Espacio España , Valladolid, Viernes, 16 de octubre de 2009 a las 12:36

Un rincón para la exploración planetaria, la astrobiología y la espectroscopía Raman

La Unidad Asociada CSIC-UVA al Centro de Astrobiología, que participa en la misión Exomars, ha estrenado instalaciones en el Parque Tecnológico

Cristina G. Pedraz/DICYT Hace apenas seis meses, el equipo de científicos que conforma la Unidad Asociada CSIC-UVA al Centro de Astrobiología cambió su departamento en la Facultad de Ciencias de Valladolid por unas nuevas instalaciones en el Parque Tecnológico de Boecillo. Desde allí realizan ahora su actividad científica, centrada en la exploración planetaria, la astrobiología y la espectroscopia Raman. “La Unidad se dedica fundamentalmente al desarrollo de técnicas espectroscópicas para la exploración planetaria y, en particular, la exploración relacionada con Marte”, asegura Fernando Rull, su responsable, quien matiza que la investigación “se centra en un aspecto muy importante, la Astrobiología, referente a la búsqueda de signos de vida pasados o presentes en el Sistema Solar”.

 

En concreto, la Unidad desarrolla instrumentación para conocer la composición geoquímica de rocas extraterrestres, basándose en técnicas espectroscópicas Raman y LIBS, que se centran en el estudio de la interacción entre la radiación electromagnética y la materia.

 

Así, cada compuesto tiene un único espectro Raman que lo caracteriza, descrito por sus vibraciones moleculares, mientras que en LIBS las líneas espectrales atómicas se emplean para determinar la composición y concentración químicas elementales.

 

El proyecto “estrella” en el que participa la Unidad es la misión Exomars, dirigida por la Agencia Espacial Europea, que pretende hallar signos de vida en Marte. Para ello se prevé enviar al planeta rojo un robot formado por nueve instrumentos, entre ellos un espectómetro Raman-LIBS desarrollado por el equipo de científicos vallisoletanos, cuyo modo Raman es capaz de funcionar de forma remota a partir de 150 metros.

 

La Unidad se formó en 2002, cuando el Centro de Astrobiología (CAB) de Madrid invitó al catedrático de Mineralogía y Petrología de la Universidad de Valladolid Fernando Rull a unirse a su grupo investigador. En ese momento, determinó que una forma eficaz de organizarse sería una unidad asociada al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), “una fórmula muy interesante porque permite que los investigadores sean profesores universitarios y al mismo tiempo contar con el estatus del CSIC”, señala su director.