Environment Brazil São Paulo, São Paulo, Monday, September 02 of 2024, 12:53

Un libro revela los desafíos que debe afrontar una bioeconomía inclusiva en la Amazonia

Es una obra con 32 autores de instituciones académicas y de investigación de las regiones norte, nordeste y sudeste de Brasil

AGENCIA FAPESP/DICYT – Existe un consenso entre los especialistas: la bioeconomía es clave para el desarrollo de la Amazonia. Pero en una región tan vasta como compleja, punteada por desafíos que inhiben el desarrollo sostenible de las cadenas productivas, la conservación de la biodiversidad, el bienestar, el empleo y los ingresos de las comunidades, cabe indagarse: ¿bioeconomía para quién?

 

Esta pregunta constituye el título en portugués de un libroBioeconomia para quem?− con respuestas elaboradas en 12 robustos artículos firmados por 32 autores brasileños de instituciones académicas y de investigación de las regiones norte, nordeste y sudeste del país. La presentación de esta obra tuvo lugar el pasado 19 de junio en el Auditorio Capacit de la Universidad Federal de Pará (UFPA), en la ciudad de Belém.

 

“Una bioeconomía bien gestionada es esencial para contar con empresas sostenibles, pero la misma también debe contemplar las demandas extractivas vegetales, de los pescadores y de los pueblos de la selva”, subrayan en la “Introducción” los coordinadores del libro, Adalberto Luis Val, investigador del Instituto Nacional de Investigaciones de la Amazonia (Inpa), y Jacques Marcovitch, exrector de la Universidad de São Paulo (USP).

 

Esta perspectiva atraviesa cada una de las cinco partes en las cuales está organizado el libro, con nuevas pautas para el debate y recomendaciones sobre temas relacionados con las cadenas productivas y su comercio, la organización social, las tecnologías, la restauración forestal y las dimensiones de la violencia y la ilicitud en la región.

 

“El libro no es un fin sino un medio como para abrir el diálogo sobre los caminos posibles hacia el desarrollo sostenible de la Amazonia”, explica Marcovitch. Fruto de tres años de trabajo, cada capítulo, subraya, es el resultado de una “expedición”, con un cuadro al final en donde aparecen listadas prioridades, acciones y métricas.

 

Las investigaciones sobre las cadenas productivas y la bioeconomía inclusiva, sintetizadas en Bioeconomía para quem? Base para um Desenvolvimento Sustentável na Amazônia, se llevaron a cabo en el marco de dos proyectos de investigación apoyados por la FAPESP (22/14597-8 y 20/08886-1), ambos coordinados por Marcovitch. El estudio también cuenta con el apoyo del Consejo Nacional de Desarrollo Científico y Tecnológico (CNPq) de Brasil.

 

“Un libro con estos contenidos es muy bienvenido en el ámbito del Programa Amazonia+10”, escriben en la “Presentación” Carlos Américo Pacheco, director presidente de la FAPESP, y Márcia Perales Mendes da Silva, presidenta de la Fundación de Apoyo a la Investigación Científica del Estado de Amazonas (Fapeam), dos de las instituciones que integran esta iniciativa encabezada por el Consejo Nacional de Fundaciones de Apoyo a la Investigación Científica (Confap) de los estados brasileños.

 

Las cadenas productivas sostenibles

 

El primer artículo contiene un análisis de la cadena de valor del asaí, una actividad que en la cual toman parte familias extractivas, cooperativas, la industria y la agroindustria en la producción de más de 1,6 millones de toneladas del fruto, y que mueve casi 3 millones de reales anualmente. Se trata de una actividad típica de la economía extractiva de la Amazonia, tal cual la describen Flora Bittencourt, Manoel Potiguar y Thiara Fernandes, del Instituto Peabiru: “Con un alto grado de dependencia del trabajo familiar, informalidad en las relaciones laborales y en las transacciones comerciales, producción artesanal, escaso empleo de tecnología, falta de estandarización de los procesos y las mediciones, un alto nivel de incertidumbre, inexistencia de soporte de crédito y asistencia técnica sistemática, baja densidad de las instituciones representativas y/o interlocutoras del sector y vulnerabilidades legales y normativas, especialmente relacionadas con los niños y los adolescentes y con la seguridad laboral”. Y sugieren acciones prioritarias que van desde el desarrollo de tecnologías para la cosecha hasta el aumento de la oferta de crédito, pasando por una política de reparto de beneficios justa y equitativa.

