Ciencia España , Valladolid, Martes, 02 de noviembre de 2010 a las 14:21

Un proyecto europeo analiza el rendimiento de biomasa de baja calidad en calderas de uso residencial

El Ente Regional de la Energ铆a participa en los trabajos, que se basan en la experimentaci贸n con dos calderas de 60 y 100 kilovatios

Cristina G. Pedraz/DICYT En el mercado actual existen muchos tipos de biomasa que ofrecen prestaciones diferentes en su uso como combustible para calderas. La biomasa mediterránea de calidad media-baja procedente de los residuos de la industria forestal, agrícola y maderera puede ser una alternativa viable para calderas del sector residencial y de servicios, dada su gran disponibilidad. En este sentido, siete empresas, centros de investigación y otros organismos públicos de Austria, España, Grecia e Italia trabajan en el proyecto del VI Programa Marco Domoheat, basado en la demostración de la sostenibilidad de dos sistemas de calefacción domésticos y terciarios utilizando biomasas mediterráneas pobres.

 

El proyecto se inició en abril de 2007 y concluirá en abril del próximo año, momento en que se obtengan las conclusiones finales. En los trabajos participan cuatro socios españoles, la Universidad de Vigo, la consultora internacional Escan (que coordina el proyecto), la firma HC Ingeniería y el Ente Regional de la Energía de Castilla y León (EREN); así como el centro de investigación ISIS de Italia, el centro tecnológico CRES de Grecia y la fábrica de calderas KWB de Austria.

 

Como apunta a DiCYT el jefe de Area de Bioenergía del Departamento de Energías Renovables del EREN Santiago Diaz, se trata del único proyecto de esta categoría aprobado en el VI Programa Marco. Consiste, como explica, “en el empleo de dos calderas de potencia media, de 60 y 100 kilovatios, para la experimentación con 13 biomasas mediterráneas y sus mezclas”. Así, se estudian las prestaciones de cada una y se calibran las mezclas más aptas para mejorar el rendimiento de la caldera en función de la cantidad de cenizas o las emisiones contaminantes.

 

En concreto, se están realizando ensayos con hueso de aceituna, astillas de pino, astillas de piña, cáscara de piñón, cáscara de almendra, cáscara de avellana, astilla de eucalipto, pellets de paja, pellets corteza de pino, pellets de serrín procedente de la industria maderera, astillas de poda de viñedo, astillas de roble y pellet de roble. Según destaca el experto, uno de los aspectos más importantes del proyecto radica en que estas biomasas se están analizando con las condiciones “reales”. “Aunque son pruebas de laboratorio se están realizando en las condiciones reales de cómo se puede encontrar la biomasa en el mercado”, apunta, con humedades que pueden llegar a producir hongos, arenas, restos de tierra y que originan unas peores condiciones de combustión.

 

Los trabajos enmarcados en el proyecto están avanzados y, en la actualidad, los grupos de investigación de la Universidad de Vigo y la firma KWB determinan las mezclas más aptas. Por el momento, las investigaciones señalan que cualquiera de las mezclas probadas mejora los parámetros finales de rendimiento para las biomasas menos aptas de forma individual.

 

Con las conclusiones que se extraigan se creará información interna y se habilitará información pública a la que se dará difusión a través, por ejemplo, de los grupos objetivos interesados o de la webs del proyecto y del EREN. El trabajo, que se presentó la semana pasada en Expobioenergía, puede tener “una repercusión muy grande en el mercado”, tal y como detalla Santiago Diez.

 

El papel del EREN

 

En el marco del proyecto, el EREN está trabajando en diversas líneas. En primer lugar, ha puesto a disposición del proyecto la caldera de 100 kilovatios ubicada en Folgoso de la Ribera (León) con la colaboración de la Fundación Santa Bárbara. Asimismo, en su papel de expertos y en consenso con el resto de participantes en el proyecto han sugerido las muestras que hipotéticamente pueden resultar más interesantes.

 

Por otro lado, se ha llevado a cabo un análisis de mercado que ha implicado, entre otros aspectos, “una recopilación de las empresas que pueden distribuir biomasa en Castilla y León, qué tipos, cantidades y en qué periodos”. Además, se ha realizado un análisis DAFO y se ha establecido un estudio de consolidación de casos prácticos, ejemplos y modelos de aplicación de biomasa sólida, al que el Ente Regional de la Energía ha aportado tres casos, uno el de la colegiata de San Isidoro de León, edificio histórico en el que se aplica la biomasa.

 

Finalmente, la labor del EREN se ha centrado en la parte de información y difusión acerca del proyecto. Así, se han organizado dos jornadas de formación internas, se ha puesto en marcha un boletín informativo sobre los avances del proyecto y se ha elaborado documentación y material técnico divulgativo, además de coordinar la participación en ferias y otros eventos, como el seminario celebrado el pasado día 26 de octubre integrado en el marco de Expobioenergía 2010.