Una bacteria multirresistente detectada en el nordeste de Brasil reviste riesgos para la salud global
AGENCIA FAPESP/DICYT – Una cepa de la bacteria Klebsiella pneumoniae aislada en una mujer de 86 años con infección urinaria, que ingresó a un hospital de una ciudad de la región nordeste de Brasil en el año 2022, se mostró resistente a todas las opciones de antibióticos disponibles. La paciente falleció 24 horas después de su entrada a aquel nosocomio.
Con el apoyo de la FAPESP, un grupo de científicos secuenció el genoma de la bacteria y lo comparó con un banco de datos de otras 408 secuencias parecidas. El resultado es alarmante. Se trata de una cepa que se había detectado anteriormente en Estados Unidos y que ya estaba circulando en Brasil, con riesgo de que se propague por el mundo. Estos resultados salieron publicados en la revista The Lancet Microbe.
“Es tan versátil que se adapta a los cambios en el tratamiento, ya que adquiere fácilmente otros mecanismos de resistencia no contemplados por las drogas existentes o por la combinación de las mismas. Es posible que se vuelva endémica en los centros sanitarios a nivel mundial”, advierte Nilton Lincopan, coordinador del estudio y docente del Instituto de Ciencias Biomédicas de la Universidad de São Paulo (ICB-USP), en Brasil.
El investigador coordina la One Health Brazilian Resistance (OneBR), una plataforma que reúne datos epidemiológicos y fenotípicos e información genómica de microorganismos catalogados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en carácter de “prioridades críticas”. Esta clasificación abarca a bacterias con escasas opciones terapéuticas disponibles y que requieren medidas de contención a los efectos de evitar que se propaguen, aparte de constituir una prioridad en la investigación y el desarrollo de nuevos fármacos antimicrobianos.
La referida plataforma cuenta con el apoyo de la FAPESP, del Consejo Nacional de Desarrollo Científico y Tecnológico (CNPq, vinculado al gobierno federal brasileño) y de la Fundación Bill y Melinda Gates (lea más en: agencia.fapesp.br/38774).
Cuando hallan cepas multirresistentes como ésta, los servicios de salud deben comunicar su registro al área de vigilancia epidemiológica local. Debe aislarse al paciente y el equipo que lo trata debe intensificar los recaudos para que la bacteria no se propague a otros pacientes.
“Como se trata un patógeno oportunista, en pacientes con la inmunidad normal esta bacteria puede que ni siquiera cause una enfermedad. Pero entre las personas con inmunidad baja puede ocasionar infecciones graves. A nivel hospitalario, los pacientes internados en unidades de terapia intensiva [UTI] o en tratamiento referente a otras patologías pueden contraer una infección secundaria, una neumonía, por ejemplo. Sin tratamientos disponibles y con el sistema inmunitario deprimido, pueden en muchas ocasiones terminar falleciendo”, comenta el investigador.
Favorecida por la pandemia
Los autores sostienen que las cepas coproductoras de carbapenemasas (enzimas capaces de hidrolizar compuestos antimicrobianos) como ésta, que son resistentes a todos los betalactámicos, los antibióticos que más se aplican, pasaron a detectarse vastamente durante la pandemia de COVID-19 en los países de Latinoamérica y el Caribe.
Estos hallazgos generaron una alerta epidemiológica en la Organización Panamericana de la Salud (OPAS) y en la OMS. Un análisis genómico global publicado recientemente por un grupo encabezado por Fábio Sellera, docente de la Universidade Metropolitana de Santos (Unimes), en Brasil, registró también una rápida evolución de estas bacterias, cosa que puso de relieve una nueva tendencia de resistencia y un serio problema de salud pública.
El medicamento de última generación ceftazidima/avibactam, prescrito para el tratamiento contra bacterias críticas para la salud, como K. pneumoniae, productora de una carbapenemasa (KPC), fue autorizado por la agencia estadounidense que regula los medicamentos (FDA) en el año 2015.
La aprobación de su registro ante la homóloga brasileña de la FDA, la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (Anvisa), se concretó en 2018, debido a la gran cantidad de infecciones registradas a causa de KPC.
“Muy probablemente, las internaciones ocasionadas por el COVID-19 asociadas a infecciones secundarias provocadas por este tipo de bacterias derivaron en un aumento global de la administración de ceftazidima/avibactam, lo cual favoreció el surgimiento de cepas resistentes a este nuevo antibiótico”, dice Lincopan.
El procedimiento estándar indicaría que a los pacientes ingresados con sospecha de infección bacteriana se les extrajese material clínico para confirmar el diagnóstico y se los testease en cuanto a su susceptibilidad a los diferentes fármacos antimicrobianos disponibles.
“Es posible que las cepas productoras de KPC tratadas con ceftazidima/avibactam hayan evolucionado rápidamente y que hayan adquirido mecanismos de resistencia contra esta última opción terapéutica. Ahora tenemos cepas coproductoras de carbapenemasas que no responden al tratamiento con betalactámicos”, lamenta.
Aparte del monitoreo permanente de las cepas bacterianas halladas en los hospitales, los científicos subrayan la importancia de la prescripción racional de los antibióticos. Actualmente, la plataforma OneBR cuenta con 700 genomas de patógenos humanos y animales en su banco de datos.
Para los pacientes, el mensaje indica que cuando tengan una prescripción de antibiótico hagan el tratamiento hasta el final, aun cuando se sientan bien al cabo de dos o tres días. Esta práctica también evita el surgimiento de cepas resistentes.
Este trabajo, cuyo autor principal es el doctorando Felipe Vásquez Ponce, del ICB-USP, contó también con el apoyado de una beca doctoral de la FAPESP otorgada Johana Becerra en la misma institución.