 

Otro fruto extractivo es el cacao, tratado en el segundo capítulo como una de las prioridades de la bieconomía de la Amazonia tanto en lo que atañe a la cadena de commodities –que contempla demandas de las empresas de procesamiento y representa el 95 % del mercado global– como a la de un producto de calidad que exigen los fabricantes de chocolates especiales. La Amazonia responde por más de la mitad de las 269.000 toneladas de la producción brasileña, con el cultivo, la cosecha, la fermentación y el secado del cacao, actividades que retienen entre un 4 % y un 6 % del valor global de la cadena productiva. En un mercado regido por el precio y por contratos futuros, la apropiación de valor por parte de los productores es escasa, según Lucas Xavier Trindade, de la Universidad Estadual de Santa Cruz, en el estado de Bahía, y Fernando Antonio Teixeira Mendes, de la Comisión Ejecutiva del Plan de Cultivo del Cacao (Ceplac, en portugués). “Es la gobernanza lo que permite que los productores se apropien efectivamente del precio”, sostienen.

 

En el tercer capítulo, los autores señalan a la pesca ilegal, una práctica común en la Amazonia, como uno de los principales obstáculos en la cadena del manejo del paiche o pirarucú. “Las inspecciones son prácticamente inexistentes, en gran medida debido a la falta de recursos humanos y económicos del Ibama [el Instituto Brasileño de Medio Ambiente y Recursos Naturales Renovables, vinculado al Ministerio de Medio Ambiente] como para abarcar una región tan vasta y compleja como la Cuenca Amazónica”, escriben Maria Sylvia Macchione Saes, de la Facultad de Economía, Administración y Contabilidad (FEA) de la USP, Elis Regina Monte Feitosa (FEA-USP), Alexsandra Bezerra da Rocha, de la Universidad Federal de Campina Grande (UFCG), estado de Paraíba, y James Douglas Oliveira Bessa, del Núcleo de Biodiversidad y Bosques del estado de Amazonas. Son los ribereños de las áreas de manejo quienes se hacen cargo de los costos de un sistema de vigilancia dispendioso y peligroso. Los autores recomiendan una serie de medidas, entre ellas la creación de un certificado de procedencia y multas, el monitoreo de los lagos vía satélite, con drones y con equipos de agentes ambientales voluntarios reclutados en la comunidad.

 

La primera parte del libro termina con un capítulo sobre la meliponicultura –la cría de abejas sin aguijón–, una práctica sostenible que promueve la conservación de la biodiversidad, la polinización de cultivos y la generación de ingresos para las comunidades locales. “Es imperativo desarrollar mejoras en las técnicas de manejo y producción, no solamente para incrementar la productividad, sino también para asegurar la calidad de la miel que llega al mercado”, escriben Vera Imperatriz-Fonseca, del Instituto de Biociencias de la USP, Camila Maia-Silva, becaria del CNPq, y Ana Carolina Mendes dos Santos, del Ministerio de Medio Ambiente, aparte de Hermógenes Sá de Oliveira y João Meirelles Filho, ambos del Instituto Peabiru, quienes también firman el artículo.

 

La ciudadanía, el conocimiento y la tecnología

 

La segunda parte del libro reúne dos artículos que abordan el fortalecimiento de la “ciudadanía amazónica” y de las organizaciones sociales en el contexto de la bioeconomía “auténtica” y sostenible. En el primero, los autores ponen de relieve cuatro pilares para lograr una bioeconomía propulsora del desarrollo: deforestación cero, inclusión y participación de los pueblos originarios y sus saberes, diversificación de los modos de producción y una división equitativa de los beneficios provenientes de la sociobiodiversidad.

