Nutrition Spain , Valladolid, Tuesday, December 23 of 2008, 13:26

Un estudio determina que no existe contaminación por radiación ambiental en el entorno de la central térmica de Velilla

Ha sido realizado por investigadores del Grupo de Radiación Natural y Medio Ambiente de la Universidad de Valladolid

YG/DICYT Investigadores del Grupo de Radiación Natural y Medio Ambiente (GRANAMA) de la Universidad de Valladolid han realizado un estudio que ha venido a demostrar que el entorno de la Central Térmica de carbón situada en Velilla del Río Carrión, en Palencia, no presenta contaminación por concentración de elementos radiactivos. El trabajo, que ha dado lugar a una tesis doctoral, ha consistido en medir los niveles de radiación natural en varios puntos, cubriéndose una superficie total de 64 kilómetros cuadrados alrededor de la Central que gestiona la empresa Iberdrola.

 

El investigador Víctor Peña ha sido el autor del trabajo, que ha estado dirigido por la coordinadora científica del Grupo, Elena Charro. “Dependiendo del tipo de carbón y del proceso, tanto de extracción, como de lavado etc, en el producto final, a la hora de llevarlo a una central termoeléctrica, se produce una mayor concentración de elementos radiactivos, unos elementos que existen de forma natural en la Tierra, pero que tanto en las cenizas, como en las escombreras de carbón, etc, se encuentran en niveles más elevadas”, ha explicado la científica, quien ha precisado que, "pese a que el carbón, de forma natural, también tiene contenidos de uranio, en diferentes proporciones, clasificándose en carbones uraníferos y no uraníferos, en España no se utilizan, aunque sí en países como la India".

 

A través de este estudio, se han analizado tanto las cenizas de quemado que se producen en la Central, como las escombreras de residuos del carbón, así como muestras de suelos del entorno, incluyéndose las proximidades del Río Carrión a su paso por la zona, con el objetivo de determinar la concentración, sobre todo, de cinco tipos de elementos radiactivos, uranio-238, radio-226, radio-224, torio 232 y potasio 40, este último “muy abundante en la corteza terrestre e incluso en el cuerpo humano”, aunque en niveles más bajos, ha señalado Charro.

 

Sí existe un enriquecimiento, pero no contaminación

 

El trabajo de investigación, en el que ha colaborado la empresa que explota la Central, Iberdrola, aportando muestras, ha demostrado que sí “existe un enriquecimiento de estos elementos radiactivos” en el entorno de la Central, pero los niveles son bajos como para hablar de contaminación, "tanto a nivel de superficie como de profundidad", ha precisado la investigadora, que participa en estudios similares, por ejemplo, para determinar los niveles de radiación natural en minas de uranio en la India.

 

Para realizar estas mediciones, el Grupo GRANAMA utiliza los instrumentos del Laboratorio LIBRA (Laboratorio de Investigación en Baja Radiactividad), al que pertenece. Entre otros aparatos, para llevar a cabo este trabajo se ha usado un Detector de Germanio, que sirve para determinar distintos isótopos radiactivos, aunque el Laboratorio posee numeroso instrumental que le permite realizar medidas de radiactividad en muestras medioambientales, tanto en aire, suelo, como aguas, así como, por ejemplo, en alimentos o fertilizantes, puesto que sus equipos pueden medir tanto la radiación alfa, beta como gamma.

 

Charro recalca que "no hay que asociar siempre las medidas de baja radiactividad con bombas o centrales nucleares", ya que tienen múltiples aplicaciones. Por ejemplo, ha señalado, el sedimento de un elemento radiactivo como el Cesio 137 está siendo de utilidad en la elaboración de estudios sobre la erosión y desertificación de suelos.