Ciencias Sociales Chile , Chile, Lunes, 24 de octubre de 2016 a las 16:07

Un proyecto busca mitigar malos olores en plantas faenadoras de pescado

Académico de la Universidad San Sebastián, Patricio Oyarzún, trabaja en estrategias biotecnológicas que permitan mitigar el efecto de los gases que emanan de las plantas procesadoras de pescado

USS/DICYT Los olores generados en los procesos industriales se asocian a múltiples impactos ambientales y en la salud, pudiendo causar efectos como náuseas, molestias respiratorias o alteraciones psicológicas, entre otros. Esto ocasiona rechazo en las comunidades aledañas a plantas generadoras y, en el caso del sector industrial pesquero, los impactos son cada vez más problemáticos.

 

De hecho, el Ministerio de Medio Ambiente desarrolla una estrategia integral para la gestión de olores, a través de la elaboración de una normativa para el control y prevención de éstos en la industria, el cual está planificado para ser aplicado a partir de 2017.

 

Es que las bacterias pueden descomponer la carne de los peces y generar subproductos pungentes como las metilaminas, amonio, aminas, sulfuros, mercaptanos y ácidos grasos volátiles, produciendo emisiones gaseosas que impactan negativamente en la calidad de vida de las comunidades.

 

Para enfrentar este problema, una de las soluciones que se investigan es la biofiltración de gases, donde biopelículas de microorganismos transforman biológicamente los contaminantes a sustancias inocuas, sin acumulación de subproductos o desechos de difícil manejo, y con costos de operación, en general, bajos. “Estos sistemas representan una promisoria estrategia para el control de olores, especialmente para contaminantes de tipo biogénicos que se generan en sectores industriales como el pesquero”, explica el académico de la Facultad de Ingeniería y Tecnología, de la Universidad San Sebastián Dr. Patricio Oyarzún.

 

Experiencias de biofiltración

 

Patricio Oyarzún, encabezó un proyecto de investigación con financiamiento de Innova Biobío que permitió instalar y evaluar exitosamente en la empresa sanitaria ESSBIO un innovador sistema piloto de biofiltracion de olores, basado en dos reactores de 1m3 conectados en serie y con tecnología de monitoreo remoto.

 

Actualmente ha implementado a escala de laboratorio sistemas de biofiltración para remoción de compuestos azufrados y recientemente de amoníaco gaseoso, consistente en columnas inoculadas con un consorcio microbiano aislado y seleccionado a partir de cultivos de lodos activos obtenidos de una planta de tratamiento de aguas servidas de ESSBIO, con el apoyo de estudiantes tesistas de Ingeniería Civil en Biotecnología. “La biopelícula activa se estableció contactando el material de soporte con la población microbiana y manteniendo suministro constante de medio nutritivo mediante un sistema de recirculación de líquido, bajo la modalidad de un biofiltro de lecho escurrido”, explica.

 

El biofiltro tuvo un periodo de arranque de 34 horas, durante el cual se monitoreó la concentración de contaminante a entrada y salida de la columna de biofitración y al final de este lapso se logró remover el 100% de la carga de amoniaco.

 

La empresa pesquera Blumar Seafoods, en tanto, consideró la opción de investigar en la temática de tratamiento de biofiltración de gases, como una estrategia complementaria a los sistemas de wet-scrubbing ya presentes en la planta. La investigación que desarrolló el exalumno Guillermo Calabriano –financiada por Innova Biobío y bajo conducción del profesor Jorge Bejarano– se enfocó en la remoción de metilaminas, para lo cual se instaló un sistema de biofiltración de gases a escala de laboratorio que consistió en una columna empacada con un lecho de soportes plásticos sobre los cuales se inmovilizó una biopelícula microbiana aislada y seleccionada a partir de cultivos de lodos activos.

 

“Las experiencias de biofiltración demostraron capacidades de eliminación para cada uno de los contaminantes presentes en la corriente de entrada, y fue posible demostrar la remoción de metilamina, dimetilamina y trimetilamina durante el período de operación del biofiltro con eficiencias promedio en torno al 90%”, destaca el académico.

 

Actualmente el académico está organizando un nuevo proyecto de investigación con la empresa pesquera Lota Protein que permita evaluar en terreno y bajo condiciones reales de operación esta tecnología.