Un biólogo leonés aplica un nuevo método que permite esclarecer el género de una serie de algas
Antonio Martín/DICYT Utilizando una nueva técnica para medir las características morfológicas y morfométricas de los seres vivos, un grupo de científicos de varias instituciones europeas han podido reubicar en nuevas categorías taxonómicas a un grupo de algas unicelulares. Estos organismos estaban emparentados con otras especies con las que este equipo internacional ha demostrado que no existe filiación inmediata. Su trabajo ha reordenado las catalogaciones de estas algas, del orden de las diatomeas, como quien se percata que en el cajón de los calcetines están unos guantes y los deja en el compartimento correcto. En este trabajo internacional ha participado un biológo de la Universidad de León, Saúl Blanco, que ha aportado el sistema novedoso de análisis de la morfología de estos animales.
"Iniciamos una revisión de la taxonomía de este conjunto de algas porque había cierta confusión a la hora de identificarlos por parte de los propios biólogos", relata a DiCYT Blanco. Las algas que han sido reordenadas no son muy frecuentes, pero tienen un rango muy amplio de distribución por toda Europa, lo que conducía a los científicos de diferentes lugares que trabajaban con ellas a dudar sobre su filiación. Para evitar este problema, se aplicó un método novedoso en Taxonomía denominado Morfometría geométrica, que ya se aplica en otras disciplinas como la Paleontología o la Neurología. Fue el biólogo del área de Zoología del Departamento de Biodiversidad y Gestión Ambiental el que realizó esta parte del trabajo.
Esta disciplina responde a un cambio profundo de perspectiva para identificar conceptos, basado en la unión de la Biología y la Geometría. "De forma convencional, el reconocimiento de un ser vivo se realizaba a través de la descripciones morfológicas y morfométricas da nivel celular, como, por ejemplo, las estrías de las células", comenta Blanco. La Morfometría geométrica propone estudiar los cambios en el tamaño y la forma a partir del desplazamiento en el plano (dos dimensiones) o en el espacio (tres dimensiones) de un conjunto de puntos morfométricos denominados landmarks. El trabajo con este método es bastante complejo. "A través de un análisis de imagen por fotografías de microscopía óptica, se tratan de localizar puntos que recojan la máxima diversidad morfológica de la célula", explica el experto. A través de este sistema, se establecen los criterios para definir si una especie pertenece a un género u otro.
Este trabajo, publicado en el pasado número de la revista científica Fottea, es uno de los primeros en Taxonomía algal que utiliza esta nueva técnica, originada en los años 90 por el estadístico alemán Rohlf. Su diseño matemático fue utilizado originalmente en Medicina, en Anatomía patológica. Aquí, los especialistas tratan de conocer las diferencias que existen entre una célula sana y otra que se inflamado, degenerado o ha crecido descontroladamente. Posteriormente se extendió al estudio de fósiles y ahora ha llegado a la Biología.
Sellaphora y Gomphonema
El trabajo con este método se ha aplicado en dos géneros de diatomeas, algas unicelulares que viven en agua dulce y constituyen una parte del filoplacton y, por tanto, la base en la cadena trófica de esos ecosistemas. Según explica Saúl Blanco, "las diatomeas constituyen el 90% de la pátina mucosa de los ríos y es un grupo enormemente diverso, con más de 100.000 especies sólo en Europa". Los dos géneros estudiados fueron los de Sellaphora y Gomphonema.
En el caso del primero, los científicos (procedentes de instituciones españolas, italianas, luxemburguesas y portuguesas) estudiaron tres poblaciones de diatomeas recolectadas en España, Italia y Eslovaquia, que habían sido inventoriadas antes como Navicula stroemii. Los análisis comparativos con el complejo del género Sellaphora permitieron reubicar tanto a la especie objeto de estudio como a a otras tres del género Navicula como pertenecientes a Sellaphora. En el segundo caso, en el que se incoporaron otros centros españoles, húngaros y búlgaros, pudo diferenciar a dos especies del género Gomphonema, una procedente de la isla de La Gomera (Canarias), y otra de diferentes zonas de Europa.