 

“No obstante, para que ello suceda, será necesario implementar un sistema de gobernanza biorregional y de ‘diplomacia ambiental’ con miras a promover una mejor gestión de los recursos naturales y fortalecer los derechos humanos y territoriales, mientras se promueve el reconocimiento de distintas identidades, derechos y sistemas de conocimiento”, escriben Olivia Zerbini, Patrícia Pinho, Ariane Rodrigues y Paulo Moutinho, todos del Instituto de Investigación Ambiental de la Amazonia (Ipam).

 

En el segundo artículo, José Augusto Lacerda Fernandes, de la UFPA, y Heloise Berkowitz, investigadora del Centre National de la Recherche Scientifique (CNRS), de Francia, se refieren a las metaorganizaciones como estrategia para alcanzar todo el potencial transformador de la bioeconomía. “Es necesario contar con un ecosistema propicio para su desarrollo y con el compromiso de las diversas partes interesadas en el establecimiento de una bioeconomía inclusiva en la región”. Esto requiere de nuevos mecanismos de gobernanza, fundamentalmente en lo que concierne a la articulación con las poblaciones tradicionales implicadas en este proceso (indígenas, habitantes de palenques o quilombolas, habitantes locales, pescadores y extractores, etc.), y formas de organización basadas en la colaboración.

 

La información y las nuevas tecnologías

 

La tercera parte del libro pone de relieve el potencial de explotación de los productos forestales no madereros (PFNM) y del bioma de la Amazonia, mediante el empleo de nuevas tecnologías. En el caso de los PFNM, sobresalen el asaí, el cacao, la castaña de monte, la palma babasú, la miel y el paiche, entre otros. Sin embargo, muchos PFNM están asociados a bajos niveles de productividad e ingresos. “Factores tales como la geografía económica, el nivel de madurez de los sistemas de producción y del mercado y las características biológicas de los productos pueden interferir en los resultados de la sostenibilidad económica y ambiental. Estos factores deben tenerse en cuenta a la hora de diseñar intervenciones que generen las condiciones más adecuadas para lograr un desarrollo local e inclusivo”, afirman en el primer artículo Tomas Rosenfeld y Peter Ponschen, de la Universidad de Friburgo, en Alemania.

 

En el segundo artículo, Adalberto Val y Isabela Litaiff, de la Universidade Nilton Lins, en el estado de Amazonas, recuerdan que existe un “El Dorado entero” que ha de develarse en la biodiversidad de la selva, siempre y cuando se asocie el conocimiento de los pueblos tradicionales con las herramientas actualmente disponibles, tales como la genómica, la transcriptómica y la proteómica, por ejemplo. Pero esto requiere de “estudios continuos, con diversos experimentos para poner a prueba nuevos productos y procesos y perfeccionar aquellos que ya se conocen. Requiere a su vez de una profunda interacción de los conocimientos producidos por los pueblos originarios de la selva con los conocimientos modernos elaborados en los bancos de los laboratorios. La bioeconomía existirá en la medida directa de la profundización de los conocimientos sobre un mundo desconocido, un admirable mundo en ser”.

 

Pero no basta con ello. “Para poder capturar este potencial, es necesario tener una visión alternativa y complementaria a la bioeconomía de la sociobiodiversidad con la bioeconomía computacional”, subrayan Juan Carlos Castilia-Rubino, cofundador del Earth Biogenome Project, y Luciana Russo Correa Castilla, de la FEA-USP, en el tercer artículo. Esta tecnología integra múltiples áreas de la ciencia y la ingeniería, tales como la secuenciación genética, la inteligencia artificial aplicada a la biología, la edición genética, la biología sintética y la automatización del proceso de desarrollo de bioproductos con robótica de laboratorio, explican. “Su enfoque consiste en descifrar el mundo de los datos biológicos para la producción de bioproductos avanzados de calidad única apoyándose más en la biología in silico que en la biología in vitro.”

