Health Argentina , Argentina, Tuesday, September 10 of 2013, 10:20

Ubiquitina: la importancia de las pequeñas cosas

Como parte de una gran máquina de reciclaje, la ubiquitina se une a proteínas que deben ser degradadas y las elimina en un intento por controlar muchas de las funciones esenciales de la célula

CONICET/DICYT Degradación de proteínas, regulación del crecimiento celular, reparación del ADN, degeneración neural y muscular y respuesta al estrés son sólo algunas funciones que regula la ubiquitina, una proteína pequeña que se encuentra en todas las células del organismo. Su nombre proviene del latín ubīque, que quiere decir “en todas partes”.

 

Las proteínas son moléculas que cumplen funciones fascinantes dentro de las células del cuerpo: así como el organismo mantiene el balance de la temperatura o regula la presión sanguínea, también las células trabajan arduamente para mantener un correcto balance de las proteínas. Este rol tan importante es cumplido por el sistema proteasoma-ubiquitina.

 

La ubiquitina es una pequeña proteína que se encuentra en todo el organismo y está formada por 76 aminoácidos. Cuando varias moléculas de ubiquitina en una conformación determinada se unen a la proteína que tiene que ser eliminada, el proteasoma -gran complejo multiproteico responsable de la degradación-, la identifica como “desechable” e inicia una cadena de reacciones que terminan con la destrucción de la misma.

 

“Se descubrió que las proteínas que se unían a la ubiquitina, es decir que son ubiquitinadas, eran marcadas para ser degradadas. Esto fue de suma relevancia porque por primera vez se estableció un mecanismo bien definido de cómo se pueden reciclar proteínas viejas y generar nuevas. Como control de calidad fue un descubrimiento muy importante, que les valió el Premio Nobel de química en 2004 a los investigadores que realizaron estos descubrimientos”, explica Gastón Soria, investigador asistente del CONICET.

 

Este sistema es como una gran máquina molecular con forma de barril y cuenta con una tapa similar a todos los contenedores de basura, provista de un pedal que cumple la función de validar la basura, introducirla y destruirla en su interior. El etiquetado de proteínas con ubiquitina es, por lo tanto, uno de los mecanismos que usa la célula para eliminar moléculas.

 

“En el interior del barril -un apilamiento de cuatro anillos superpuestos con una cavidad en medio y compuesto de 28 piezas proteínicas- unos sitios activos en las paredes interiores rompen las cadenas de polipéptidos, que son moléculas mas pequeñas que una proteína, en segmentos cortos con una longitud de alrededor de 7 a 9 unidades aminoácidicas, que pueden ser reutilizadas directamente por la célula, o bien son degradadas a aminoácidos individuales para su reciclado”, comenta Michael Glickman, profesor de química en el instituto Technion de Tecnología en Haifa, Israel.