Salud España Barcelona, España, Miércoles, 25 de febrero de 2009 a las 17:19

Un estudio de la Fundación 'la Caixa' constata que el 64% de los españoles no practica deporte alguno

El volumen 26 de la Colección de Estudios Sociales de la entidad advierte del creciente sedentarismo de la sociedad española, que aumenta con las nuevas generaciones

Fundación 'La Caixa'/DICYT Elisa Durán, directora general adjunta de la Fundación la Caixa; Rosa Maria Molins, directora del Área de Becas y Estudios Sociales de la Fundación la Caixa; y David Moscoso y Eduardo Moyano, doctores en Sociología y autores del estudio, han presentado en Barcelona el informe Deporte, salud y calidad de vida, perteneciente a la Colección de Estudios Sociales de la Fundación La Caixa. España se sitúa en la cola de Europa en lo que a práctica deportiva se refiere. Tan solo un tercio de la población realiza ejercicio físico (36%), y únicamente un 25% lo hace de forma habitual (3 ó más veces por semana). La cifra es muy inferior a la media de la mayoría de los países europeos, que en algunos casos, como Finlandia o Suecia, multiplican sus tasas por dos.


Un 15% de los españoles asegura que ni le interesa el deporte ni lo practica. Además, más del 60% se muestra interesado en el mismo pero no lo practica o, al menos, no tanto como quisiera. Estos datos, recogidos a partir de encuestas realizadas a más de 2.000 personas, confirman el sedentarismo de la sociedad española y contrastan con el elevado valor que tiene el deporte para los ciudadanos, no solo por el gran seguimiento y éxito de las modalidades más populares en nuestro país, sino por la identificación del ejercicio físico con un mayor bienestar y salud, y como un antídoto contra el estrés.


¿Por qué los españoles no practican deporte?
 

En España, de cada diez personas que practican deporte, solo 4 son mujeres, y solo una es mayor de 60 años. La falta de tiempo, el trabajo y las cargas familiares son las razones alegadas por la mitad de los españoles (un 59% entre los 16 y los 34 años, y un 10'1% entre las personas mayores) que no practica deporte. Destaca, además, la falta de interés. El 11'3% de los mayores y el 12'6% de los jóvenes no se muestra interesado en la práctica deportiva, la segunda razón que esgrimen los ciudadanos para no realizar ejercicio, por detrás de la falta de tiempo.


A esas circunstancias se unen cuatro elementos básicos que dificultan la práctica deportiva: la escasa transmisión de hábitos deportivos en el seno de las familias, la insuficiente dedicación a este hábito en el ámbito educativo, las nuevas tendencias de ocio y las dificultades socioeconómicas de algunos colectivos, entre ellos los jóvenes mileuristas, los parados, los pensionistas o los nuevos modelos de familia monoparental.


Deporte y variables sociales y económicas


Las variables sociodemográficas y económicas constituyen factores clave en el desarrollo de actividades físicas a lo largo de la vida. El nivel de estudios, la situación laboral y los ingresos son los que más influyen:
- Características sociodemográficas que conllevan un riesgo de vida sedentaria: ser mujer; ser ama de casa; no ser joven; ser divorciado, separado o viudo; encontrarse en situación de desempleo; poseer un nivel bajo o medio de estudios, y no contar con antecedentes familiares de práctica deportiva.
- Características sociodemográficas de las personas con vida activa: los hombres jóvenes, solteros o que viven en pareja, ya estudien o trabajen; los que poseen un mayor nivel de estudios, y aquellos cuyos padres o abuelos han practicado o practican algún deporte.


La probabilidad de realizar deporte aumenta a la par que lo hace el nivel de estudios. Entre los que practican deporte, la mayoría tiene estudios de segundo grado (57'4%) y tercer grado (21'3%).
 

