Espacio Chile , Atacama, Miércoles, 23 de noviembre de 2022 a las 14:45

Un equipo científico internacional observa la estructura central del chorro de un cuásar

Nuevas observaciones del primer cuásar que se descubrió

ALMA/DICYT Casi todas las galaxias tienen en su centro un agujero negro supermasivo, que puede tener características muy diferentes entre una galaxia y otra. Los cuásares (objetos cuasiestelares) están entre los tipos de agujero negro más brillantes y activos. Un equipo científico internacional publicó nuevas observaciones del primer cuásar que se descubrió: 3C 273, ubicado en la constelación Virgo. En ellas se aprecian las regiones más céntricas y profundas del chorro de plasma principal del cuásar.

 

Los agujeros negros supermasivos emiten unos finos e intensos chorros de plasma que alcanzan velocidades cercanas a la de la luz. Si bien han sido muy estudiados por la astronomía moderna, su proceso de formación sigue siendo un misterio para la comunidad astronómica y astrofísica. Una de las preguntas que siguen sin respuesta es cómo y dónde los chorros son colimados, es decir, se concentran para formar un fino haz y así extenderse sobre distancias extremas e incluso incidir en la evolución de su galaxia. Las nuevas observaciones han permitido obtener las imágenes más detalladas a la fecha del corazón de un agujero negro, donde el flujo de plasma es colimado para generar un fino haz.

 

El nuevo estudio, publicado en The Astrophysical Journal (Okino et al., 2022), incluye observaciones del chorro 3C 273 a la mayor resolución angular lograda hasta ahora, que proporcionó datos sobre la zona interna del chorro, cerca del agujero negro. Esta revolucionaria investigación fue posible gracias al uso cuidadosamente coordinado de distintas antenas de radio repartidas por el mundo: una combinación del Global Millimeter VLBI Array (GMVA) y el Atacama Large Millimeter/submillimeter Array (ALMA), ubicado en Chile. A estas observaciones se sumaron datos recabados con el High Sensitivity Array (HSA) para estudiar 3C 273 a diferentes escalas y medir el chorro.

 

“Hace décadas que se venía estudiando 3C 273 como el mejor representante de los chorros de cuásares”, explica Hiroki Okino, autor principal del estudio y estudiante de doctorado de la Universidad de Tokio y del Observatorio Astronómico Nacional de Japón. “Sin embargo, aunque este cuásar se encuentra cerca, hasta hace poco no teníamos herramientas lo suficientemente avanzadas para ver dónde se forma este poderoso chorro de plasma”.

 

La imagen del chorro de 3C 273 proporcionó al equipo científico la primera vista de la zona interna de un chorro de cuásar, donde se produce la colimación y el estrechamiento del haz. El equipo de investigación descubrió así que el ángulo del chorro de plasma proveniente del agujero negro se reduce a lo largo de una gran distancia. De esa forma, el chorro sigue estrechándose mucho más allá del área donde impera la gravedad del agujero negro.

 

“Llama la atención ver que este poderoso chorro cobra forma lentamente sobre una distancia tan grande en un cuásar extremadamente activo. Este fenómeno también se ha observado en agujeros negros supermasivos mucho menos activos y tenues en regiones más cercanas”, señala Kazunori Akiyama, investigador del MIT Haystack Observatory que dirigió el proyecto. “Los resultados suscitan una nueva interrogante: ¿cómo esta colimación se produce de forma tan uniforme en sistemas de agujeros negros tan variados?”

 

Las imágenes increíblemente nítidas del chorro de 3C 273 obtenidas en este estudio se lograron incluyendo observaciones de ALMA. Esto, tras conectar el GMVA y ALMA, que se encuentran en continentes diferentes, para obtener información detallada de fuentes astronómicas distantes mediante el método de interferometría de línea de base muy larga (VLBI, en su sigla en inglés). La extraordinaria capacidad de VLBI de ALMA se logró gracias al ALMA Phasing Project (APP), un equipo internacional encabezado por el MIT Haystack Observatory que desarrolló el hardware y el software para convertir a ALMA y sus 66 antenas en la estación de interferometría astronómica más sensible del mundo. Los datos obtenidos a las longitudes de onda de ALMA permiten incrementar considerablemente la resolución y la sensibilidad del conjunto.

 

“La posibilidad de usar ALMA en las redes mundiales de VLBI ha revolucionado por completo los estudios sobre agujeros negros”, celebra Lynn Matthews, investigadora del MIT Haystack Observatory y encargada de la puesta en marcha del APP. “Nos permitió obtener las primeras imágenes de agujeros negros supermasivos, y ahora no está ayudando a ver por primera vez nuevos e increíbles detalles de la generación de chorros en los agujeros negros”.

 

Esta investigación allana el camino hacia nuevos estudios sobre los procesos de colimación de chorros en otros agujeros negros. Los datos obtenidos en frecuencias más elevadas permiten a los científicos observar con mayor nivel de detalle las profundidades de los cuásares y agujeros negros.

 

“El mecanismo de formación de chorros en agujeros negros supermasivos sigue siendo difícil de aprehender, pese a que el fenómeno se descubrió hace más de 100 años”, señala Hiroshi Nagai, profesor asociado del Proyecto ALMA en NAOJ. “Las imágenes más nítidas obtenidas con ayuda de ALMA y GMVA han mejorado considerablemente nuestra comprensión de estos chorros, y esperamos profundizar este estudio con una resolución angular aún mejor”.