Telomerasa, la enzima que hace fuerte al parásito Leishmania
UN/DICYT La enzima telomerasa está presente en células y tejidos de los seres vivos. La de microorganismos como Leishmania es entre un 20 y 30% más grande que la de los humanos. Ahí estaría el secreto de la eficiencia de este parásito.
Descubrir qué información hay en ese tamaño adicional es la tarea que lleva a cabo el investigador José Luis Ramírez, miembro de la Fundación Instituto de Estudios Avanzados, de Caracas (Venezuela), quien participó en el I Congreso Colombiano de Bioquímica y Biología Molecular, que realizó la Universidad Nacional de Colombia.
“Empezamos a descubrir que la telomerasa no solo era muy importante en el ciclo celular, sino que además le confería una robustez muy grande al parásito por las múltiples funciones que tiene”, explica Ramírez.
Pero, ¿qué es la telomerasa? Esta es una enzima que actúa en la punta de los cromosomas, llamados telómeros. Allí se encarga de reparar esos bordes a medida que se desgastan. Si no lo hiciera, la célula deja de dividirse y se muere. De hecho, los telómeros pierden la capacidad de regenerarse con el paso del tiempo.
Por eso, se dice que las telomerasas están involucradas en el ‘reloj de la vida’, pues tienen muy bien sincronizado el reloj sobre la hora en que la célula debe dejar de vivir.
No obstante, según el profesor Ramírez, en los parásitos la telomerasa actúa sin cesar, llevando a que ese reloj esté alterado en relación con lo que pasa con la de los humanos.
En los humanos, cuando una célula envejece, lo primero que sucede es que los telómeros se acortan. “Por eso hay compañías de antienvejecimiento que están proponiendo cremas para que se pueda mantener la telomerasa y así se regeneren las células, que sigan dividiéndose”, agregó el experto venezolano.
Agrega que las telomerasas también juegan un papel importante en la resistencia de la célula ante tratamientos agresivos como el que se hace con el peróxido de hidrógeno, (agua oxigenada).
“Si uno trata una célula se muere con ese tratamiento. Una parte de esta enzima le da la capacidad para resistir el estrés y lo hace como efecto protector del ADN, que está en la mitocondria, donde además está la cadena respiratoria para que la célula siga respirando”, afirmó el investigador, quien agregó que aparentemente tiene muchas otras propiedades, como reparar el ADN dañado por el estrés oxidativo.
El investigador Ramírez destacó el trabajo de tres grupos a nivel latinoamericano en el tema de telomerasas, uno de ellos es el del profesor Moisés Wasserman, exrector de la UN; también el de un grupo en Brasil y otro en Venezuela, en el que él participa.
“La virtud de nuestro trabajo es que descubrimos como hacerlo sin isotopos, pues diseñamos una tecnología que nos permite visualizarla teniendo en cuenta que en Venezuela no entra un isotopo desde hace 8 o 10 años”, concluye.
La presentación de José Luis Ramírez hizo parte de la sesión: Salud Humana y Animal perteneciente al I Congreso Colombiano de Bioquímica y Biología Molecular, que se celebra en el Centro de Convenciones Alfonso López Pumarejo, de la Universidad Nacional de Colombia.