Una investigación abordará un tipo de cáncer de tiroides que no dispone de terapia efectiva
Cristina G. Pedraz/DICYT Noa Feás Rodríguez, investigadora del Instituto de Biología y Genética Molecular (IBGM), centro mixto de la Universidad de Valladolid y el CSIC, investigará en los próximos tres años en el marco de su tesis doctoral, un tipo agresivo de cáncer de tiroides que no cuenta aún con un tratamiento farmacológico efectivo. Se trata del carcinoma papilar de tiroides, cuya incidencia en la población está aumentando notablemente en los últimos años. El trabajo de investigación ha obtenido la ayuda predoctoral en oncología que otorga la Junta Provincial de la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) de Valladolid, dotada con 56.000 euros.
Según ha explicado la investigadora en declaraciones recogidas por DiCYT, el objetivo es “identificar y caracterizar aquellas alteraciones moleculares presentes en las células de los carcinomas papilares de tiroides avanzados, metastásicos, resistentes al yodo radioactivo y con mutaciones en el gen BRAF, que determinan que la respuesta observada en el tratamiento con Sorafenib (un fármaco de última generación para el tratamiento de la enfermedad) no sea lo satisfactoria que a priori cabría esperar”.
La incidencia del cáncer de tiroides está aumentando en los últimos años y esto se debe, en parte, a un incremento en un tipo específico de carcinomas de tiroides, los denominados papilares diferenciados. “En este tipo de carcinomas, a pesar de que la Medicina y la Ciencia han avanzado mucho, hay aproximadamente un 40 por ciento de pacientes que recurren tras la cirugía y algunos además muestran una disminución en avidez (en inmunología la medida de la fuerza de unión entre un antígeno con un anticuerpo) por el yodo radiactivo, que es un tratamiento que se usa como coadyuvante a la cirugía”, detalla la investigadora.
Son estos carcinomas en los que se centra el estudio, los carcinomas papilares avanzados, metastásicos, y resistentes a tratamiento con radioyodo. Las opciones de tratamiento en estos tumores “son muy limitadas e ineficaces”, de forma que la supervivencia global de los pacientes a largo plazo es de tan solo un 10 por ciento. “Se trata de enfermedades oncológicas huérfanas en las que el tratamiento es aún un reto pendiente de resolver”, subraya Feás Rodríguez.
En las últimas décadas se han desarrollado medicamentos de última generación que se aplican en terapias oncológicas personalizadas, o lo que es lo mismo, atendiendo a las alteraciones moleculares en genes, proteínas, etc, presentes en las células tumorales de cada paciente.
“Algunos de estos medicamentos son los denominados inhibidores de kinasas. Sorafenib es uno de ellos y, sin embargo, estudios recientes indican que los tratamientos no son efectivos, aparecen recurrencias o respuestas solamente parciales. Nosotros pensamos que esta ausencia de respuesta o estas recurrencias pueden deberse a la subclonaridad y heterogeneidad intratumoral, es decir, no todas las células del tumor son iguales y no todas las moléculas causantes del tumor son iguales. Si atacamos a parte de ellas con el tratamiento puede ocurrir que aquellas a las que no va dirigido proliferen más o aparezcan otras mutaciones que en un principio no existían. Ahí es donde se enfoca nuestro estudio”, recuerda la investigadora.
El cáncer cuya incidencia más ha aumentado
Durante la presentación del proyecto, celebrada hoy en la Universidad de Valladolid, la directora del trabajo, Ginesa García-Rostán, ha señalado que existen una serie de enfermedades oncológicas modernas, “cánceres agresivos en los que no existen terapias efectivas, como el cáncer de ovario, el de páncreas o algunos de tiroides, que tienen un mal pronóstico”. El conocimiento de estos cánceres y el desarrollo de nuevas terapias “no han seguido el mismo rimo” y por ello en la actualidad siguen siendo tumores “en los que no se puede ofrecer una alternativa terapéutica”. Es el caso del cáncer de tiroides, “el que mayor incremento anual ha tenido en los últimos años de entre todos los tipos de cáncer y se espera que en 2019 se convierta en la tercera causa de cáncer en la mujer”, precisa la experta.
Por su parte, el presidente de la Junta Provincial de la AECC en Valladolid, Francisco Javier Arroyo García, ha recordado que la ayuda predoctoral en oncología es una iniciativa “pionera” y que el proyecto galardonado ha competido con otros ocho trabajos para obtener la beca. Arroyo García ha asegurado que en los últimos cinco años la AECC ha invertido, a nivel nacional, 28 millones de euros en investigación oncológica y que la AECC en Valladolid ha aportado un millón de euros a este fin.
Finalmente, el rector de la Universidad de Valladolid, Daniel Miguel San José, ha apuntado que es la tercera ocasión en la que la AECC en Valladolid ha otorgado una beca predoctoral en oncología, una iniciativa “financiada directamente por la sociedad civil, el camino por el que debemos ir”.