La variable de la ocupación también influye en la práctica deportiva. El 44'3% de las personas que realizan ejercicio físico procede de los cuadros medios-altos. En lo que se refiere a los ingresos, entre los españoles que disponen de ingresos superiores a los 1.000 euros, el porcentaje de quienes realizan deporte es del 51'6%. Por el contrario, hasta el 67'6% de los que tienen sueldos inferiores no lo practica. Esto es, solo un tercio de las personas que cobran menos de 1.000 euros al mes practica deporte. Esto provoca un menor grado de salud y de calidad de vida entre los sectores más desfavorecidos.


Jóvenes, educación y nuevos hábitos de ocio


Los jóvenes son el grupo de población que más deporte practica. Por este motivo, los autores consideran que es preocupante que, entre los 16 y los 34 años, más de la mitad (un 52%) no realice ejercicio físico. Además, solo 7 de cada 10 (un 71%) afirma caminar diariamente y un 54% pasa el día sentado o de pie sin realizar grandes esfuerzos físicos.


La escasa proporción de jóvenes que realiza deporte es atribuible en gran parte a la importancia adquirida por el ocio digital y el nocturno. Además, los jóvenes afirman encontrarse bajo mucha presión para adquirir permanentemente más cualificación, circunstancia que les impide dedicar más tiempo a tareas básicas de cuidado personal, practicar deporte o cultivar relaciones sociales.


Para que el deporte tenga un lugar reservado entre estos nuevos hábitos y condiciones de vida, es clave su práctica durante la infancia, en los ámbitos educativo y familiar. Entre el 70 y el 80% de las personas que ha practicado deporte en el pasado continúa realizándolo durante toda su vida. En cambio, solo entre un 20 y un 30% de los españoles que no se ha habituado a la práctica deportiva en el pasado incorpora esta actividad durante la juventud o la etapa adulta.


En lo que se refiere al ámbito familiar, la escasa práctica del deporte en las generaciones adultas perpetúa el sedentarismo de los jóvenes.


Por otro lado, en el ámbito educativo, los especialistas denuncian el escaso peso de la asignatura de educación física en la agenda escolar y la pobre valoración que le confieren padres y alumnos en comparación con el resto de materias. Actualmente, hasta los 16 años, la educación física cuenta con tres horas semanales, una de ellas teórica, y ha desaparecido en el bachillerato y la universidad.
Por todo esto, en la etapa vital en la que el ejercicio es obligatorio, la mayoría de niños y adolescentes no alcanza el gasto de kilocalorías mínimo que sugiere la OMS para tener una buena salud (entre 1.800 y 2.000 kilocalorías semanales).


Mayores, envejecimiento y recursos económicos


La población mayor (de entre 65 y 79 años) está sujeta a unas condiciones de salud que, en sí mismas, la incapacitan para realizar con facilidad ejercicio físico y deporte. Tal es su situación que los problemas de salud, junto con la edad (un 34% y un 14%, respectivamente), son sus principales obstáculos para practicar deporte.


También los escasos recursos económicos de buena parte de los pensionistas influyen en su reducida dedicación al ejercicio físico. En este sentido, la gratuidad del paseo determina bastante el éxito de esta actividad entre el colectivo. Y es que, pese a que solo 2 de cada 10 personas mayores de 65 años practica deporte, también es cierto que los miembros de este colectivo pasean en una proporción considerable (6 de cada 10, un 64%). En cuanto a la actividad diaria, 7 de cada 10 mayores pasan la mayor parte del tiempo de pie o sentados (un 67%).


Estos hábitos, junto con la escasa práctica de deporte, se traducen en un elevado porcentaje de personas mayores con estilos de vida sedentarios, es decir, poco saludables.

