Una investigadora del Conicet estudia los piojos de los lobos marinos
CONICET/DICYT Los piojos son insectos que infectan a la gran mayoría de los mamíferos, nosotros entre ellos, y son parásitos obligados, es decir que dependen exclusivamente de otro organismo (el hospedador, la víctima, o como les guste llamarlo) para poder vivir alimentándose de su sangre. Soledad Leonardi, becaria del Conicet en el Centro Nacional Patagónico, se dedica a estudiar un grupo de piojos sumamente extraño: los piojos de los lobos marinos.
"Estos piojos ya infectaban a los antecesores de los actuales pinnípedos (lobos marinos, focas y morsas). Como todas las actuales especies de mamíferos marinos, los pinnípedos evolucionaron a partir de antecesores terrestres. Al colonizar el medio marino, los piojos lograron adaptarse al nuevo ambiente. En respuesta a una presión adaptativa, este proceso derivó en cambios en la morfología y el ciclo de vida de los piojos. Aparecieron nuevas estructuras que permitieron la respiración bajo el agua; y su ciclo reproductivo se vio restringido a los períodos que los hospedadores pasan en tierra."
Soledad apunta que "los pinnípedos presentan la particularidad de pasar gran parte de su vida en el mar, alternando con períodos en tierra para descansar, mudar y reproducirse". Desde el punto de vista de sus piojos, lo determinante es si el pelaje del hospedador se moja durante las inmersiones o no. Así, los lobos finos o lobos de dos pelos ofrecen un ambiente virtualmente terrestre a los piojos que los infectan incluso cuando bucean, dado que la capa de pelos de guarda vuelve impermeable el pelaje. Sin embargo, morsas, focas y lobos marinos comunes o de un pelo se mojan completamente y, por tanto, sus piojos se encuentran adaptados a un estilo de vida acuático.
Los verdaderos piojos acuáticos presentan tres características morfológicas exclusivas: poseen escamas (que son espinas modificadas), espiráculos especializados con un sistema de cierre exclusivo que los piojos utilizan cuando están bajo el agua y una cutícula muy fina.
Si bien se cree que cuando están sumergidos los piojos respiran a través de su cutícula o capa exterior, la función de las escamas no está del todo clara. Algunos autores proponen que dichas escamas funcionan como un plastrón, es decir, como una estructura que retiene aire y a través de la cual se genera una interfase que permite el intercambio de gases. Las escamas parecen ser lo suficientemente densas como para retener aire entre ellas.
Sin embargo, otros autores sugieren que las escamas servirían para proteger la delgada cutícula, evitando así la desecación corporal del piojo cuando sus hospedadores están en tierra, sobre todo en lugares tan áridos como la Antártida.
En este contexto, es interesante resaltar que la abundancia del primer estadio ninfal de Antarctophthirus microchir, que no posee escamas, desciende notablemente cuando las crías de lobo marino de un pelo (sus hospedadores principales) comienzan a nadar por primera vez. Por lo tanto, es probable que las escamas cumplan un rol significativo en la supervivencia bajo el agua, lo cual no implica que no puedan cumplir también una función protectora en condiciones aéreas.
Ciclos de vida
Los huevos de los piojos no sobreviven bajo el agua, porque la humedad extrema impide la eclosión de las ninfas. Esto constituye una importante restricción para estos piojos, dado que los pinnípedos pasan una gran parte del tiempo bajo el agua. Por lo tanto, los piojos disponen de un estrecho margen temporal para reproducirse. De hecho, sólo pueden hacerlo cuando los hospedadores pasan en tierra el tiempo suficiente, lo cual obviamente limita el número de generaciones que los piojos pueden acomodar en este período.
Los piojos de la Familia Echinophthiriidae producen muy pocas generaciones al año porque disponen de períodos muy cortos de tiempo para reproducirse. Por ejemplo, el Antarctophthirus microchir, en el lobo marino de un pelo en Patagonia sólo puede reproducirse en las crías durante la temporada reproductiva.
Los piojos disponen únicamente de un mes antes que las crías comiencen a nadar y, con un ciclo reproductivo que requiere de tres semanas, se garantizan sólo dos generaciones.
La gran pregunta es por qué los piojos de los pinnípedos no acortan más sus ciclos. Los piojos de los ratones, por ejemplo, completan su ciclo vital en tan sólo dos semanas. ¿Por qué los piojos acuáticos no hicieron lo mismo?
Es probable que durante su evolución se haya visto favorecida otra estrategia reproductiva: con un tiempo generacional más largo, se pueden producir hembras más grandes que puedan poner más huevos.
En otras palabras, si el tiempo para reproducirse es corto, probablemente sea mejor asegurar una generación con mucha descendencia que arriesgarse a reducir el tiempo generacional para producir una segunda generación.
En síntesis, estos piojos son de los pocos insectos que han colonizado exitosamente el medio marino, lo cual se evidencia en sus exclusivas adaptaciones morfológicas. Sin embargo, la colonización de este nuevo ambiente fue posible gracias a que sus hospedadores no se independizaron completamente del medio aéreo. Al conservar una fase terrestre en sus ciclos vitales, los pinnípedos dieron también a sus piojos una oportunidad para seguir reproduciéndose como lo habían estado haciendo millones de años atrás.