Un estudio propone la cronoterapia para mitigar los factores de riesgo de infarto de miocardio por la mañana
SG/DICYT El IV Congreso de Atención Primaria de Castilla y León, celebrado la semana pasada en Zamora, ha servido de foro para la presentación de un estudio, a cargo de un grupo de facultativos de varios centros de salud de Palencia y Valladolid, que apunta a que la aplicación de la cronoterapia (la administración de los medicamentos en función del reloj biológico de los pacientes) podría minimizar de forma significativa la incidencia de los factores de riesgo en el infarto agudo de miocardio, a raíz de una línea de investigación abierta por la Facultad de Medicina de Valladolid, a través del Laboratorio de Cronobiología, dirigido por el profesor Ardura Fernández.
Los investigadores han tenido acceso al Proyecto Ariam (Análisis del retraso del infarto agudo de miocardio) con carácter nacional desde 1994, que tenía como fin de mejorar la prontitud en la asistencia y en los retrasos del infarto, y en el que posteriormente se han ido incluyendo el análisis de otras variables, lo que ha dado la opción de analizar los ritmos circadianos del infarto. La variabilidad circadiana dentro del día está descrita desde hace dos décadas, pero con tamaños muestrales relativamente reducidos. "Nuestra investigación se sustenta en más de 50.000 pacientes que han sufrido infarto agudo de miocardio y que han ingresado en una unidad coronaria, y analizamos la relación del inicio de los síntomas con la variable tiempo", explica José Ramón Garmedia, impulsor de la investigación. Con este estudio, el grupo ha introducido una nueva variable: el análisis de cosinor, que permite perfeccionar el examen clásico (consistente en fraccionar el día en grupos de seis horas y compararlos por métodos estadísticos convencionales), con el fin de relacionar de forma más afinada distintos ritmos entre sí.
Infartos por la mañana
Precisamente, el infarto agudo de miocardio se produce más frecuentemente a primera hora de la mañana. Si bien algunas publicaciones describen que se podrían atenuar los ritmos con la edad, otras líneas de investigación señalan un aumento de los principales factores patogénicos del infarto a edades más avanzadas. El estudio presentado en Zamora corrobora este hallazgo con valores fisiopatologicos que se agudizan en el pico matinal, sobre las 10:20 horas.
A primera hora de la mañana, incluso dos horas antes de levantarse, se ponen en marcha una serie de de procesos fisiopatológicos que favorecen la aparición del infarto. En primer lugar, aumenta la agregabilidad plaquetaria: es decir, las plaquetas son más proclives a unirse unas a otras y a formar trombos, pudiendo llegar a ocluir un vaso que tenga una placa de colesterol. Además, se activa el sistema nervioso simpático, que hace que las hormonas de huída, como la adrenalina y la noradrenalina, aumenten sus niveles, aumentando la tensión arterial y la frecuencia cardiaca. Por último, la actividad fibrinolítica endógena de la sangre, su capacidad para no coagularse, desciende en esta franja horaria, a la par que se incrementan los factores propios de la sangre que inducen la coagulación. La unión de estos factores, junto con el mero hecho de ponerse de pie, favorecen la cascada de procesos que desencadezan un infarto.
Por ello, la investigación del grupo de profesionales de Atención Primaria abre la vía a la modificación de los distintos tratamientos que reciben los pacientes, tanto para la hipertensión y diabetes, principales factores de riesgo cardiovascular, adaptados a los horarios de mayor incidencia del infarto agudo de miocardio. En este sentido, son utilizados fármacos como los antiagregantes (aspirina) y los betabloqueantes, que son capaces de modificar el ritmo de aparición del infarto.
Según explica el doctor Garmendia, "debemos adecuar los tratamientos que tenemos a ese ritmo de aparición del ataque, de tal manera que en el periodo horario en el que se ve la máxima incidencia del infarto, a primera hora de la mañana, la cobertura terapéutica que tenga el paciente sea óptima". En esta dirección, ahora es habitual tomar la aspirina a 12 de la mañana, cuyo efecto se dilata durante todo el día, sin garantizar que a las 8:00 de la mañana la subida esté cubierta por el efecto antiagregante y, por otro lado, por el efecto vasodilatador que proporcionan los parches de nitroglicerina. Estos parches, asimismo, se colocan habitualmente las 9:00 de la mañana se retiran al acostarse, a las 23 ó 24 horas. "¿Qué ocurre en este periodo en el que empieza a aumentar la incidencia del infarto a primera hora de la mañana? Que no tenemos cobertura de tratamiento antianginoso", subraya el experto. Un cambio en el planteamiento de la terapia supondría administrar aspirina después de la cena, y el parche desde última hora de la noche hasta la cena del día siguiente.
La cronoterapia consiste en utilizar los fármacos en función de la hora del día en la que más efecto hagan. Se trata de una línea de investigación que cada vez cobra más importancia, pero a la que todavía "no se le ha atendido como se debería". Todo ello a pesar de que las cuestiones de ritmos en el organismo humano son evidentes, como lo demuestra el ciclo de la menstruación en la mujer, cada 28 días, o los procesos de úlceras gástricas y trastornos depresivos, que son más frecuentes en primavera y en otoño. También el infarto obedece a ritmos, y es más frecuente en los últimos días de invierno, durante marzo. También las alteraciones de temperatura inciden en su mayor producción. En algunas especialidades, como la oncología, ya se ha comenzado a aplicarla filosofía de la cronoterapia para optimizar el efecto de los fármacos.
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El consumo del tabaco prolonga el riesgo durante todo el día |
Una investigación paralela demuestra que si el ritmo habitual del infarto aumenta por la mañana, va disminuyendo a lo largo del día y registra un pequeño repunte por la noche, en el caso de los fumadores esta curva de mayor frecuencia del infarto de miocardio aumenta por la mañana y se produce una meseta durante todo el día hasta que disminuye al final de la jornada. Esta circunstancia se da solo con la presencia del tabaco. La tesis sobre la que se sustentan los resultados apunta a la acción seriada de todos los cigarrillos a lo largo del día. Cada cigarrillo es capaz de activar la agregación plaquetaria, es decir, la coagulación de la sangre. Cuando el paciente deja de fumar se iguala el ritmo de la curva a la de los pacientes que no fuman. |