Una metodología permite verificar a distancia la movilidad y la fuerza muscular de ancianos con demencia
AGENCIA FAPESP/DICYT – Una investigación realizada en la Universidad Federal de São Carlos (UFSCar), en el estado de São Paulo, Brasil, demostró que es posible adaptar pruebas de movilidad funcional y de fuerza muscular para aplicarlas a distancia, en el ambiente domiciliario. La propuesta consiste en atender a las personas ancianas con demencia vía telesalud con base en un protocolo que comprende la capacitación de cuidadores y la supervisión online a cargo de profesionales de la salud.
Las pruebas de movilidad funcional y de fuerza muscular tienen una vasta utilización entre kinesiólogos o fisioterapeutas y profesionales que actúan en el área de la gerontología con miras a evaluar el proceso de envejecimiento, prescribir tratamientos o ejercicios físicos y evaluar el resultado de las intervenciones terapéuticas en personas ancianas.
“Los resultados obtenidos en los test aplicados a distancia fueron confiables. La gran contribución de este trabajo radica en que se logra el acceso de manera más amplia a la población de ancianos con demencia, dado que la telesalud aporta facilidades prácticas que incrementan la frecuencia de la atención y permiten realizar un seguimiento más completo de las personas ancianas”, afirma Larissa Pires de Andrade, docente del Departamento de Fisioterapia de la UFSCar y coordinadora del estudio publicado en la revista Geriatrics, Gerontology and Aging.
A juicio de Pires de Andrade, la realización de pruebas de movilidad funcional y de fuerza muscular vía telesalud puede erigirse como una alternativa para la evaluación de esta población, facilitando la prestación de servicios destinados a individuos que no están en condiciones económicas o físicas de desplazarse hasta un consultorio. También puede ser útil en situaciones que impiden que las personas se salgan de sus casas, tal como sucedió durante la pandemia de COVID-19.
Este estudio, fruto del trabajo doctoral de Carolina Tsen, forma parte de un proyecto mayor encabezado por el Laboratorio de Investigaciones en Salud de la Tercera Edad (LaPeSI) de la UFSCar y financiado por la FAPESP, que apunta a poner a prueba programas de telerrehabilitación destinados a ancianos con demencia. “La confirmación de que es posible realizar estas pruebas tan comunes en la práctica clínica en forma remota constituye el primer paso de nuestra investigación, que implica también la adaptación de procesos de rehabilitación de esos ancianos con demencia vía telesalud”, explica Pires de Andrade.
La metodología
Durante el estudio recientemente publicado, 43 individuos con diagnóstico clínico de demencia realizaron de manera remota, con la ayuda de cuidadores, test que evalúan la movilidad funcional y la fuerza muscular. Se emplearon métodos afianzados de la fisioterapia, entre ellos la Short Physical Performance Battery (batería corta de desempeño físico), una serie de evaluaciones tendiente a verificar factores tales como la velocidad al caminar, el equilibrio estático y la fuerza de las extremidades inferiores.
Los investigadores también adaptaron otras tres pruebas, entre ellas la 30 Seconds Sit to Stand (sentarse y levantarse por 30 segundos), con la que se evalúa cuántas veces el individuo logra sentarse y levantarse de una silla en ese lapso de tiempo, lo que permite medir la fuerza y la resistencia de las piernas. Otros test adaptados para el modelo remoto fueron el Time Up to Go (TUG, las siglas de “levantarse e ir”), que consiste en levantarse de una silla, caminar por una distancia de tres metros de distancia, volverse y caminar de regreso y sentarse nuevamente, y el Time Up Dual Task (TUG doble tarea), en el cual la persona realiza el mismo movimiento del Time Up to Go mientras que contesta preguntas.
Los voluntarios tuvieron acceso a las pruebas en el ambiente domiciliario a través de una plataforma online. Antes de ello, a los cuidadores se les impartió una capacitación para que los aplicaran. Las evaluaciones se concretaron con la participación online y en tiempo real de un profesional de la salud capacitado para despejar dudas.
Pires de Andrade explica que, en el caso de las personas con demencia, la realización de estos exámenes físicos, tanto en forma presencial como a distancia, puede plantearse como un desafío, dado que los compromisos cognitivos, como los deterioros de la memoria y de la atención, pueden causar dificultades para entender qué se está pidiendo.
“Por eso mismo, aparte toda la capacitación de los cuidadores y la preparación del espacio residencial para concretar las evaluaciones, fue necesario adaptar las órdenes verbales. Quedaron más sencillas, dichas en forma pausada y corta para que las personas ancianas con demencia puedan entender lo que se les pide. Esto fue esencial para lograr un desempeño satisfactorio en las pruebas”, dice.