas como las fuentes de financiación pública y privada o el proceso de registro de productos basados en microorganismos para su aplicación en el campo.
De hecho, en España ya se han registrado 150 productos basados en microorganismos para promocionar el crecimiento de las plantas, de manera que produzcan más y resistan mejor distintos tipos de estrés, lo que la actual legislación europea recoge como “bioestimulantes”. Este enfoque es vital para la agricultura ecológica, pero con el aumento de precios de los fertilizantes químicos tradicionales, también está comenzando a ser una excelente alternativa para los cultivos convencionales. En ese sentido, los descubrimientos de los científicos en el laboratorio “tienen una aplicación directa y en auge”, afirma Paula García.
Por eso, en la reunión no han faltado representantes de empresas —entre ellas, la salmantina Mirat Fertlizantes— y asociaciones de productores, que han intercambiado ideas con los científicos en una mesa redonda. “Nos han transmitido inquietudes y necesidades que seguramente generarán nuevas colaboraciones” afirma la investigadora.
El proyecto está integrado por 15 grupos pertenecientes a varias universidades y centros de investigación del CSIC (entre estos últimos, está incluido un equipo del Instituto de Recursos Naturales y Agrobiología de Salamanca, IRNASA-CSIC), además de otros grupos asociados. La décima edición de la red, para la que ya se ha solicitado financiación, irá enfocada hacia la internacionalización.