Incidencia de la falta de actividad física


Los resultados obtenidos en el presente estudio hacen que los autores vean el futuro con cierto grado de preocupación. El creciente sedentarismo, junto con las dietas calóricas y los nuevos hábitos de ocio, inciden en la salud y en la calidad de vida. Según el Observatorio Español de Sostenibilidad (OSE), la tasa de obesidad entre los menores de 24 años es la más alta de Europa. De cada 10 niños y jóvenes, 4 padecen obesidad o sobrepeso. Además, los problemas de salud que provocan estas patologías ya suponen el 7% del presupuesto que el Gobierno destina a sanidad, es decir, unos 2.500 millones de euros al año. Por otro lado, las enfermedades cardio y cerebrovasculares provocan alrededor de 130.000 muertes al año en España, un 30% más que las causadas por tumores y un 96% más que las ocasionadas por accidentes de tráfico.


Entre los mayores, preocupa que el aumento de su esperanza de vida y la mejora de los servicios médicos no se vean acompañados de la sensación de que mejoran también sus condiciones físicas de salud y bienestar. Entre los jóvenes inquieta aún más la fuerte tendencia hacia el sedentarismo, y es preocupante el hecho de que su bajo nivel de participación y la baja frecuencia en la práctica de deporte y de ejercicio físico puedan provocar en un futuro no muy lejano un progresivo empeoramiento de sus condiciones de salud y bienestar. Además, el estudio ha comprobado que la ausencia de salud es el peor enemigo para intentar mejorarla, ya que limita la realización de actividades físicas.


En definitiva, los especialistas advierten que podría producirse un efecto bucle. Los nuevos hábitos laborales y de ocio condicionan la práctica deportiva de la población, y la escasa actividad física y su incidencia en la salud suponen una carga para las administraciones públicas y empresas, perpetuando las condiciones socioeconómicas de los españoles.


Recetas contra el sedentarismo


Los expertos proponen la adopción de medidas que vayan dirigidas a promocionar y consolidar la práctica de ejercicio físico. Estas implicarían un mayor esfuerzo por parte de las administraciones públicas, pero también de instituciones deportivas, educativas, sanitarias y empresariales para sensibilizar y concienciar a la población sobre la necesidad de integrar la actividad física en la rutina diaria.


En primer lugar, para incidir en las nuevas generaciones, las administraciones educativas y los mismos centros escolares deberían ampliar las horas que se dedican a la educación física en los colegios y mejorar la oferta de actividades deportivas. En este sentido, los expertos proponen establecer convenios entre los centros educativos y los gimnasios privados con el fin de externalizar ciertos servicios y garantizar la práctica deportiva entre los estudiantes.


Por otro lado, es necesario actuar en el ámbito familiar. Las instituciones con responsabilidad en la promoción del deporte –clubes profesionales, federaciones deportivas...– deberían diseñar planes y programas que permitan promocionar el deporte en familia y ayuden a compatibilizar la vida familiar con el cuidado personal.


También las empresas deberían implicarse en el fomento de la actividad física facilitando la conciliación laboral y deportiva. En este sentido, podrían, por ejemplo, facilitar el acceso de sus trabajadores a instalaciones deportivas propias o concertadas u organizar ejercicios en el mismo centro de trabajo. Esta medida podría evitar muchas bajas laborales y aumentar el rendimiento y la productividad laboral. Algunos estudios apuntan que un trabajador deportista puede ahorrar 600 euros anuales a la empresa.


Por último, las administraciones responsables de la sanidad, junto con los centros de salud, deberían –apunta el estudio– introducir la figura del médico deportivo con el fin ofrecer un servicio especializado entre los pacientes que lo requieran, así como establecer líneas de colaboración entre los médicos de atención primaria y los profesionales de las ciencias del deporte.

Metodología del estudio Deporte, salud y calidad de vida


La metodología de la investigación se ha basado en una combinación de técnicas cuantitativas y cualitativas para la recogida de información de carácter primario. En la fase cuantitativa, se realizó una encuesta telefónica asistida por ordenador a una muestra de 2.018 personas entre octubre y noviembre de 2007. El trabajo cualitativo consistió en la realización de varios grupos de discusión en distintas ciudades españolas entre abril y mayo de 2008 y permitió comparar resultados y profundizar en los grupos sociales analizados en el informe.