Un estudio certifica la relación entre el consumo de alcohol y la gota
MS/DICYT La Ciencia ha recibido hace unos días la certificación de algo que ya se intuía en el ámbito médico: la enfermedad de la gota está relacionada con el consumo del alcohol. Esta es la principal conclusión de una investigación dirigida por investigadores norteamericanos cuyos resultados se han publicado hace unos días en la prestigiosa revista médica The Lancet.
El estudio epidemiológico, realizado durante un período de 12 años entre 50.000 varones, ha establecido una relación definitiva entre el consumo de sustancias alcohólicas y la aparición de la gota. El consumo diario de entre 30 y 50 gramos de alcohol (un vaso de vino contiene aproximadamente 11 gramos) duplica las probabilidades de sufrir esta enfermedad.
Pero además de establecer una prueba científica de esta relación largamente sospechada, la investigación también evidencia que el tipo de alcohol ingerido es un factor importante. De esta forma, la cerveza está más asociada con la aparición de la gota que los licores o las bebidas de alta graduación alcohólica, mientras un consumo moderado de vino no se puede relacionar con la enfermedad.
Estos resultados indican que los componentes no alcohólicos de las bebidas también influyen en el desarrollo de la gota. Uno de los posibles candidatos es la purina (un tipo genérico de compuesto nitrogenado asociado con digestión de proteínas) presente en la cerveza, que incrementa los niveles de ácido úrico en la sangre y hace aumentar la posibilidad de aparición de la dolencia.
Conocida desde la Antigüedad, la gota es una enfermedad caracterizada por ataques repentinos de artritis muy dolorosa, causados por la acumulación de cristales de urato monosódico en las articulaciones debido a un valor de ácido úrico anormalmente alto en la sangre (hiperuricemia). Aunque existe predisposición genética a padecerla, una dieta inadecuada y otras enfermedades asociadas pueden favorecer su aparición.