Alimentación Colombia , Colombia, Lunes, 08 de mayo de 2023 a las 13:56

Una investigación revela que cultivar alimentos ancestrales es crucial para garantizar la soberanía alimentaria en Tumaco

Plantas medicinales, palmas de coco, plátano, cacao, borojó, árboles frutales de ciruelo, uvas, caimito y pepepán resultan esenciales

UNAL/DICYT En la siembra, producción y comercialización de plantas medicinales, palmas de coco, plátano, cacao, borojó, árboles frutales de ciruelo, uvas, caimito y pepepán, y en la captura de peces, pinguas, camarones, calamares o pulpos, el pueblo awá y las comunidades afrodescendientes de este municipio de Nariño han conseguido ser autónomos en el acceso y la garantía de su seguridad alimentaria y nutricional.

 

A 300 kilómetros de Pasto, capital de Nariño, las organizaciones sociales, los consejos comunitarios y la Unidad Indígena del Pueblo Awá (Unipa) mantienen vivo el Plan Alimentario y Nutricional Indígena y Afro de Tumaco (Paniat) a través de la recuperación y aprobación de las prácticas culturales ancestrales en la producción, comercialización y el consumo de alimentos.

 

Según la investigación de la estudiante Leidy Viviana Aponte Reyes, de Nutrición y Dietética de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), dicho enfoque forma parte del componente de seguridad humana de esta política pública y es la única que ha tenido un avance desde la firma del Pacto por la Soberanía y Seguridad Alimentaria y Nutricional (SSAN), además de los talleres de reactivación, los alcances y la semaforización del Paniat en agosto de 2022.

 

“En el proceso de evaluación del Plan se evidencia que los awá tienen zonas de reserva alimentaria, y según la Cámara de Comercio de Tumaco existen 280 asociaciones productoras de alimentos en la región”, señala la investigadora.

 

Para su investigación, la estudiante Aponte partió de la pregunta: ¿cuál ha sido el avance en las apuestas del Paniat 10 años después de entrar en vigencia esta política?, considerando además de la necesidad de la población de saber qué ha pasado con la implementación y los resultados para darle paso a su reformulación con una validez de 10 años más.

 

A partir de talleres como “Conversando con el Paniat” y de la semaforización de 12 líneas de acción con 57 participantes y 27 entidades –incluidas la UNAL Sede Tumaco y el Observatorio de Soberanía y Seguridad Alimentaria y Nutricional de la UNAL (OBSSAN)–, se determinó que “la iniciativa plantea apuestas que requerían de una transformación estatal y administrativa que supera la capacidad institucional territorial; algunos temas no son de competencia del proceso alimentario, y algunas metas son imprecisas o no responden a la problemática”.

 

Sin embargo también se vieron algunas oportunidades para darle un verdadero cumplimiento al plan de acción en la nueva vigencia, entre ellas la alta presencia de organizaciones no gubernamentales en el territorio, con posibilidad de generar una articulación interinstitucional de intervenciones; la presencia de instituciones como el SENA en la zona rural de Tumaco, y estrategias de formalización del tejido empresarial por parte de la Cámara de Comercio de Tumaco y el “Plan Awá”.


Panorama de la seguridad alimentaria en Tumaco


Según la Encuesta Nacional de Situación Nutricional (ENSIN, 2015), el 54,2 % de los hogares colombianos padece de inseguridad alimentaria. En el litoral Pacífico esta cifra asciende al 74,5 %, lo que indica que 3 de cada 4 hogares de la región tienen dificultades para alimentarse.

 

De otra parte, el Ministerio de Salud y Protección Social reporta que en 2019 la tasa de mortalidad infantil por desnutrición en Tumaco fue de 15,5 muertes por cada 100.000 menores de 5 años. Estas cifras evidencian la urgencia de ejecutar el Paniat, tal y como las instituciones nacionales, regionales y locales se comprometieron a hacerlo.

 

La reformulación del Paniat consideró la opinión de los distintos sectores de la población, los cuales propusieron“incluir una persona con vinculación de planta para coordinar la implementación del Plan y lograr así una articulación eficaz entre secretarías, ONG y organizaciones comunitarias en la gestión de proyectos y acciones en pro de la garantía al derecho humano a la alimentación.