 

La domesticación de la selva

 

La restauración forestal y las prácticas agrícolas constituyen el tema de la cuarta parte del libro. En el primer capítulo, los autores analizan la distribución del desmonte en la región, teniendo en cuenta la diversidad de actores implicados y la necesidad de desarrollar estrategias de restauración forestal diferenciadas, y describen también las estrategias más prometedoras para la restauración de la Amazonia a gran escala, teniendo en cuenta el potencial de generación de ingresos, los aportes socioambientales y la escalabilidad de los modelos de restauración. “Se vuelve primordial reconfigurar la perspectiva de la restauración, pasando de un abordaje tenido como punitivo a uno que la reconozca como una alternativa viable y sostenible tanto económicamente como desde la perspectiva de los beneficios ecológicos y climáticos”, afirman Nathalia Nascimento y Pedro Henrique Santin Brancalion, de la Escuela Superior de Agricultura Luiz de Queiroz (Esalq) de la USP.

 

El segundo capítulo aborda las prácticas agrícolas de los pueblos indígenas. Los autores recuerdan que en el siglo XVI el paisaje de la Amazonia era “domesticado” y que “los distintos pueblos amazónicos del pasado y del presente parecen compartir un modo común de relacionarse con lo que denominamos como naturaleza”, escriben Camila Loureiro Dias y Joana Cabral de Oliveira, de la Universidad de Campinas (Unicamp), aparte de Vera Lúcia Aguiar Moura, del pueblo Tukano de la Tierra Indígena Alto Río Negro, en el estado de Amazonas.

 

Para ellos, fue exactamente este modo de relación lo que hizo posible la conservación y la expansión de la biodiversidad amazónica. “En otras palabras, si existe biodiversidad, fue y sigue siendo en gran medida activamente construida por los pueblos indígenas a través de la relación que establecen con los otros seres que componen y habitan en la selva. Una relación que comprende respeto, que no implica el dominio y que valora la diversidad”. Para los autores, en lo atinente a la promoción de la biodiversidad, tenemos mucho que aprender con las prácticas agrícolas de los pueblos indígenas.

 

La violencia y la ilicitud

 

Marcovitch y Adalberto Val firman el último artículo del libro, sobre un tema tan sensible como acuciante. “Ya no se trata de conflictos puntuales como aquellos que perduran desde hace décadas sin solución, sino de una verdadera ocupación de territorios locales por 22 grupos delincuentes y/o bandas, que operan en 178 municipios de la región. En los demás países amazónicos, los retos se asemejan. Por ende, existe un escenario de dimensiones continentales que debe encararse”, remarcan. Recuerdan a su vez que, diariamente, “millones de habitantes ribereños de la Amazonia, uno de los mayores activos ambientales del planeta, se nutren de alimentos contaminados”, y subrayan la urgencia de la descontaminación a escala de todos los ríos que exhiban indicios de existencia de mercurio.

 

“Una concertación entre el gobierno y la sociedad civil, dedicada al bienestar humano y a la conservación de la naturaleza en el bioma Amazonia, debe llevar al Supremo Tribunal Federal y a la Procuración General de la República a la toma de decisiones de magistrados y procuradores, con recomendaciones formuladas por la organización sin fines de lucro FBSP [Foro Brasileño de Seguridad Pública] y con estudios enfocados en el envenenamiento de los ríos amazónicos. Cabe valerse de los mecanismos previstos en las organizaciones regionales. Convocar tanto a las organizaciones gubernamentales como la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur) y la Organización del Tratado de Cooperación Amazónica (Otca), como no gubernamentales, como la Red Interamericana de Academias de Ciencias (Ianas) y la InterAcademy Partnership (IAP), para participar de este esfuerzo y expandir su alcance.”

 

El libro Bioeconomia para quem? Base para um Desenvolvimento Sustentável na Amazônia fue publicado por Com Arte, editorial laboratorio de la Carrera de Edición de la Escuela de Comunicación y Artes (ECA) de la USP, y contó con el apoyo de la USP, del Inpa, de la UFPA y del Instituto Peabiru. Y se encuentra disponible en: www.livrosabertos.abcd.usp.br/portaldelivrosUSP/catalog/book/1337.