Salud España , Salamanca, Viernes, 11 de septiembre de 2009 a las 19:17

Un estudio medirá la calidad de vida de los pacientes de Odontología

La investigación se propone analizar el impacto que tienen los distintos tratamientos, desde una limpieza a una extracción

JPA/DICYT Científicos de la Clínica Odontológica de la Facultad de Medicina de la Universidad de Salamanca se disponen a iniciar un estudio que pretende medir la calidad de vida de sus pacientes después de recibir tratamientos habituales como limpiezas, extracciones u ortodoncias. El proyecto, financiado a través del Fondo Investigación Sanitaria (FIS), del Instituto de Salud Carlos III, dependiente del Ministerio de Sanidad y Política Social, pretende mejorar a la larga la atención a los pacientes.

 

En realidad, esta investigación es una ampliación de un proyecto precedente sobre el impacto en calidad de vida que tienen las prótesis. En este caso, el propósito es estudiar el impacto de los tratamientos odontológicos en general, desde limpiezas a extracciones  para ello se contará con la colaboración de unos 160 ó 170 pacientes que pasarán por la Clínica.

 

Javier Montero, responsable del anterior estudio sobre prótesis y del nuevo, que iniciará en las próximas semanas, asegura que el objetivo es averiguar qué tratamientos son "más agradecidos o menos" por parte de los pacientes. Por ejemplo, "una extracción elimina el dolor a la larga, aunque puede resultar molesta porque también dificulta el masticar", indica en declaraciones a DiCYT. Una meta es "saber qué debemos hacer los dentistas para que los tratamientos sean lo menos traumáticos posible y para aportar bienestar".

 

Los odontólogos Joaquín López Marcos y Alberto Albaladejo participan en este estudio, que cuenta también con Purificación Galindo y Purificación Vicente, del Departamento de Estadística, cuya colaboración será fundamental para realizar los cuestionarios y analizar los datos. En este sentido, el problema de los estudios sobre calidad de vida es la dificultad para medirla. "El problema es que no se puede medir sin interpretaciones subjetivas", indica Montero. "Al ser una entidad abstracta, que no podemos medir físicamente, como el peso, al longitud o la presión arterial, implica una medición indirecta en relación a lo que el sujeto percibe", apunta.

 

Sin embargo, no es imposible. "Los expertos fracasamos a la hora de aplicarlo a todos los sujetos, porque una misma persona valora de forma distinta a lo largo de la vida distintos aspectos relacionados con la salud", comenta. En cualquier caso, "sí se que se pueden establecer categorías y mediciones sobre la base de comparaciones como mejor y peor que antes del tratamiento, una escala cuantitativa que, en cualquier caso, es difícil transformar en números".